LEY DE JERARQUÍAS 2

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Ley de jerarquias

DIFERENTES REALIZACIONES EN LOS MUNDOS FÍSICOS

En los mundos primitivos, donde la evolución comienza sus primeros pasos, la ayuda de mentes directoras resulta insustituible pues, los espíritus al inicio de su andadura espiritual son incapaces de conocer, por sus propios medios, qué les es más conveniente. Por ello, son dirigidos y ayudados en casi todas sus manifestaciones. Estos espíritus llegan incluso a vivir entre estas civilizaciones para servir de maestros y guías, transmitiendoles así, las enseñanzas y consejos que necesitan. Son espíritus con una gran capacidad de renuncia y sacrificio que abandonan temporalmente sus planos felices para sumergirse en cuerpos humanos, encarnando en medios primitivos para ayudar y fijar las bases de su futura evolución.

Constatamos que desde los albores de la civilización y hasta dónde alcanzan los registros humanos, existe constancia de las enseñanzas impartidas por esos grandes mentores: Krishna, Buda, Confucio, Lao Tse y otros muchos que sería extenso enumerar. A ellos añadiríamos la gran cantidad de espíritus que desarrollaron, entre otras, las culturas egipcia, mesopotámica, asiria, griega y judía. Toda esta labor no es fruto de la casualidad, sino que obedece a la planificación realizada en su momento por los arquitectos siderales qué, al definir la Obra Creadora en la Tierra y con el fin de servir de ayuda al avance filosófico y moral de la Humanidad, comprometieron excelsos ayudantes a reencarnar voluntariamente como intermediarios y colaboradores de su gobernador planetario, Jesús de Nazareth.

Seres de tamaña elevación han habido muchos a lo largo del tiempo y en los innumerables pueblos del planeta, desde hace miles y miles de años, aportando en cada momento y lugar, las enseñanzas, conocimientos y el avance espiritual, necesarios, para facilitar el crecimiento evolutivo a esos pueblos. También llegaron a Occidente seres de gran calado espiritual, algunos de los cuales han alcanzado la categoría de santos para la Iglesia Católica, por su trabajo, fe y capacidad de sacrificio. Todos estos seres forman parte del equipo colaborador planificado, haciendo ver a los habitantes del planeta que no están solos en el Universo.

También existen otros seres de gran talla espiritual que asumen la labor de guías y modelos para países, pueblos y ciudades, denominados por la iglesia católica «Patrones o Vírgenes” y que guían y mantienen la fe de esos pueblos y sientan las bases para que la sociedad no se sumerja en un materialismo embrutecedor. Esa es su misión y la realizan con sacrificio y caridad, actuando, abnegadamente, como intermediarios de los pedidos que reciben.

En idéntica medida, existen también seres que se ocupan de escuchar y atender (En la medida de lo posible), las oraciones y peticiones que se les envían desde el plano material. Contando con la autorización de seres de mayor evolución espiritual, intervienen y ayudan a los humanos en las necesidades materiales y morales, bien aliviando enfermedades, suavizando dificultades y problemas, esclareciendo e incentivando voluntades o fortaleciendo la fe indispensable para superar las pruebas y expiaciones.

Podría darse el caso que se efectuara una solicitud a una entidad espiritual concreta, que en ese momento se encuentra encarnada; en ese caso, acudirían otros espíritus de similar nivel evolutivo a dar respuesta a esas peticiones.

Podemos comprobar que en el Mundo Espiritual existe una colaboración absoluta; nada queda al azar y la actividad es siempre incesante a favor de las personas encarnadas, que tristemente no suelen ser conscientes de ello.

Otro grupo de seres de elevado patrón espiritual son aquellos que denominamos Ángeles de la Guarda. Son espíritus protectores y guías que nos acompañan en el quehacer diario, a lo largo de toda nuestra existencia, intentando siempre mantenernos en el camino correcto. Ellos hablan a nuestra conciencia y nos previenen, para así, poder paliar los peligros que pueden surgir; nos ayudan a superar las pruebas comprometidas, las necesarias expiaciones y a cumplir los objetivos asumidos antes de encarnar. Son auténticos compañeros de viaje; un viaje que realizamos dentro de un cuerpo físico y, dónde solemos olvidar los compromisos previos; por eso, su ayuda es inestimable y los resultados, no obstante, siempre dudosos.

