TESTIMONIOS

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  Si el fenómeno O.V.N.I está acaparando la atención mundial, es precisamente porque van surgiendo infinidad de casos, exceptuando todos aquellos que no ofrecen la más absoluta credibilidad, que si bien no son aceptados por un amplio sector, sí que representan un fuerte motivo de impulso hacia la investigación para aquellas
personas que han vivido alguna de las muchas experiencias existentes, o que se sienten atraídas por el tema. 
 
  De entre los muchos testimonios obtenidos, podría­mos destacar a los testigos oculares. Ciertamente, esas personas pueden poner un poco de claridad sobre este asunto; no en vano, han presenciado «in situ» casos realmen­te asombrosos, que sorprenden a los propios científicos. Las estadísticas demuestran que existe un abrumador número de observaciones perfectamente verificadas. 
 
  Debiera ser más comprendida la actitud que toman ciertos testigos presenciales, que se han visto envueltos en alguna de estas experiencias, al tratar de trasmitir, al menos, aquello que han observado, o las conclusiones que el fruto de la posterior investigación les ha podido deparar. 
 
  Indudablemente, se ha de comprobar la veracidad del caso, para lo cual, se tiene muy en cuenta el análisis y la fiabilidad del testigo. La prudencia, la sensatez y el buen proceder son un fuerte aval para la credibilidad de su sinceridad. Y una vez probada que la fuente de procedencia es fiable, se entra en un análisis más conclu­yente que adecúe y permita una mayor ampliación de los elementos de juicio disponibles, para valorar y analizar el tema con mayor ecuanimidad. 
 
  ¿Qué interés puede mover a una persona a hablar sobre una materia ciertamente comprometida a veces, tenien­do en cuenta lo mucho que suele arriesgar y lo poco que puede conseguir?. 
 
 ¿Acaso no hay personas que, literalmente, se juegan su prestigio o posición social al decir públicamente aque­llo que han podido presenciar? ¿Acaso no hay otras muchas qué no han tenido más remedio que silenciar, por múltiples motivos, sus experiencias vividas?. 
 
  Independientemente de esta aportación personal, tam­bién se debe barajar un hecho muy significativo, como es, el tremendo respaldo que suponen los testimonios de radar, las huellas tangibles, pruebas fotográficas y compro­baciones ciertamente exigentes que excluyen a globos, aero­naves, reflectores en la noche, etc.. Y lo más sorprendente de todo ello es que, estas últimas, coinciden plena y totalmente con los testimonios humanos. 
 
  Las miles de horas de vuelo que llevan muchos pilotos de las líneas aéreas, sus experiencias, el amplio conocimiento de lo que es su trabajo y de todo cuanto les circunda en el espacio aéreo, es más que suficiente para diferenciar lo que realmente es un caso O.V.N.I. de aquello otro que no lo es. 
 
  Los O.V.N.I.S. han dejado y están dejando la huella tangible de su presencia. Se han comprobado muchos casos de aterrizajes y se ha analizado exhaustivamente las propie­dades y variaciones del terreno en el que se han apreciado los efectos de algo extraño. 
 
  El Doctor Edward Zeller, profesor de Geología, Astronomía y Física en la Universidad de Kansas ha realizado eficientes estudios sobre este particular, realizando innumerables ensayos con muestras recogidas del lugar exacto donde han habido aterrizajes de. O.V.N.I.S. Estas pruebas palpables dejan de manifiesto la existencia real de un fenómeno que no es, ni mucho menos, ajeno a cualquiera de nosotros. 
 
  Otro aspecto a tener en cuenta, es el numero creciente de casos y comprobaciones, la línea totalmente ascendente que se está registrando en torno a la fenomenología O.V.N.I. y que ampara enormemente unos resultados más exactos y certeros. A medida que se profundiza y pasa el tiempo, y a la vez que se constatan más y. más casos, se va admitiendo plenamente la realidad de algo: que parecía una mera ilusión o fantasía. 
 
  Los investigadores serios y realistas que mediante su propio esfuerzo en el estudio del fenómeno O.V.N.I. han alcanzado un prestigio y autoridad notables dentro del tema, están aportando una cantidad ingente de material y comprobaciones altamente interesantes que permiten coronar con realismo las incógnitas existentes en torno a este tema. 
 
  Son muchos y muy numerosos los casos de comprobaciones científicas y humanas que verifican la existencia real de los Objetos Voladores No Identificados. Por ello, de sus investigaciones se desprende esta maravillosa y sorprendente conclusión: La existencia de los O.V.N.I.S. es una realidad tan clara que el hombre no puede ni debe negar. 
 
 
REDACCION 
 
 
 

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