TIEMPOS CONVULSOS

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        El mundo sigue avanzando. Todo se va desarrollando poco a poco, las ciencias, la tecnología, todos los ámbitos del saber humano van ampliándose. Estamos presenciando como ha cambiado la faz de la Tierra debido al avance del conocimiento
humano. Sin embargo, por dentro seguimos siendo muy parecidos, los defectos que albergamos impiden que en la tierra se pongan de manifiesto otras formas de convivir que nos reporten igualdad, solidaridad, paz y felicidad.
  Siguen existiendo guerras, no ya sólo a nivel de enfrentamientos entre pueblos y naciones, hay detrás una guerra por el poder, por la economía, una guerra por la ambición desmedida de dominar y hacer prevalecer un modelo de sociedad que tan sólo beneficia a unos pocos mientras que millones de personas siguen viviendo en la miseria de la que muy difícilmente van a poder salir.
  Muchos expertos de todo, economistas, sociólogos, filósofos,pero lo cierto es que en nuestro planeta no reina la tranquilidad, la estabilidad, la serenidad, la armonía y todos esos adjetivos que se quedan en eso. Estamos viviendo bajo una sombra de tensión, de miedo, de inseguridad, que nos impiden desarrollar los valores humanos por que es la ley de sálvese el que pueda.
   No debemos distraernos con este cúmulo de acontecimientos que nos están desbordando, digase la crisis que estamos atravesando, la globalización, las manifestciones, los cambios políticos, etc; estamos en un momento en el que hemos de volcar nuestros conocimientos en el día a día, hemos de demostrar lo que sabemos orientado nuestra vida dentro de las leyes morales que nuestra doctrina nos ha trasnmitido.
 Por otro lado, el terrorismo, el temor y la inseguridad, la corrupción y la falta de lealtad han minado nuestra sociedad de una manera que va a ser difícil que las aguas vuelvan a su cauce, se han cometido y se cometen tantos desmanes, que la sociedad en general ha perdido la fe y la confianza en los estamentos que se suponen debían llevar el barco a buen puerto. El mundo va a la deriva inmerso en un materialismo embrutecedor que no se para a pensar y a reflexionar cuales van a ser las consecuencias de sus actos.
 No podemos echar toda la culpa a los gobernantes y a los hombres poderosos porque al final cada uno decide coger un camino u otro, obrar de una forma o de otra. Es por ello que hemos de asirnos con fuerza a nuestros principios y nobles ideales de espiritualidad, sabiendo que cada uno progresa en la medida en que se esfuerza y va superando las pruebas que la vida le depara, y que solo de nosotros depende tener existencias futuras en mejores condiciones.
 La Tierra es una escuela cuyo alumnado está todavía es las primeras fases de la evolución, cuesta mucho superar las pruebas y las vicisitudes que la vida nos depara para que nuestro espíritu se fortalezca y no se deje llevar por lo que hace el resto. No nos dejemos llevar por la corriente, no dejemos que otros piensen por nosotros, no justifiquemos nuestros problemas y sufrimientos, cada persona puede reaccionar de una manera distinta ante una misma situación, ahí está la fuerza del espíritu y su evolución.
  Aprovechemos estos momentos difíciles para nutrirnos de buenas experiencias y saber elegir nuestra manera de actuar acorde a los conocimientos que se nos han dado. Seguro que en más de una ocasión no obramos así, sino que nos dejamos llevar por nuestros defectos, pero eso lo podemos corregir la próxima vez, y hacer votos para que sea nuestra conciencia y la experiencia que ya poseemos la guía que nos lleve a una buena actitud y a un buen hacer en el día a día.
 Somos niños espiritualmente hablando, pero estamos en la frontera de la mayoría de edad, hemos vivido miles de experiencias, para que ahora seamos capaces de caminar por nosotros mismos. Necesario se hace escuchar la voz de la conciencia, para actuar con nobleza, y estar muy atentos a la ayuda espiritual que siempre esta muy cerca de nosotros. Sepamos abrir nuestra mente, cuando las propias limitaciones nos impidan ver mas allá.
F.H.H.

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