REALIDAD Y CIENCIA

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Realidad y ciencia

UN NUEVO ENFOQUE

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«Dado que los científicos de la nueva ciencia necesitarán sumergirse en la transformación espiritual, preguntamos: ¿pueden estos científicos actuar también como maestros del espíritu? En lugar de iglesias y templos, ¿por qué no habríamos de tener un único escenario universitario universal para toda educación, material y espiritual? Para todo amante de la búsqueda de la verdad, el progreso de la ciencia, se presenta como la vía alternativa de comprensión de la realidad de la vida,al enfoque que ofrecen las filosofías, religiones y doctrinas espirituales.«

Dr. Amit Goswami – Físico Cuántico

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A poco que la inquietud por saber y comprender la realidad, actualice los conocimientos y avances que el desarrollo científico está protagonizando en las dos últimas décadas; hemos de concordar necesariamente que el paradigma científico está cambiando notablemente. El antiguo modelo organicista, reduccionista, mecanicista que mira al universo y al hombre como una máquina, está siendo sustituido por un nuevo paradigma.

La tendencia a fragmentar, diseccionar y separar el análisis de la realidad que ha venido influenciando el pensamiento científico durante casi un siglo, está viéndose claramente sustituída por la tendencia a sintetizar, cohesionar, y comprender la realidad como un todo interconectado; donde las partes forman el conjunto y a su vez cada una representa la totalidad de las cualidades del conjunto, como en un holograma.

Esta tendencia es ya una realidad; abanderada por la física cuántica (Greg Braden, David Bohm, Amit Goswami) demostrando la existencia de un campo energético y un orden implícito que unifica todo el universo; la Neurobiología (Gerald Hutler) que remueve los principios del origen de las especies materialista, basado únicamente en la supervivencia genética del más fuerte por el de la evolución del amor; la Genética (Francis Collins) que presenta el origen de la vida en la célula con un primer motor que algunos identifican con Dios; la Psicología Transpersonal (Stanislav Groff) que analiza los estados psicológicos contemplando el principio espiritual; la Neurociencia Afectiva (Richard Davidson & David Góleman) que permiten entender cómo la mente modifica incluso la estructura biológica del cerebro; entre otras muchas disciplinas científicas. Todos ellos doctores, algunos catedráticos y los más, personalidades de la más alta reputación científica e investigadora.

¿Que significa ese cambio de tendencia.? Sin duda un cambio integral en la forma de focalizar e investigar al hombre y al universo; estamos caminando a la sustitución del paradigma materialista por un paradigma espiritualista, una concepción espiritualista de la realidad del universo y el hombre a través de la nueva ciencia. Un nuevo enfoque, integral, cohesionador, donde todo está conectado y donde se tienen en cuenta la sabiduría antigua, las prácticas orientales de control mental, las filosofías occidentales que colocan al hombre en su triple naturaleza biológica, psicológica y espiritual (conciencia) etc.

Pero si esto ya es un hecho constatable y los hechos lo demuestran; necesitamos explicar desde el otro lado; desde la otra cara de la moneda, la espiritual, cómo se comprende y se acepta la realidad de la vida, el avance científico y la comprensión de la realidad del hombre y del universo.

A la luz del conocimiento espiritual, no existe ciencia más exacta, más elevada y más profunda que la verdad de Dios manifestada en su creación. Si la ciencia humana trata de explicar la realidad descubriendo los mecanismos que la hacen posible; el origen de estos mecanismos son las leyes divinas; y aunque muchas de ellas sean todavía completamente desconocidas para la ciencia actual; se trata de las normas instituidas por el creador en todos los universos físicos y espirituales, gran parte de ellas ignoradas por el hombre debido a su escaso adelanto evolutivo, y algunas de las cuales comenzamos ahora a interpretar.

Y utilizamos el término «interpretar» porque la esencia de todo aquello que nos rodea; la verdad última de la realidad que podemos percibir con nuestros sentidos físicos, así como aquello que no está a nuestro alcance, sólo pertenece a la Mente Divina; y en la medida del progreso y evolución del espíritu, se nos permite vislumbrar nuevos conceptos de verdad; que se convierten a su vez en nuevos postulados científicos, que abren la comprensión de la realidad al ser humano, desterrando los viejos dogmas religiosos y los reduccionismos científicos materialistas mantenidos hasta la fecha.

Así pues, lo más científico que existe es aceptar una fuerza creadora inicial como afirmaba Max Planck, Premio Nobel de Física en 1944:

«Como un hombre que ha dedicado toda su vida al estudio de la materia les digo: !No existe la materia como tal!. Toda la materia se origina y existe solamente en virtud de una fuerza que hace vibrar las partículas del átomo, manteniendo unido su minúsculo sistema solar. Debemos asumir tras esa fuerza, la existencia de una Mente Consciente e Inteligente. Esta Mente es la Matriz de toda la materia.»

El espiritualismo moderno que representa la filosofía espírita de Kardec, nos define a Dios como la Causa primera e Inteligencia suprema; que como fuerza creadora origina el universo, organiza y como Mente Divina dirige sus leyes de funcionamiento de forma consciente e inteligente. Este paralelismo entre la física cuántica y los conceptos espirituales son parte de este nuevo cambio de paradigma al que hacíamos referencia arriba.

Si a ello añadimos que esta Mente Consciente e Inteligente es de naturaleza espiritual; y que su máxima creación, el hombre, posee parte de su naturaleza divina al ser un espíritu o alma encarnada en proceso evolutivo, comprenderemos que la principal sustancia del universo que perdura, trasciende y evoluciona no es la materia sino el espíritu.

Entendiendo la posición evolutiva del espíritu sabemos que el razonamiento no es más que una de las muchas facultades al servicio del hombre; y ni siquiera la más perfecta; existe la intuición, la inspiración, la sabiduría, el amor, la integración en el espíritu, la visualización de la profundidad del alma, la percepción y la presencia de aquello que representa la divinidad dentro de nosotros mismos, los niveles de conciencia superior, la plenitud, etc.

Muchas de estas facultades no se encuentran todavía al alcance de la mayoría, pues nuestro nivel evolutivo no es significativo todavía. A partir del desarrollo de estas «facultades del espíritu», y a través de las mismas, se puede ir percibiendo la realidad última del universo, que pobremente podemos explicar mediante el lenguaje; pues algunas de ellas son «experiencias evolutivas que se viven» cuando el espíritu alcanza estados de perfección moral superior.

Algunas de estas facultades superiores representan para el espíritu la integración en la obra divina dirigida por el amor universal, que es Dios, en su máxima expresión; y todo ello sin merma alguna de individualidad, antes al contrario, en plenitud consciente, totalmente alejado de cualquier planteamiento panteísta de la realidad de dilución en el todo.

Así pues; permanezcamos atentos a los tiempos que vivimos; pues sin duda, el torrente imparable del avance científico y el cambio de paradigma mencionado nos hará comprobar en pocos años que, el hombre y el universo, no son máquinas o elementos regidos únicamente por leyes físicas o genes que compiten por trascender; sino obras extraordinarias detrás de las cuales se halla esa fuerza, esa Mente de la que hablaba Planck y que nosotros llamamos Dios.

Realidad y ciencia por: Redacción

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