Si en todos los aspectos de la vida adoptar una actitud fanática es de lo más lamentable que podemos apreciar en las personas, dentro del campo de la mediumnidad es asimismo de los mayores errores en que se puede incurrir.
El fanatismo, como es bien sabido por todos, impide a la persona que pueda utilizar su facultad de análisis y de raciocinio para poder comprender los problemas y situaciones, así como las ideas y los nuevos conceptos que la sociedad a medida que va evolucionando incorpora a su forma de ser y de pensar.
El fanático defiende a capa y espada, con desmesurado apasionamiento, sus propias creencias, cree que él está en lo cierto y de ese modo se limita no dejando lugar a otras posibilidades y alternativas. Las ideas, que son la fuerza que mueve al mundo, son muy difíciles de entrar en una mentalidad de fanatismo que habiendo alcanzado un mínimo de conocimiento se encierra en sí misma, y lo peor de todo es que a veces llega a criticar y atacar otras formas de entender la vida en sus múltiples aspectos.
Esta actitud en el terreno de la mediumnidad es sumamente negativa, porque para llevar a la práctica una facultad mediumnica esperando conseguir resultados positivos, hay que tener una actitud analítica, de estudio y procurar estar al día en cuanto a los progresos y las necesidades que la sociedad conforme va avanzando requiere de todas las personas. La mediumnidad, al igual que todas las cosas está en constante evolución y sólo aquellos que posean una mentalidad analítica, estudiosa y aperturista podrán avanzar, al mismo tiempo que se mantendrán alejados de la posibilidad de quedarse anclados en el tiempo o poniendo en práctica facultades sin control de las mismas y fuera de todo orden ético y moral.
El fanatismo entorpece mucho a los médiums poco estudiosos y a los que no razonan lo que reciben del plano espiritual, porque al no analizar y estudiar ¿cómo van a tener la seguridad de que el trabajo que realizan está bien o mal?
Pero en la mediumnidad el problema es mucho más grande ya que no sólo afecta a los médiums, sino que arrastra consigo a muchísimas personas que, por falta de información, por dejarse guiar fanáticamente creen todo lo que pueda venir por un médium, un curandero, un vidente, etc., habiéndose detectado y denunciado muchísimos fraudes, engaños, abusos deshonestos, etc. y todo ello aprovechándose de la buena voluntad de las gentes y de su desconocimiento.
Son muchos los grupos que acuden a los trabajos mediúmnicos sólo para que los protectores les solucionen sus problemas, que les digan lo que tienen que hacer, otros por la curiosidad de escuchar lo que van a decir los espíritus, otros para comunicar con sus familiares fallecidos, en definitiva, se tiene a los espíritus protectores como apuntadores, y eso es un error, porque esa no es su misión, y de ese error se aprovechan muy bien los espíritus de los planos inferiores que se cuidan a la perfección de satisfacer todas las curiosidades que podamos tener para mantenernos alejados del estudio personal y de la responsabilidad de realizar el trabajo que verdaderamente hemos venido a cumplir.
A muchas personas les basta que los espíritus digan una cosa para creerla ciegamente, ¿es eso lo que quieren los espíritus superiores de nosotros? Si es esa la forma de proceder de nuestros guías debemos darnos cuenta de que estamos siendo engañados por espíritus burlones, por espíritus dictadores y de baja condición espiritual, porque los espíritus buenos nunca imponen nada, exponen y con gran delicadeza nos ayudan a comprender y nos llevan a razonar las cosas, para que lo veamos con claridad y, libremente, por propia convicción, lo llevemos a cabo.
La ignorancia es pues para mí quizás la mayor aliada del fanatismo. «Conoceréis la Verdad, y la Verdad os hará libres», dijo el Maestro de maestros, vemos pues que el fanatismo lejos de hacernos libres nos estanca, nos limita y nos pone en manos de un bajo astral que cada día alcanza mayor fuerza y dominio sobre la humanidad, hemos pues de salir de ese estado y abrir nuestra mente hacia la razón por el camino del estudio y de la unión con todos aquellos que avanzan según las necesidades que nuestro ser interno cada día nos exige.
El fanatismo ha sido también la causa de que muchas personas rehuyan el tema de la mediumnidad, porque se han visto tantas barbaridades, se han cometido tantos hechos ridículos, tantos abusos en todos los sentidos, se ha ofrecido una imagen de tanta ignorancia, que aquellos que tienen un buen sentido común y se dejan aconsejar por la lógica y la moral, no han tenido otra opción que repudiar la mediumnidad, porque evidentemente su razón y su corazón les apartan de tales manifestaciones.
Asimismo es también la causa de enfrentamientos, de división y desunión entre grupos y personas, porque el fanático no puede entenderse con los demás, pues mientras unos van adelantando e incorporando a sus vidas nuevas ideas y descartando otras que estaban menos acertadas, el fanático se queda estancado y no puede seguir el ritmo de los demás, entonces aún se encierra más en sí mismo y es ahí donde corre el mayor peligro, pues mientras puede estar formando parte de un grupo, aunque le cueste, puede ir adaptándose poco a poco, pero si se queda sólo corre el riesgo casi seguro de caer en las manos de ese bajo astral que todavía le sumirá en mayor confusión.
F. H. H.