Continuando en la línea de las enfermedades y la salud que tienen que ver con la psique y la mente humana; no sólo es la obsesión, una grave alteración de la salud que es preciso comprender en su origen para subsanar, tal y como vimos en el artículo del mes pasado; existen a su vez diversos trastornos de la personalidad del individuo que tienen un origen espiritual y externo al individuo, y que a veces confunde a los profesionales que tratan este tipo de trastornos.
Actualmente; son enormes las repercusiones que está teniendo en todo el mundo el sobre-diagnóstico de la enfermedad mental y la excesiva medicalización de los pacientes. Esto, unido a los intereses espurios de las grandes compañías farmacéuticas, su forma de obrar impunemente fomentando el uso y abuso de sus productos en la población, y contando para ello con la colaboración de organismos como la OMS (a la que financian) y de multitud de profesionales de la enfermedad mental, han hecho repensar a muchos científicos honestos cómo y dónde situar el diagnóstico adecuado:
«La industria farmacéutica causa más muertes que los cárteles de la droga»
Dr. Allen Frances Catedrático Unv. Durham – Dtor. del Manual de la Psiquiatría USA (DSM)
El DSM se empezó a utilizar, a juicio de Frances, de forma incorrecta para hacer explotar la burbuja de la inflación diagnóstica y la medicación. Hoy, sobre todo en EEUU, las cifras son preocupantes: el 20% de las personas toman un medicamento psiquiátrico a diario y una cuarta parte de la población tiene un diagnóstico de enfermedad mental (80 MM )
Desde hace algunas décadas, la lucha encarnizada que sostienen los psiquiatras norteamericanos con los neurólogos a instancias de la determinación de la enfermedad mental es pública y manifiesta. El Dr. Daniel Drubach, neurólogo y psiquiatra de la Clínica Mayo en USA manifiesta:
A)»Después de muchos años de investigación, no sabemos prácticamente nada sobre la esquizofrenia, ni se ha encontrado patología específica al respecto.»
B)»Analizando el cerebro comprobamos la gran diferencia entre enfermedades mentales (esquizofrenia, epilepsia, depresión) y las enfermedades degenerativas (alzheimer, demencias,); sólo vemos trastornos y cambios en el cerebro de los pacientes con demencia y no con trastornos mentales.»
ESTO DEMUESTRA LA FALACIA DE QUE EL CEREBRO DE LOS ENFERMOS MENTALES PRESENTA DEFICIENCIAS O TRASTORNOS.
C)»La esquizofrenia es una enfermedad que sirve a los psiquiatras para etiquetar y estigmatizar a las personas, en base a diagnósticos sin análisis, obligando al paciente a ingerir drogas psiquiátricas, con la consecuente destrucción de vidas y familias»
De todo esto el Dr. Drubach deduce como hechos demostrables lo siguiente:
1.- Los trastornos psiquiátricos o mentales no son enfermedades reales, que requieran tratamiento médico.
2.- No hay pruebas científicas de que los fármacos psiquiátricos resuelvan o curen ningún problema mental.
3.- Estos fármacos ocultan los síntomas y producen efectos secundarios, causando dependencia y adicción.
4.- La mayoría de los problemas mentales son causados por enfermedades físicas y subyacentes.
5.- Existen opciones que no precisan la administración de drogas psiquiátricas salvo en los casos de angustias mentales o psicológicas.
«Ninguno de los criterios utilizados por los psicólogos o psiquiatras para determinar la salud mental utiliza la bondad o la virtud. La persona sana para ellos es la que ve las cosas tal cual son. Pero en esto se ha probado que el autoengaño es común entre aquellos que dicen ser más felices. La exagerada autoestima les impide ver las cosas como son, volviéndolos más vulnerables al desengaño la desilusión y la arrogancia.»
OWEN FLANAGAN (Catedrático de Filosofía, Psicólogo y Neurobiologo. Univ. De Duke)
Después de esta introducción necesaria, vayamos al enfoque de las ciencias del espíritu sobre los trastornos y enfermedades mentales. En la mayoría de los casos los trastornos mentales son «enfermedades de alma», salvo los causados por enfermedades físicas, traumatismo craneal, drogadicción, sífilis, o enfermedades infecto-contagiosas. Estas enfermedades de la psique evidencian distintos orígenes y procedencias.(Pto. 4 anterior)
Algunas provienen de nuestra herencia del pasado, debido a errores cometidos en vidas anteriores; algunos de carácter grave como el suicidio u otras causas de muerte violenta que desestructuran el periespíritu de tal forma, que en una próxima vida, ese periespíritu viene ya perjudicado, con taras; deficiencias que transmite desde el momento de la concepción y durante el desarrollo biológico del feto y posteriormente a su salud fisiológica y mental.
Por ejemplo, el suicida que se abalanzó por un precipicio para quitarse la vida,vendrá con enormes deficiencias motoras en sus extremidades, hasta el punto de padecer parálisis continuas. El suicida que se quitó la vida ahogándose o colgándose tendrá enormes problemas en su aparato respiratorio y padecerá enfermedades de esta índole, el que se pegó un tiro puede venir a una nueva vida con deficiencias mentales, el que falleció por ingerir veneno presentará cuadros de trastornos graves en su aparato digestivo, etc. y así sucesivamente.
Y aquel que cometió crímenes horrendos que quedaron sin castigo ni reprobación, su conciencia de culpa emergerá con fuerza en su nueva vida, de forma subconsciente, creándole problemas psicológicos y psiquiátricos que alterarán su organización mental. Si a esto le unimos la influencia espiritual, a la que probablemente se verá sometido por sus víctimas ((obsesión), la enfermedad que desarrollarán tiene un nombre específico: ESQUIZOFRENIA.
