¿EXISTE UNA LEY MORAL?

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¿Existe una ley moral?

“Dos cosas me llenan de creciente admiración y sobrecogimiento: el cielo estrellado que hay sobre mí y la Ley Moral que hay en mi interior”

 Immanuel Kant – Filósofo S. XVII

Esta frase del gran filósofo prusiano, uno de los mayores pensadores de la historia de la humanidad, refleja bien a las claras el pensamiento de muchos grandes científicos y filósofos de todos los tiempos respecto a la búsqueda de una explicación sobre la existencia y orígenes del universo y de la naturaleza moral del hombre.

Pero también deja claramente establecido que el ser humano se rige en su interior por una Ley Moral de la cual apenas es consciente, y sin embargo es tan importante o más que las leyes naturales que rigen el funcionamiento del mundo a su alrededor. Veamos qué nos dice al respecto uno de los grandes eruditos (C.S. Lewis) del pasado siglo que, siendo ateo, se propuso refutar con argumentos lógicos todo lo que tuviera que ver con la fe y la existencia de una Ley Moral. El resultado de esta investigación de varios años le llevó precisamente a renunciar a su propio ateísmo y convertirse en uno de los mayores intelectuales defensores de la existencia de Dios. Y al respecto de la Ley Moral argumenta en su libro “Mero Cristianismo”:

C.S. Lewis….”¿Qué te parecería si alguien te hiciera lo mismo? La persona que reprocha no está simplemente diciendo que el comportamiento del otro no llega a agradarle. Está apelando a una norma de comportamiento que supone que el otro conoce. De hecho, es como si ambas partes tuvieran en mente algún tipo de Ley, regla de juego o de comportamiento decente, o de moral, en torno a la cual realmente estuvieran de acuerdo. Y la tienen. Disputar es demostrar que el otro está equivocado y no tendría sentido a no ser que ambos estén de alguna manera de acuerdo en lo que es el Bien y el Mal. Esta Ley o Regla sobre el Bien y el Mal los antiguos pensadores solían llamarla “Ley Natural” y lo que querían decir es la “Ley de la Naturaleza Humana.

El concepto de lo correcto y lo incorrecto parece ser universal entre todos los miembros de la especie humana. ¿Es esto una característica del ser humano o una consecuencia de las tradiciones y la cultura? ¿Existe una Ley Moral común o son normas de conducta específicas de cada cultura?

La respuesta es obvia si miramos las normas morales generales de la mayoría de las culturas, tradiciones, filosofías y religiones. En la Biblia, en el Libro de los Muertos Egipcio, en las Leyes de Manu hindúes, en el pensamiento de los estoicos, de los platónicos, de los pieles rojas, etc., encontramos las mismas condenas a la opresión, el asesinato, la traición, la falsedad y los mismos mandamientos de amabilidad y respeto a los ancianos y niños, a los débiles, y las necesidades de la caridad, solidaridad y honestidad entre los hombres. Esta es una evidencia más que suficiente para comprender que no son la cultura ni la tradición (tan distintas en las diferentes partes del mundo) las responsables del sentido moral del hombre, sino que este último está esculpido a fuego en su propia naturaleza.

Es por ello que esta Ley Moral existe desde que el hombre es hombre, y precisamente por ello entra en conflicto con algunos pensamientos actuales que dicen que el bien y el mal absoluto no existen, minusvalorando la ética y la moral como algo relativo. ¿Qué se persigue al negar la existencia del mal y del bien? La respuesta también es obvia: si no existen, no hay necesidad de ninguna ética ni moral. 

«La moral es la ciencia por excelencia; es el arte de vivir bien y de ser dichoso»

Blaise Pascal – Científico y Filósofo. (1623-1662)

Esta enorme falacia, proclamada y repetidamente divulgada, pretende igualmente desacreditar por un lado la inmortalidad espiritual del hombre, como un ser en proceso de evolución y transformación a lo largo de los tiempos mediante la reencarnación y sujeto a una norma superior de Ley Moral. Y en segundo lugar, despojando al hombre de su esencia trascendente -el alma humana- y de cualquier responsabilidad sobre sus actos, evita tener que aceptar la existencia de un Ser Superior que ha creado todo lo que existe, e incluso ha diseñado mediante su Mente Superior un Universo con propósito y significado del cual el hombre participa. 

Esta Mente Superior de la que procede la Mente Humana ha colocado en el hombre las bases de esa Ley Moral Universal que rige para todos los seres humanos. Esta es la forma en que podemos esperar que Dios se muestre a nosotros: “dentro de nosotros mismos”. La existencia de un Dios omnipotente fuera del universo -al margen del espacio y el tiempo- presenta esta característica, estar en nuestro interior y manifestar así sus leyes, haciéndonos actuar de determinada manera.

Esta es la grandeza de la Ley Moral que Dios ha esculpido en el hombre desde el principio de los tiempos y que supone una brillante luz que le guía en su trayectoria inmortal hacia la plenitud y perfección relativas, que nos esperan mediante el propio esfuerzo a través del crecimiento en inteligencia y bondad que, vida tras vida, vamos conquistando.

Es la huella de Dios en el hombre, en su mayor creación, refrendada por multitud de pensadores, filósofos, científicos y fundadores de religiones. Descartes (Matemático y Filósofo – S. XVI) afirmó en su libro «Meditaciones  Metafísicas»: “La idea de Dios se halla impresa en el hombre como la marca del obrero en su obra”. Confirmando el mismo precepto, los espíritus confirmaron a Allán Kardec el lugar donde Dios ha esculpido su Ley para el hombre en la respuesta a la pregunta 621 del L.E (*): “¿Dónde esta escrita la Ley de Dios? – En la Conciencia”. La frase de Jesús “Vosotros sois Dioses, todos podéis hacer lo que yo hago, si queréis” es una de las mayores confirmaciones de la presencia de Dios en el interior del ser humano.

Como podemos comprobar, la frase de Kant que encabeza este artículo no puede ser más acertada. La Ley Moral forma parte de la conciencia del interior del ser humano. El conocimiento que de esto nos ofrece la filosofía de Kardec es amplio, preciso y extraordinario, pues en un resumen magnífico en el Cap. I sobre la Ley Divina y la Ley Natural se explica, de forma sencilla y al alcance de todos, la importancia de estas leyes para la vida presente y futura del hombre como espíritu inmortal, así como las repercusiones que se derivan de trasgredir o aceptar los preceptos de esta Ley Moral Universal.

Es por ello que, al respecto de nuestro conocimiento del bien o del mal, “la Ley Moral se basa en la observancia de la Ley de Dios.” Item. 629 – L.E. Allan Kardec.

Una Ley nos ilumina, una Ley nos guía, aquella que Dios ha colocado en el alma humana para conducirnos al bien, la felicidad y la plenitud para la que estamos destinados. Es la Ley Moral que rige la naturaleza humana más allá del espacio y el tiempo.

¿Existe una ley moral? por: Antonio Lledó Flor

©2019, Amor, Paz y Caridad 

Un siglo antes del pensamiento de C.S. Lewis respecto a la Ley Natural, aparece la reflexión que los espíritus dejaron a Allán Kardec en el Ítem 776 del L.E. al respecto de la ley de Dios: 

“La Ley Natural, rige a la humanidad entera, y el hombre mejora conforme comprende y practica esta Ley”

(*) L.E. Libro de los Espíritus

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