Tampoco sería justo olvidar a esos seres que son responsables de planificar la vida futura del encarnado pues, las personas que van a recibir un nuevo cuerpo físico no suelen ser conscientes de sus propias necesidades y las pruebas que requieren; desconocen, en muchos casos, cuáles son sus deudas pendientes y los objetivos que han de cumplir. Metas todas, encaminadas a superar las imperfecciones y reponer el equilibrio perdido por los errores del pasado. Estos seres se encargan también de conseguir el ambiente y familia adecuados para poder saldar las deudas. Determinan cómo ha de ser el cuerpo físico adecuado a las futuras vivencias; cuerpo masculino o femenino, que poseerá las características adecuadas para el mejor desenvolvimiento futuro. Esas entidades se encargan de planificar las condiciones económicas, salud, carencias, minusvalías y, toda suerte de circunstancias necesarias para que se cumplan los programas de regeneración y rescate de las deudas pendientes. ¡¡Nada queda al azar!!

Debemos recordar también dentro de la faceta antes mencionada, a otros espíritus colaboradores, denominados Señores del Karma, que estudian las circunstancias positivas y negativas que el espíritu en el proceso reencarnatorio, a tenor de su recorrido anterior, ha de experimentar en su futura encarnación en la Tierra.

Como decimos, nada queda al azar, nada pasa desapercibido. Existe una escala infinita en la evolución, y cada ser, según el grado alcanzado, se ocupa de realizar el trabajo que le es necesario para su propia evolución, sirviendo, en paralelo, de ayuda a todos sus compañeros de camino. Todos los entes evolutivos necesitan ayuda mutua. ¡¡Esa es la Ley!!

Ley que se manifiesta de forma inmanente en todo el Universo, pues existe una cadena recíproca de ayuda, por la que los más capacitados ayudan a los más débiles. Es justo lo contrario de lo que ocurre en la Tierra, dónde el débil sucumbe ante el mayor.

Estas situaciones únicamente las encontraremos en los mundos de expiación semejantes a la Tierra, dónde aún quedan reductos de rebeldía y maldad, mientras llegue hasta ellos el cambio de ciclo planetario e inicien el trabajo de regeneración. Pero, en esencia, el Bien, la Luz y el Amor brillan intensamente a lo largo de todo el Universo.

En el mundo espiritual, el Bien y el Amor son las fuerzas dominantes.

En los Mundos Superiores no existe la ociosidad ni la pereza, únicamente la Ley del Trabajo y del Progreso (Componente de la Ley del Amor) y un constante avance en la búsqueda del Creador; meta última de todos los espíritus en evolución, que se ayudan entre ellos, cumpliendo la Ley de Amor, la Justicia y la Caridad.

Existen también espíritus que se unen a organizaciones dedicadas al bien común, para ayudar a sus dirigentes o las personas que detentan puestos de gran responsabilidad que, a su vez, con sus decisiones, pueden crear grandes avances o grandes sufrimientos. A todos intentan intuir y ayudarles mentalmente, para que tomen las mejores decisiones e iniciativas.

Tampoco queremos olvidar la gran labor que realizan otros espíritus colaboradores, que ayudan a los desencarnados en las regiones más dolorosas del bajo astral, que ayudan a esos espíritus rebeldes, endurecidos y vengativos que se encuentran en abismos de materialismo y maldad, alcanzando extremos inimaginables de autodestrucción. Se encargan de que también esas entidades reciban ayuda cuando, finalmente, muestran un atisbo de arrepentimiento y deseo de abandonar el infierno de sufrimiento e infelicidad en el que se hallan. Es entonces cuando estos espíritus, trabajadores en las zonas cercanas al Umbral, descienden para rescatarles y ayudarles en su regeneración; regeneración que se producirá a lo largo de numerosas vidas de mucho dolor y sufrimiento.

Tampoco podemos omitir esos seres dedicados a los avances de las Artes y las Ciencias y, de todo conocimiento que signifique un adelanto cultural para la civilización. Estos seres espirituales son, a su vez, dirigidos por grandes mentores espirituales que les instruyen y les preparan, para que una vez en la Tierra, puedan desenvolverse y conseguir las bases adecuadas para materializar los adelantos que beneficiarán a la Humanidad.

Aquellos que en la Tierra ejercieron la medicina, la enseñanza, el derecho, muchos siguen ligados al plano físico en misiones de ayuda y procurando que la profesión que abrazaron en el pasado alcance mayores cotas de dignidad y grandeza. Algunos de estos seres no cumplieron bien su trabajo en la tierra y por ello tienen ahora ese destino; cooperan con los profesionales encarnados para que no cometan los mismo errores que ellos. Algunos médiums de sanación cuentan también con la ayuda de esos viejos profesionales de la medicina que mantienen su deseo de servir y sanar a los enfermos.

Podríamos seguir enumerando, más y más, trabajos y actividades que se realizan desde el plano espiritual. Actividades todas, encaminadas a que cada individuo, de acuerdo a su nivel evolutivo, pueda cumplir en la Tierra, el cometido que ha de servir para progreso individual y colectivo.

 

Ley de jerarquías 2 por: Fermín Hernández Hernández

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