(Viene del número anterior)
Exactamente un año y medio después de la fecha del fatal accidente, de mayo 1.957 en Hexham, Florence sintió los dolores del parto, y prontamente nacia una niña y momentos después otra niña. El doble parto habia sido normal. Recibieron los nombres de:
Gillian y Jannifer. ¿Sería, acaso, este acontecimiento el cumplimiento de la promesa que el padre dijo haber recibido de Joana y Jacqueline?
Gillian y Jannifer. ¿Sería, acaso, este acontecimiento el cumplimiento de la promesa que el padre dijo haber recibido de Joana y Jacqueline?
A medida que crecían las dos niñas, sus padres, rebosantes de felicidad, daban gracias al Cielo por esta ventura; y así discurrieron los días. Cuando Gillian y Jannifer cumplieron cinco años, resolvieron llevarlas a visitar a una hermana de Florence, quien seguia viviendo en Hexham. Y cuando iban caminando por una de las calles, la madre oye a su hija Gillian: «Madrecita, en aquella esquina hay una pastelería». Florence no dio importancia a esta frase suelta; pero, quedo preocupada cuando poco después, Jannifer le preguntó: «Madrecita, ¿nos dejas jugar en el jardín? No está muy lejos de aqui, continua .
Si bien cerca de allí había un jardín público, no era posible divisarlo desde donde iban caminando. Por esta razón, la madre preguntó a Jannifer: Hija mía, ¿cómo sabes que hay un jardín por aquí? La niña le respondió que no sabía cómo, pero que sabía que lo había. Y volviéndose hacia Gillian, le pregunto: Hija mía, ¿cómo sabes que en aquella esquina hay una pastelería, si nunca antes has estado aquí? Gillian, respondió: No sé, madrecita, pero tengo la certeza de que hay una pastelería.
Profundamente turbada, Florence dio por terminado el paseo y regresó seguidamente a casa, donde contó todo a su esposo. Este, lejos de participar de la inquietud de su esposa, se puso contentísimo, y dijo: «Ya lo sabía. Sabía que mis hijas volverían».
La frecuencia de hechos análogos, hicieron en John el propósito de buscar en la ciencia el esclarecimiento, de aquel misterio. Se fue a Londres y narró a un psicólogo su historia. El psicólogo escuchó atentamente y aconsejó al cliente dirigirse al profesor Ian Stevenson, psicólogo americano de fama mundial que se encontraba justamente en Londres en aquellos dias.
PRUEBAS EFECTIVAS.- El profesor Stevenson se interesó por el caso y acompañó a John a su casa en Whitley Bay. Allí, obrando con la dulzura necesaria para conquistar la confianza de Gillian y Jannifer, el profesor Stevenson preguntó a las niñas cuanto juzgaba interesante. Finalmente optó por llevar a cabo una pesquisa que comprendería dos pruebas: la una, llevar a, las niñas al apartamento donde la familia habitó en el anterior pueblo de Hexham; y la otra, al lugar del trágico accidente, donde las anteriores niñas Joana y Jacqueline habían perdido la vida. Todo esto se efectuó a modo de excursión, como un simple paseo.
(continuará)
SEBASTIAN DE ARAUCO
* * *