DESARROLLO DE LA MEDIUMNIDAD

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Todo tipo de mediumnidad despierta en el momento preciso, según el programa a desarrollar establecido para el progreso de la persona en cuestión. A partir de ese despertar comienza el desarrollo de la facultad que llevan a cabo los espíritus protectores. El proceso de desarrollo de la facultad, hasta el
momento en que debe empezar a trabajar, no es igual en todas las personas, sino que varía mucho, dependiendo del grado de evolución espiritual alcanzado en las diversas existencias y de las condiciones y circunstancias en que se encuentra una vez en la materia.
Cuanto más evolucionado está el espíritu, el desarrollo es más rápido y prácticamente imperceptible para el médium. A menor evolución mayor es el trabajo a realizar por parte de los protectores y por lo tanto más lento. No obstante, es importante destacar que el estado anímico del futuro médium, su predisposición hacia el desarrollo de su mediumnidad, el comportamiento y la línea de conducta que lleve influyen en gran manera, dándole una gran facilidad a los espíritus protectores para que se desenvuelvan lo mejor posible y adelanten el desarrollo de la facultad y no tengan ningún problema.
Por contra, si dicho médium no ofrece estas condiciones, si está en rebeldía ante el desarrollo de su facultad, si rechaza el trabajo de los protectores, si en definitiva no se presta al desarrollo que ha de capacitarle para ser por fin un médium, se verá rodeado de un ambiente negativo que ocupará el espacio de los protectores, los cuales se encontrarán bastante imposibilitados para hacerle el desarrollo, con lo cual esta persona sufrirá los efectos de esas malas compañías a las cuales les dio paso cuando cerró la puerta a los protectores, el desarrollo seguirá su curso pero mucho más lento y embarazoso.
En estas circunstancias, en las que muchos médiums en proceso de desarrollo se ven envueltos, es cuando ocurren los trastornos psíquicos de todo tipo, mareos, desmayos, pérdida de la personalidad, etc. Todos estos desequilibrios están motivados por la influencia perturbadora que ejercen las malas compañías espirituales en los médiums en proceso de desarrollo que no supieron valorar la ayuda de sus protectores y que se dejan llevar por la comodidad despreocupándose de su condición de médium.
El desarrollo de la mediumnidad es una especie de cursillo preparatorio que nos capacita para poder ejercer más adelante una profesión. Por tanto, mientras no acaba este cursillo hemos de poner el máximo interés en llevar una linea de moralidad que permita a los espíritus protectores realizar su trabajo lo mejor posible. Una línea moral siempre en alerta mantiene alejadas a las «malas compañías espirituales» y permite que los protectores lleven el control que necesitan en el desarrollo de la mediumnidad. De este modo, éste no se ve interrumpido ni entorpecido por ningún tipo de molestias o trastornos generados por influencias negativas.
Es importante dar a conocer que no es preciso que los médiums en proceso de desarrollo acudan a ningún lugar para desarrollarse tal y como se ha venido haciendo. Es popularmente conocido que cuando en una persona empezaba a despertar una facultad espiritual enseguida se le llevaba a una casa o grupo en donde se les hacía el desarrollo a través de una mediumnidad. Debemos aclarar que no eran estas personas quienes hacen dicho desarrollo, sino que ayudan, eso si, por su condición de mediumnidad, siendo los protectores quienes hacen el desarrollo. Actualmente esta situación ha cambiado por completo. ¿Por qué ha cambiado? Principalmente, porque en la actualidad es muy elevado el número de hermanos de elevación que hay para ayudar y muchas las facultades psíquicas que van apareciendo, y por el contrario, son muy pocas las personas capacitadas para efectuar la ayuda tal y como se hacía antiguamente. Por esta razón, el proceso de desarrollo de los médiums, lo llevan a cabo los propios protectores directamente, los cuales han pedido el permiso del Padre y han obtenido más fuerza para poder efectuarlo.
De este modo, al mismo tiempo que es el propio protector quien dirige el desarrollo del médium como mejor le conviene, se asegura de que éste no tropiece con ningún sitio en donde recoja, en lugar de ayuda e ideas claras, confusión y entorpecimiento, puesto que hemos podido comprobar que muchos de estos grupos en donde se realiza esta función están anclados en el tiempo y en lugar de ayudar, aunque no tengan mala voluntad, entorpecen ya que no están debidamente orientados ni asistidos por entidades espirituales positivas.
           Hay muchas personas que cuando descubren que están en proceso de desarrollo de una facultad mediúmnica se asustan ante el temor de tener que ponerse en manos de personas desconocidas y de las que en muchos casos no tienen buenas referencias. Esta es una situación a la que se ha llegado debido a que con el paso de los años muchas cosas que en principio se practicaban bien, ahora no se ejercen igual, y existe una gran descreencia y temor motivados por el mal ejemplo ofrecido, al margen del comercio que gira en torno a estos hechos y de otras circunstancias desagradables que han sucedido. De ahí que de arriba se haya dado solución a estos hechos prescindiendo de que el futuro médium inexperto y sin conocimiento se vea envuelto en los abusos y errores que cometen con su persona.
Queda entonces una pregunta en el aire: ¿Cómo sabe el médium que su desarrollo ha terminado? Pues bien, esta es una incógnita que no ha de preocuparle porque los protectores tienen los suficientes medios para anunciárselo. Si hay cerca del médium alguna persona capacitada para comunicárselo dejarán que sea ésta quien lo haga, y si no es así, ellos mismos lo harán haciéndoseles visibles o por algún otro modo que más conveniente vean. Será entonces cuando se da por terminado el desarrollo y el médium podrá comenzar a realizar su misión según las instrucciones que su protector le haya dado.
Por último nos queda recomendar a los médiums neófitos que al comenzar a realizar su trabajo han de tener mucha prudencia y humildad, han de tener en cuenta que carecen de experiencia y que los espíritus burlones intentarán confundirlo y engañarle, por ello, en el comienzo de su trabajo no han de darle demasiada importancia al fruto que se consiga, sino considerarlo más bien como período de aprendizaje y de sintonización con su protector. Si el médium comienza con buen paso y no se deja llevar preso por la vanidad y el orgullo, sabrá rechazar las falsas comunicaciones y esto le llevará a establecer vínculos vigorosos con su protector que no permitirá en ningún momento interferencias de entidades negativas cuando sea él quien deba comunicar. Esto es sobre todo muy a destacar para los médiums psicógrafos y de incorporación cuya mediumnidad es intuitiva, los cuales son muy susceptibles de recibir falsas comunicaciones, las cuales muchas veces son permitidas por el espíritu protector como campo de aprendizaje para el médium, que debe aprender a distinguir entre las buenas y las falsas comunicaciones.
F.H.H.
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