ORGANIZACIONES DEL MAL

0
68
Organizaciones del mal

En artículos anteriores, hemos hablado sobre el astral inferior, pero bien merece la pena ampliar esta información, que completa, si es posible, un estudio sobre las Organizaciones del Mal.

Se trata de organizaciones situadas en las regiones inferiores del bajo astral que debido a su importancia y constante interferencia en los asuntos humanos deben ser bien conocidas, para que todas las personas, espiritas o no, sean conscientes del peligro que suponen. Son agrupaciones de espíritus de baja condición moral, muy inteligentes y con un elevado grado de endeudamiento, que en su afán de eludir las responsabilidades morales, se dedican a acosar a todos aquellos que trabajan en la ayuda a sus semejantes y en aras del progreso espiritual.

Es muy importante ser conscientes de la existencia de estas asociaciones de espíritus, que como citamos, se dedican a causar todo el daño que les resulta posible a las iniciativas de índole progresista y espiritual; buscando entorpecer, confundir, molestar, paralizar y sobre todo obsesar a los individiuos, creando el mal de modo generalizado allí dónde se les da cabida o puede existir una falta de vigilancia.

Su existencia está dedicada, única y exclusivamente, a interferir en el progreso de los humanos encarnados. Sienten íntimamente, que su tiempo se está acabando y desean crear todo el daño posible en la Obra regeneradora del ser humano.

Su meta y principal objetivo es oponerse a todas aquellas iniciativas de ámbito moral y espiritual, que ayuden a los individuos en su progreso y evolución, bien individual y colectivo.

¡Cuantos menos trabajadores en la Obra, mejor para sus fines!

Para ello, persiguen y acosan a todas las personas que se dedican a trabajar altruistamente, y más especialmente, a las organizaciones y grupos que tienen como fin el trabajo de evolución moral del ser humano, sean de índole espiritual o no. Las ONG´s y cualquier otra asociación que promueva la ayuda a los necesitados de toda condición quedarán también dentro de sus fines. Cualquier esfuerzo que busque la ayuda y mejora de los individuos estará siempre bajo su punto de mira.

Estas bandas buscarán siempre crear desunión, dividir, confundir y destruir las organizaciones humanas, usando todo tipo de artimañas, empleando todos sus medios, entorpeciéndoles –si no pueden destruirlos- y que no lleguen a cumplir su labor y proyectos en el planeta.

Son bandas de seres malignos, almas llenas de odio y miseria moral, antiguos dirigentes sociales, administrativos y religiosos, que desean perpetuarse en el poder y que para conseguirlo, utilizan a sus subalternos, líderes, ejércitos, estructuras, psicólogos y pensadores, que estudian los métodos para conseguir el mayor daño posible a los seres humanos. Son entes dotados, en su generalidad, (Cómo cuando vivían encarnados) de una gran inteligencia y fuerza mental, con gran poder de persuasión y seducción y con un elevado dominio sobre todos los que consideran sus vasallos y esclavos.

Son entidades espirituales asentadas, durante cientos y cientos de años, en el odio, el rencor y la rebeldía. Son seres que en un remoto pasado, en existencias anteriores, no han sabido o querido entender las experiencias que necesitaban y recibieron. Se han rebelado contra las existencias que la Ley de Causa y Efecto les impuso y han tomado una actitud de lucha y oposición contra la parte espiritual positiva.

Como resultado de su intransigencia y no habiendo asimilado las experiencias de sus vidas anteriores, ya lejanas en el tiempo; sintiéndose perjudicados por la Divinidad, han tejido en su interior un deseo de venganza hacia todo aquello que representa el bien, la luz y el amor, en suma, contra todo aquello que implica progreso y superación personal y espiritual, la Evolución.

Todos estos hermanos se sienten agraviados espiritualmente por no haber tenido o conseguido aquello que esperaban en sus planteamientos. Personajes, en muchos casos de origen religioso, imbuidos en el fanatismo de su época, creen tener la fuerza y la autoridad para enfrentarse y desafiar a los Espíritus superiores y a Dios. Para ello, se alían entre sí, buscando enfrentar seria batalla a los planos espirituales.