ESQUIZOFRENIA = OBSESIÓN SUBYUGANTE / Al respecto dice Allan Kardec:
«Puede ser Moral o corporal; en la primera el subyugador obliga al subyugado a tomar decisiones absurdas que cree sensatas, es una fascinación; mientras que en la subyugación corporal el espíritu que subyuga actúa directamente sobre los órganos materiales del subyugado provocándole movimientos involuntarios (andar a cuatro patas, ponerse de rodillas contra su voluntad, etc..)» L/Mediums Cap. XXIII
Evidentemente existen trastornos y neurosis cuyo origen se encuentra en la infancia del individuo; en determinados traumas por experiencias vividas que marcaron su carácter. Pero las enfermedades arraigadas en profundidad en la mente de la persona llevan mucho tiempo incubándose en la psique del ser; alimentadas por el desequilibrio y desorden mental y emocional procedente de la herencia evolutiva del hombre; de su escasa elevación moral, de su propensión a los vicios, esclavizando su conducta hacia hábitos perniciosos que derivan en estados de ánimo perturbadores de los que son incapaces de liberarse.
Son precisamente los estados de ánimo perturbados o alterados los que provocan la aparición de las patologías mentales tan frecuentes en nuestro mundo actual. La angustia vital, la ansiedad, el estres, la depresión, las neurosis, las psicosis, etc. están a flor de piel en una sociedad donde priva e egoísmo, la violencia física, psíquica , verbal, donde las relaciones se establecen en base al interés y no al amor. Este camino conduce antes o después a la infelicidad, la soledad, el apego y la esclavitud a los bienes materiales que tanto enferman, traumatizan y frustran al indivíduo cuando no los consigue.
Aquí comienzan las perturbaciones que originan la enfermedad mental; e incluso a veces, lo único que hacen es servir de espoleta a la bomba de relojería que ya se encuentra incubada en nuestra psique procedente de anteriores comportamientos; desbordando el recuerdo inconsciente de nuestro pasado criminal, y con ello la conciencia de culpa, sirviendo de base a la enfermedad mental.
«La salud integral será siempre el resultado de una conciencia sin culpa, un buen corazón y una conducta equilibrada»
Divaldo P. Franco (Libro: Dias Gloriosos)
Como bien afirma el Dr. Drubach, el cerebro de los enfermos mentales es igual que el de las personas saludables. La causa se encuentra fuera de él, y fundamentalmente obedece a causas espirituales, a venganzas del pasado (obsesión), a multitud de errores cometidos que nos hacen recoger en nuestra propia personalidad lo que sembramos siglos atrás en nuestro trayecto evolutivo.
«Muchas de las personalidades múltiples que se presentan en las psicopatologías, son presencias espirituales que interfieren la conducta de los seres humanos, necesitando de terapia que despierte su conciencia y les demuestre los enormes perjuicios para ellas mismas»
Divaldo P. Franco (Libro: Dias Gloriosos)
Así pues, la falacia del cerebro, respecto al origen y tratamiento de las enfermedades mentales sigue vigente hoy en la mayoría de los gabinetes psiquiátricos. Lo cierto y verdad es, que la farmacología si que ha avanzado mucho en el alivio de los síntomas que los enfermos mentales padecen. Y ello viene dado por las investigaciones sobre el funcionamiento del cerebro y la actividad electroquímica del mismo. Esto último ha permitido conocer que, reduciendo,mitigando o aumentando los niveles de las sustancias que liberan los neurotrasmisores (serotonina, dopamina, etc..) el paciente alivia sus síntomas y mejora notablemente los episodios y brotes de la enfermedad.
Pero aquí es donde aparece la contradicción: «una cosa es aliviar y otra muy diferente curar»; para curar una enfermedad es preciso retrotraerse a su origen, y si este no se encuentra en el órgano físico del cerebro es realmente difícil una cura o sanación total. Esto pone de manifiesto que, hasta que la medicina no avance en el conocimiento integral del indivíduo, mediante una contemplación integral y holística de la enfermedad mental; en el que se diagnostique al paciente teniendo en cuenta su parte espiritual y no sólo la biológica y psicológica, no podrá llegar a las causas últimas que provocan las patologías mentales.
«La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas.»
Sigmund Freud . Descubridor del Psicoanálisis
Ya existen antecedentes científicos de esta ruta de trabajo; la psicología transpersonal de Stanislav Groff es el primer intento científico serio de contemplar al indivíduo en su aspecto integral. Los nuevos descubrimientos sobre la mente y la conciencia realizados por eminentes neurocientíficos y psiquiatras de reconocido prestigio caminan hacia ese objetivo. La propia ciencia de la logoterapia de Victor Frankl contemplando la trascendencia del ser humano como la base del sentido de la vida y de la inteligencia espiritual, están marcando los rumbos de hacia dónde se encamina la investigación de este siglo XXI.
Con todo ello no hacen más que acercarse a los postulados de la realidad trascendente del ser humano más allá de la vida; a la trascendencia del espíritu o alma inmortal como la parte esencial del hombre que, por encima de su cerebro y sus neuronas es capaz de implementar y condicionar la vida del mismo antes de nacer, durante su existencia y después de su muerte.
Esta es una de las formas en que, parte de la comunidad científica actual, rebate la falacia del cerebro como única causa de los trastornos mentales y nos adentra en un mundo apasionante de grandes descubrimientos que iremos vislumbrando en las próximas décadas.
Trastornos de personalidad: «La falacia del cerebro» por: Antonio Lledó Flor
©2015, Amor, paz y caridad
«Decir que las neuronas son la sede de los procesos mentales, es una afirmación sin valor, pues, no existe un medio de observar la presencia de un proceso mental en el interior de las células cerebrales»
Dr. Alexis Carrel – Premio Nobel de Medicina