VISITAS DE DORMITORIO

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26/06/2012, en referencia a la entrevista de radio de Miguel Blanco.

   Dentro de las manifestaciones que pueden producirse de seres espirituales en nuestro mundo material, las denominadas visitas nocturnas o visitas de dormitorio suscitan muchos interrogantes, y además generan miedo y cierto estado de nervios y malestar a las personas que las sufren, a veces se llega incluso a estados de
depresión que les impiden seguir el curso normal de sus vidas. Estas personas necesitan sobre todo saber a que se deben estas manifestaciones y cómo se puede dar término a estos hechos.
 
   En muchos casos las personas que tienen estas experiencias no sólo sienten la presencia de estas entidades y sufren distintos tipos de abusos y manifestaciones todas ellas desagradables, sino que también pueden llegar a ver físicamente a los espíritus que les perturban.
 
   Hay que partir de la premisa de que todo cuanto acontece tiene una explicación lógica, nada ocurre porque sí, que hay unas leyes que regulan estas manifestaciones, y que los espíritus no irrumpen en nuestras vidas a su antojo, sino que como ahora intentaremos explicar existen diferentes razones que sometemos a su criterio y análisis.
 
   ¿Por qué ocurren estas manifestaciones? Pueden deberse a diferentes motivos. En primer lugar debemos entender que para que los espíritus se puedan manifestar en nuestro entorno necesitan de una serie de fluidos sin los cuales no pueden materializarse, en mayor o menor grado, estos fluidos los poseemos todas las personas pero especialmente aquellas que están dotadas de algún tipo de sensibilidad psíquica o facultad espiritual, poseen estos fluidos en mayor cantidad y calidad por lo cual en un momento dado un entidad espiritual puede valerse de ellos para manifestarse.
 
   De ahí que podamos sentar una primera base: aquellas personas provistas de algún tipo de sensibilidad psíquica son las más susceptibles de padecer este tipo de influencias. Esto normalmente el plano espiritual superior permite que se produzca para que la persona en cuestión movilice sus recursos y pueda llegar a comprender que quizás está llamada a realizar algún tipo de labor en el ámbito espiritual.
 
   No es casualidad que se posea esta sensibilidad, los hechos que se viven no se puedan negar y son la prueba más evidente de que existe algo más que escapa a nuestros sentidos, esto produce en nosotros una inquietud que nos lleva a iniciar una búsqueda de respuestas. El conocimiento que viene como consecuencia de esa búsqueda aclarará nuestras dudas, nos llevará a contactar con personas ya con experiencia en este terreno y se disiparán el miedo y los temores.
 
   Por lo tanto en muchos casos estas manifestaciones no tienen otro sentido que el de servir de aviso y de prueba de que “hay algo más”  a las personas, para que indaguen y se genere en ellos una inquietud que les lleve posteriormente a la clarificación de sus ideas y asimilación de unos principios espirituales. De no producirse estas manifestaciones nos sería mucho más difícil admitir la parte espiritual y que en efecto venimos dotados de unas facultades especiales con las cuales podemos hacer un trabajo espiritual y cumplir con unos compromisos adquiridos antes de encarnar.
 
   En este sentido hemos de confirmar que son muchas las personas que a raíz de estos acontecimientos han logrado encauzar sus vidas dentro de unos derroteros espirituales y que una vez puestos en el camino y aclaradas todas las incógnitas, aquellas manifestaciones se quedan en una mera anécdota y se les da la importancia que tienen que nos es otra que servir para el despertar a un conocimiento espiritual tan natural como la vida misma.
 
   También hay que decir que no sólo se producen manifestaciones producidas por espíritus de orden inferior, sino que también y son las mas de las veces, son efectuadas por nuestros propios espíritus protectores o espíritus amigos que también nos quieren ayudar en ese despertar de inquietudes a una realidad espiritual. Otra cosa es que debido a nuestra ignorancia y desconocimiento, estas manifestaciones nos produzcan ese miedo y temor al que hacíamos referencia, y que lógicamente rechacemos estos hechos al no saber a qué atribuirlos, no obstante de este modo nos están brindando la oportunidad de conocer que no estamos solos. Nuestro deber a partir de este momento está en descubrir a que se deben estas manifestaciones, y si estamos guiados por la buena voluntad y predisposición sin duda que vamos a llegar a comprenderlo y a saber todos los porqués.
 