Se creen con derecho a dominar la Tierra y aquellas regiones inferiores de las que se han adueñado, dónde son mandatarios y señores. Quieren crear un mundo aparte donde ellos sean los únicos gobernantes, establecer sus normas y leyes, y el dominio del más fuerte, siempre mediante la dictadura del terror, del sufrimiento y las torturas. No quieren saber nada acerca del progreso espiritual ni someterse a las Leyes Divinas que gobiernan los planos físico y espiritual; su rebeldía les lleva a creer que pueden perpetuarse indefinidamente, manteniendo un pulso con los planos de Luz y con el Creador mismo.

Dicen: De los reinos celestiales que se ocupen los Ángeles, de la Tierra y los mundos inferiores nos ocupamos nosotros que somos sus gobernantes. Tal es su convicción.

Son organizaciones dominadas completamente por el orgullo y la ambición, por el egoísmo y el materialismo más burdos, que les llevan a alcanzar un nivel de estancamiento, animalidad e imperfección tan elevados, que no pueden, ni quieren admitir, que tendrán que abandonar esos planos en un futuro. No obstante, sin aceptarlo, están llegando al día en que deberán someterse a la Ley Divina del Progreso y comenzar a recoger su siembra de sufrimiento y vidas de expiación. Vidas difíciles y duras; existencias que el Padre, en su infinita bondad, les asigna para desandar el camino equivocado.

Pero la transición planetaria llega también a esos planos. Por imperativos de la Ley de Evolución y Progreso, se ha de producir una depuración completa de los planos astrales de la Tierra, depuración de una envergadura tal, como nunca antes se ha conocido pues, al convertirse este planeta en un Mundo de Regeneración ya no admitirá ningún habitante que no alcance el nivel vibratorio mínimo.

Estos hermanos del bajo astral, que viven dominados por esa condición de inferioridad, que saben que carecen de un cuerpo físico y que existe una vida espiritual en evolución; por su rebeldía, creen que pueden vivir indefinidamente, aprovechando y explotando los defectos, debilidades, vicios y miserias de todos los habitantes de un planeta atrasado e imperfecto como es el nuestro. Les ha resultado sumamente provechoso explotar a su antojo la Ley del Libre Albedrío. Todas aquellas personas invigilantes, todos aquellos incautos que por su falta de evolución, por su afinidad hacia las bajas pasiones y por su falta de preparación moral han escogido el camino de los vicios y las pasiones descontroladas, perjudicando de ese modo a sus semejantes, se han convertido en sus víctimas propiciatorias y se han subyugado a sus malsanas influencias. Estas transgresiones a la Ley del Amor y a la Ley del Progreso les han llevado a incrementar sus compromisos y deuda moral. Deuda que habrán de pagar en un futuro inmediato.

Aquellos que se posicionaron libremente del lado de la maldad y de las sombras, cuando fallezcan, por Ley de Vibración y Afinidad, pasarán a residir en esos planos de vida donde reinan sus propias maldades y formas de pensar; de allí no podrán salir en tanto no sean conscientes de su realidad y admitan su responsabilidad y errores; sólo entonces, se pondrán en marcha los mecanismos de rescate y recuperación, pero mientras tanto quedarán ahí, imantados a ese bajo astral que les corresponden por sus bajas pasiones, obras e imperfección moral. Y tienen un enorme riesgo de dar con sus huesos en planetas primitivos, mundos primarios dónde ayudarán a evolucionar a sus primitivos habitantes con su inteligencia y acerbo de conocimientos.

Esos líderes, con sus elevados conocimientos, maldad y permanente enfrentamiento con las Leyes Universales, ignorantes del Plan Divino de Evolución creen, en su cortedad de miras, que pueden retar al propio Creador y mantenerse, intransigentemente estancados en el pasado, por cientos y cientos de años, acumulando responsabilidades y deudas, cerrados a cualquier cambio de actitud o de planteamiento que les obligue a reconocer sus errores y su violación sistemática a las Leyes Universales.

Son seres de una gran inteligencia y poder, dotados de facultades mentales para engañar, seducir, manipular e hipnotizar, con variadas destrezas mentales que usan para el mal, produciendo mucho daño a los espíritus que están bajo su influencia, tanto encarnados como desencarnados.

