El pasado 1 y 2 de Junio tuvo lugar, organizado por el grupo de Igualada, la edición nº XX de la “Trobada Espírita” en la ciudad de Igualada. Si ya es un éxito felicitar la continuidad de dos décadas de organización y trabajo de este magnífico grupo, no es menos cierto que el formato elegido es igualmente exitoso y cumple a la perfección con los dos pilares que, a nuestro entender, deben constituir el trabajo actual de todo grupo espírita que se precie; a saber: la divulgación y la confraternización.
Así pues, el primer día sábado se procedió a la divulgación pública en un centro cultural de la ciudad con la programación de tres interesantes conferencias; ambas versadas en tres aspectos centrales: la moral, la ciencia y la filosofía espírita. Intervinieron Fernando Espelho con su disertación sobre los efectos perniciosos de la maledicencia; Eleine Vieira con una magnífica exposición científica sobre las energías espirituales y periespirituales, el equilibrio energético y los efectos de los pensamientos y sentimientos sobre la salud psíquica y física del ser humano; y por último, asistimos a una interesante conferencia sobre la rencarnación realizada por Antonio Lledó, donde primaron aspectos filosóficos y científicos imbricados en el fin último de esta ley: la oportunidad de hacer progresar espiritualmente al ser humano.
Una nutrida asistencia potenció el acto, y al final del mismo formularon interesantes preguntas a los conferenciantes que fueron respondidas con amplitud, quedando pues en el ambiente una jornada de gran satisfacción para los organizadores y de importante respuesta por parte del público asistente. El acto finalizó con un recordatorio realizado por el Grupo Espírita de Igualada sobre los XX años de Trobada, fotografías, participantes y un sentido homenaje a compañeros desencarnados de varios grupos que ya no están entre nosotros.
Al día siguiente en Veciana se continuaron los actos con una comida de fraternidad, a la que asistieron numerosos representantes grupos de Barcelona, y diversas ciudades cercanas, además de aquellos otros grupos que nos desplazamos al acto desde más lejos, concretamente grupos de Alicante, Valencia y Villena.
Este segundo encuentro se inició por la mañana, donde de forma espontánea, en un ambiente extraordinario, integrados en plena naturaleza, se reforzaron lazos de confianza, de fraternidad; se intercambiaron conocimientos, sugerencias, anécdotas, recuerdos entre grupos y personas conocidas de antaño dentro del movimiento espírita, se efectuaron actividades lúdicas y de otra índole. Todo bajo la hospitalidad siempre agradecida de Blas y Teresa, que pusieron a disposición de todos su propia masía para la realización del acto.
Si fue importante la divulgación del día anterior, no menos importante resultó, a nuestro entender, el acercamiento fraterno, las conversaciones saludables e informales de unos con otros, las sugerencias y los momentos de alegría y humor, que los hubo por doquier.
Este aspecto de la doctrina potencia la unión entre todos; y un movimiento unido es un movimiento vivo, pujante y fuerte, capaz de emprender todo tipo de realizaciones con garantías de éxito. Si somos capaces de mantener en el tiempo los actos de confraternización entre las personas que forman parte de los grupos espíritas, podemos tener la certeza de que de una u otra forma el mundo espiritual ayudará sobremanera en la consecución de los objetivos individuales y de grupo que todos traemos a la tierra antes de encarnar.
Así pues, en estas relaciones fraternas se observa la delicadeza, la sensibilidad, la comprensión, la empatía y aquellos aspectos positivos que refuerzan nuestras propias convicciones doctrinarias. Ojalá seamos capaces de entender la importancia de la confraternización entre todos, porque este es el pilar que refuerza el otro pilar, el de la la divulgación, para poder sostener la casa del espiritismo ante la sociedad como un edificio fuerte y compacto, donde la estructura es la divulgación y el hormigón que la une es la fraternidad; o lo que es lo mismo, un movimiento unido donde no sólo se predica, sino que se practica con el ejemplo la fraternidad entre sus miembros, tal como remarcó Kardec en El Libro de los Médiums – Item 334:
“Los grupos, correspondiéndose entre sí, visitándose y transmitiéndose sus observaciones pueden formar el núcleo de la gran familia espiritista; que un día fusionará todas las opiniones y unirá a los hombres en un mismo sentimiento de fraternidad sellado por la caridad cristiana”
Villena, 5 de Junio de 2013
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