Para que los hombres sean felices en la Tierra es preciso que ella sea poblada por espíritus buenos, tanto encarnados como desencarnados, que sólo quieran el bien. Dado que esos tiempos han llegado, en la actualidad se lleva a cabo una gran emigración entre sus habitantes. Allan Kardec. La Génesis, “La Nueva Generación” Cap. XVIII 27 y 28.
A finales del año 1985 comenzamos la publicación de una sección titulada “SÍNTOMAS DEL CAMBIO DE CICLO”, en la que pretendíamos hacer un análisis profundo de aquellas circunstancias y acontecimientos que pudieran aproximarnos a la confirmación de que efectivamente nos encontrábamos a las puertas de esa Nueva Era tan preconizada desde la venida del Maestro.
En esos momentos apenas se hablaba, o mejor dicho apenas se le daba importancia en los medios de comunicación, y por ende en los medios espiritistas, a este hecho, era algo que se suponía muy lejano; algo que sabemos que tiene que venir, porque de ello advierte la Doctrina de los Espíritus, pero que siempre se dejaba en un segundo lugar.
Esta redacción, sin embargo, siempre le ha dado una transcendencia e importancia muy significativa. El establecimiento de una nueva época, de un nuevo orden de cosas, vivir presencialmente una transición como la anunciada no es algo simple, no es una experiencia de segundo orden, es algo, pensamos, vital, y a lo que hay que darle la importancia adecuada y que se merece.
A todo en esta vida hay que prestarle el estudio, el análisis y la importancia debida, dejando a un lado los fanatismos y la fantasía, pues si no lo hacemos así pueden pasar a nuestro lado acontecimientos y experiencias que quedarán desapercibidas y no tendremos la oportunidad de sacarle el jugo y las enseñanzas que nos pueden reportar.
El espiritismo como doctrina, no tiene temor de enfrentarse a ningún análisis, al contrario está para aclarar, para interpretar, para arrojar luz, comprensión y entendimiento, en cualquier aspecto de la vida en nuestra sociedad, ya sean aspectos científicos, filosóficos, religiosos etc., el espiritismo como anunció Allan Kardec ha de andar con los tiempos, ha de evolucionar y asimilar e incorporar a su doctrina todo aquello que la humanidad como fruto del progreso vaya descubriendo y desarrollando.
Nada escapa al análisis y razonamiento del espiritismo, como doctrina es la herramienta más completa que tenemos a nuestra disposición para que seamos capaces de dilucidar todo aquello que es positivo para el progreso de la humanidad y descartar aquello que significa lo contrario; estancamiento, degradación, etc.
No debemos quedarnos anquilosados, hemos de ser valientes y transmitir claridad de ideas, razonamiento y frescura en nuestra interpretación de los momentos que vivimos y que nos afectan a todos, tenemos que atrevernos a saber dar las respuestas y las explicaciones que la sociedad pueda demandarnos, y en este sentido no cabe duda que una de las claves que vamos a vivir de aquí en adelante es la comprensión de la transición que ya ha comenzado.
Esta transición planetaria no hemos de tomarla a la ligera, no es algo trivial, podemos estar jugándonos parte de nuestro futuro aquí y ahora, en estos momentos.
¿Qué importancia creemos que le dan a este aspecto desde el plano espiritual?
¿Acaso no estarán tomando las medidas oportunas y llevando a la práctica aquellas acciones que desde la supervisión del Maestro Jesús se tengan que llevar a cabo?
Hemos de analizar los acontecimientos que estamos experimentado, por un lado a nivel geológico, tales como las catástrofes naturales, el cambio climático; por otro los cambios sociales, tales como la globalización, las crisis en lo económico, político y social, y sus consecuencias que se manifiestan sobre todo en las guerras y actos de terrorismo que causan todos los años miles de vidas sesgadas, arrojando a la miseria a miles de familias.
Las profecías del Evangelio también son otro campo a investigar y dilucidar, es preciso desvelar si coinciden con nuestro tiempo. Si el espiritismo es el Consolador Prometido, no debemos andar muy lejos de su cumplimiento.
Por otro lado entender qué tiene que ver en todo esto el fenómeno ovni-extraterrestre:
- ¿Tiene algún significado espiritual?
- ¿Aporta algo a la doctrina?
- ¿Aporta algo a la nueva humanidad que se tiene que establecer?
- ¿Qué tiene que decir el espiritismo a este respecto?
- ¿Existe alguna opinión oficial en torno a la visita de seres extraterrestres a nuestro planeta?
- ¿Vienen sólo con materia, o pueden venir también espiritualmente?
En fin son muchas las preguntas, y a todas ellas hay que encontrarles respuestas, puesto que el espiritismo sin lugar a dudas las tiene, otra cosa es que nos hayamos parado más o menos a investigar y reflexionar en este campo, o que lo hayamos descartado por considerarlo algo de dudosa importancia.
El libro Transición Planetaria psicografiado por Divaldo Pereira Franco, publicado recientemente, arroja muchísimas aclaraciones a este respecto, recomendamos su lectura y análisis profundo pues ofrece muchísimas respuestas en relación al tema que estamos tratando. En la presentación de esta obra el espíritu Manuel Filomeno de Miranda dice así:
Contribuyendo en la gran obra de regeneración de la Humanidad, espíritus de otra dimensión se sumergen en las sombras terrestres, a fin de que junto a los dignos misioneros del amor y de la caridad, de la inteligencia y del sentimiento, que protegen a los seres terrestres, puedan modificar los paisajes aflictivos, facilitando el establecimiento del Reino de Dios en los corazones.
L.R.K
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