¡Si por un momento pudiésemos imaginar la cantidad de personas que existen en la Tierra subyugadas a ellos! Sin duda, nos llevaríamos una triste sorpresa.

Esos expertos de la subyugación han ido, poco a poco, minando la voluntad de esas personas hasta convertirles en enfermos incapaces de valerse por sí mismos. 

Debemos pues, ser muy conscientes y poner un cuidado extremo en la auto-protección, para no ser influenciados por estas perversas entidades.

¿Y cómo podremos luchar contra ellos? Con un constante trabajo espiritual en la búsqueda de la perfección, ampliando los conocimientos adquiridos y, sobre todo, llevándolos a la práctica, procurando dirigir nuestros actos por las Leyes Divinas, Leyes Universales que debemos conocer y tener siempre presentes.

El trabajo cotidiano de auto-superación, la vigilancia sobre pensamientos, sentimientos, emociones, acciones y defectos, nos ha de permitir, cada día, ir obteniendo un mayor control sobre ellos. Este ha de ser para todos un trabajo diario y constante.

Vivamos pues cada día con ilusión y sentimientos renovados, confiando en lo Alto y buscando superar y rectificar los errores. Con esta actitud, crearemos una barrera de autoprotección, un escudo de autoridad moral que impedirá que estos hermanos desviados puedan acercarse hasta nosotros para debilitarnos y perjudicar nuestro trabajo, instando que cometamos actos no deseados e incluso irreparables.

Debemos saber que estudian nuestras debilidades e imperfecciones, que conocen el objetivo que nos trae a la Tierra, y que harán todo lo que les resulte posible para conseguir nuestro fracaso y el abandono de la tarea comprometida. Nos compete el estudio diario, para avanzar un poquito más cada día en nuestra mejora interna, así, estos insidiosos se verán imposibilitados para manejarnos a su antojo y se cansarán de insistir, una y otra vez, dejando libre el camino.

Lo intentarán una y otra vez, con todos sus medios, pensamientos, intuiciones, constantemente, directamente o a distancia, nos rodearán de todo tipo de pruebas, para que siempre tengamos las excusas y justificaciones que nos obliguen a abandonar el trabajo de superación y ejemplo hacia los demás.

Intentarán hacer flaquear nuestra voluntad, nos lanzarán atracciones materiales, influencias, poder, dinero, sexo; buscarán que nos enfrentemos con amigos y familiares para que olvidemos lo espiritual. Tienen un sinnúmero de métodos para influir en nuestras vidas e impedir que cumplamos nuestra misión.

Pero no debemos olvidar que tenemos también grandes recursos a nuestro alcance, recursos para rechazar sus tentaciones y bajezas morales, para rechazar todo aquello que a la postre, no requiera esfuerzo, renuncia o sacrificio; pues únicamente estos valores nos impiden llegar a las metas y objetivos planificados.

Uno de esos grandes recursos y que ha de servirnos en momentos de debilidad y confusión es la oración. La oración es, posiblemente, el mayor de los recursos que poseemos y que nos servirá en los momentos de duda o debilidad, en todas las situaciones en las que necesitemos ayuda espiritual, protección y amparo; siempre que necesitemos el apoyo de la parte espiritual positiva. Con este recurso, nuestros compañeros espirituales, los ángeles custodios que nos acompañan constantemente, movilizarán los recursos necesarios para nuestra protección y progreso. Están esperando nuestras peticiones, pues sin ellas, la Ley del Libre Albedrío les impide actuar, necesitan nuestro primer paso y la sinceridad en el pedido.

Si cumplimos nuestros compromisos, estos espíritus protectores y compañeros serán nuestra ayuda, opondrán una barrera contra esos insidiosos espíritus, bloqueándolos, hasta que comprendan que nada pueden hacer contra los trabajadores de la Obra, llegando inclusive a convencerles para que depongan su actitud y piensen en su propia regeneración.

 

Organizaciones del mal:    Fermín Hernández Hernández

GRUPO VILLENA

Publicidad solidaria gratuita