   Otra cosa es que lo queramos admitir y queramos profundizar en la materia, ahí entra en juego nuestro libre albedrío y deseos de emprender un trabajo espiritual, podemos admitirlo o rechazarlo y esto tendrá unas consecuencias u otras. Pero nunca podremos negar que el mundo espiritual nos echó una mano y quiso hacernos conscientes de unas tareas que teníamos asignada antes de encarnar.
 
   Ahora bien no todos los casos son iguales, y no se puede generalizar, debiendo hacer otro análisis diferente dentro de este tipo de manifestaciones que también se producen. Estos son los hechos efectuados por entidades espirituales de orden inferior, y que no buscan otra cosa que no sea entorpecernos y hacernos hasta cierto punto  algún daño.
 
  ¿Por qué se permiten estas manifestaciones de orden negativo? En la mayoría de los casos son espíritus que, tanto el encarnado como el desencarnado que ya se conocen de otras existencias, que tienen vínculos que les unen, pero no son vínculos de amor, sino de odio y de viejas querellas y rencillas, el uno se siente víctima del otro, y en su afán de buscar la justicia por su mano busca la venganza y no desea otra cosa que mortificar a su enemigo, el caso es que les falta a ambos el suero del perdón y la comprensión, y hasta que esta situación no se produzca el ser que está en el espacio tiene cierta ventaja sobre el que está encarnado. Se sabe que hay espíritus que pueden estar durante siglos, existencia tras existencia en un estado de lucha permanente, debido al daño que el uno al otro se causaron y que ninguno de los dos quiere poner fin. De ahí que en ocasiones se pasa de la simple influencia que puede ser más o menos molesta y perturbadora, a los grados mas elevados de posesión, subyugación y fascinación, dependiendo de la maldad y de los lazos que unen a ciertos espíritus.
 
   De arriba permiten hasta cierto punto estas manifestaciones del espíritu agresor, que una vez cometido el delito, por llamarlo de alguna manera, pueden reprenderle y llamarle al orden separándolo a la fuerza de la víctima, no obstante, estos espíritus están imantados por el odio y el rencor, mientras que el amor une, el odio imanta, es por eso que a veces el espíritu agresor como fruto de los hechos del pasado tiene la puerta entreabierta hacia su enemigo y pueden volver a producirse sucesivamente tales influencias.
 
  ¿Qué se puede hacer? Recurrir al perdón, recurrir a la oración para que paulatinamente vayan suavizándose las relaciones entre ambos y desapareciendo esas viejas rencillas. No olvidemos que durante el sueño el espíritu se emancipa de la materia y puede trabajar en ese espacio de tiempo para su regeneración, aceptando los errores del pasado y limando las asperezas con sus enemigos de otrora.
 
   Pero esto a veces es difícil y se puede tardar hasta siglos para enmendar los errores y que la otra parte se sienta satisfecha y oriente también su vida lejos del odio y del rencor. Es por eso que cuando un espíritu henchido de sentimientos de venganza y de odio, encuentra a su enemigo que ahora está encarnado pueda llegar a hacerle daño de diferentes maneras. Los lazos del pasado son para él como un pasaporte hacia su victima, con la que cual tiene cuentas pendientes, pero eso ha de llegar a buen fin, a través del perdón y la reparación.
 
  En este punto recurrir a la oración en favor de nuestros enemigos es fundamental siendo lo más efectivo para que podamos ir desembarazándonos de este tipo de manifestaciones. De hecho, existen algunos grupos espíritas especializados en labores de desobsesión, ya que hay muchas personas con verdaderos trastornos de personalidad, en procesos de obsesión etc., que no son mas que fruto de este tipo de uniones del pasado.
 
  Es muy necesario insistimos en recurrir a la oración para que la parte espiritual superior vaya haciendo ese trabajo de acercamiento fraterno entre ambos  y se rompan esas cadenas tan vigorosas que mantienen imantados como decimos a estos espíritus.
 
 
F.H.H.
© Grupo Villena 2012
 
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