EMOTIVIDAD

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(Viene del anterior)
 
  Entre los diversos aspectos de la emotividad, la propensión a irritarse es, por desventura, bastante generalizada, especialmente en las personas muy emotivas y neuróticas. Salvo algunas excepciones, las personas de esa condición, las personas irritables
y coléricas, desconocen los estragos que esa tara psíquica ocasiona en su persona, tanto en el aspecto de sus relaciones sociales como de familia, así como la influencia perniciosa en la salud del cuerpo y del alma. Porque, la irritabilidad e iracundia son causa de muchos males en sus diversas manifestaciones: irritaciones, arrebatos, cólera, etc.; y también de grandes estragos en las relaciones humanas, cuando son acicateadas por alguna pasión, miedo, ambición de poder, etc., y aun caprichos.
 
  La irritabilidad es una propensión que el Ser espiritual arrastra en su psiquismo, de sus vidas primitivas. Es una tendencia negativa no superada aún por una gran parte de nuestra humanidad, por no haber aprendido todavía a controlar su emotividad; siendo uno de los mayores impedimentos que la naturaleza inferior opone al perfeccionamiento del carácter y evolución del Espíritu. Y es causante de esos estados afectivos de sobreexcitación que demuestran una inferioridad del carácter y de gran perjuicio en las relaciones humanas; pues, a nadie agrada mantener relaciones de amistad, ni aún parentesco, con personas que se irritan fácilmente; por lo que pierde el afecto de sus relacionadoy hasta familiares. La psicología moderna clasifica esta tara, como exaltación del egoísmo.
 
  Las personas irritables reaccionan violentamente ante situaciones triviales. Fomentan las disputas por nimiedades. Y en cada acceso de ira, en cada rabieta o irritación emocional, irradiaciones psicomagnéticas de gran intensidad perturbadora, son generadas por el afectado, produciendo desequilibrio psíquico y derroche de energías nerviosas que, poco a poco, van afectando la salud, porque lastiman las células nerviosas (neuronas) y altera el funcionamiento de los sistemas glandulares, tales como la suprarrenal, páncreas, hígado, tiroides, pituitaria o hipófisis y otras, afectando el funcionamiento fisiológico del organismo y con ello la salud.
 
  Entre los sistemas glandulares citados, la pituitaria es de las más afectadas; pues, en los casos de irritación, iracundia, etc., y aun mal humor y enfados, producen unas hormonas que, al pasar al torrente sanguíneo en esos estados afectivos, resultan tóxicas, afectando el funcionamiento de los demás sistemas glandulares, con el consiguiente perjuicio para la salud. Y esa toxicidad, o los efectos de la misma, van acumulándose en el organismo, año tras año, conformando un cuadro morboso que puede ser apreciado en ciertas personas enfermas o carentes de salud.
 
( continuará)
 
 
SEBASTIAN DE ARAUCO
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