Sin embargo, no podemos obviar otra circunstancia que puede confundir, enmarañar la comprensión y valoración de este trabajo fraterno tan importante. Nos estamos refiriendo a las manifestaciones que ciertas entidades de baja condición realizan, tratando de desprestigiar la labor extraterrestre con simulacros de secuestros a supuestas naves, manifestándose “disfrazados” de forma extraña y a veces hasta repulsiva, para que los confundamos con los verdaderos viajeros de otras galaxias, aquellos seres de cierta elevación comandados por el propio Maestro Jesús. A pesar de ello, esto no puede empañar ni distraernos de su verdadera labor y su mensaje. Debemos ser prudentes y discernir, analizar bien para no caer en las trampas que esas entidades engañosas pretenden tendernos. La doctrina espirita es lo suficientemente clarificadora en este asunto. Si estudiamos la mecánica de la mediumnidad, podremos descubrir y entender que hay muchas personas que poseen facultades sin saberlo, y de ellas se aprovechan entidades espirituales que por sintonía o por ignorancia del sujeto se aproximan, provocando en algunos casos experiencias de todo tipo, algunas un tanto desagradables, como las que hemos mencionado anteriormente.
Del mismo modo, los médiums preparados y que son conscientes de su responsabilidad, deben prestar mucha atención en aquello que perciben para no ser mixtificados, así como todos aquellos, en general, que participan de cualquier actividad de carácter mediúmnico, analizando escrupulosamente todas las comunicaciones que pudieran tener relación con este campo, separando la paja del trigo.
Además de las trabas anteriormente mencionadas de esas entidades que se disfrazan para engañar y que obedecen a una estrategia de desprestigio y de confusión, existen los obstáculos propios de la ignorancia, la mera curiosidad y el desconocimiento. Nos referimos a ciertos grupos de personas que se mueven alrededor del fenómeno OVNI-extraterrestres y que han podido vivir determinadas experiencias con un fin útil. Si no son capaces de comprender el mensaje trascendente que traen y se dejan llevar por la imaginación o la fantasía, recreándose en los aspectos superficiales o exteriores, esas mismas manifestaciones dejarán de tener valor.
Dicho de otro modo, no se puede pretender resolver un enigma, como ocurre en otros apartados de la vida, exclusivamente con la constancia de un fenómeno y la recopilación de casos, sin buscar su verdadera trascendencia espiritual. Las manifestaciones por sí solas no son el argumento principal; lo que realmente ayuda a comprender es la búsqueda seria y sincera de respuestas. No es necesario ver para creer. Las creencias dan paso a las convicciones cuando observamos el sentido lógico de las cosas, y que no ponen en entredicho la armonía y sabiduría de aquello que nos rodea, formando un todo armónico, lleno de sentido. Es a partir de ese momento cuando solemos decir que: “Todas las piezas encajan perfectamente”. Alejando, al mismo tiempo, lo misterioso, lo extraño, o rechazando con prudencia aquello que no soporta el escrutinio y el análisis lógico.
Volviendo a la cuestión principal, lo que no podemos perder de vista nunca es que ellos vienen para AYUDAR en las múltiples formas ya mencionadas y en base al principio de solidaridad que comentábamos. Siempre respetando nuestro libre albedrío. Lo han hecho en todas las épocas y lo van a seguir haciendo hasta la culminación total del proceso de cambio en el que estamos inmersos.
Sin embargo, con el paso del tiempo se observa una mayor presencia, una mayor manifestación en nuestro plano de los auténticos hermanos venidos de otras dimensiones, consecuencia de que se aproxima la culminación de una labor perfectamente diseñada para esta época decisiva, y porque existe una mayor receptividad por parte de las personas que buscan respuestas y explicaciones lógicas ante los acontecimientos que estamos viviendo; con la madurez suficiente como para aceptar de una manera natural el mensaje renovador que nos traen, un mensaje que no difiere en nada con el que la espiritualidad superior nos demanda desde hace mucho tiempo.
Recordemos por ejemplo lo que era, hasta hace unos pocos años, el tema del CAMBIO DE CICLO en el ámbito espiritista; casi nadie lo tomaba en cuenta. Ahora, impulsado por los acontecimientos mundiales y por algunas obras psicográficas, vuelve a la actualidad con más fuerza. En los congresos y simposios de todo el mundo espiritista, e incluso fuera de él, se habla muy a menudo de la TRANSICIÓN PLANETARIA. No es un tema nuevo, Allan Kardec lo desarrolló pero hasta cierto punto, puesto que era necesario dejar transcurrir el tiempo para que los acontecimientos posteriores a aquella época confirmaran y ampliaran lo revelado hasta ese momento, y porque el noble codificador no disponía de mucho tiempo para avanzar en todos los campos. Lo mismo va a ocurrir con el tema extraterrestre. En base a las circunstancias que estamos viviendo hoy día, seguro que se van a producir notables avances.
Por tanto, los seguidores de la doctrina espirita debemos asumir nuestra responsabilidad, abordar el tema seriamente y darle la importancia que merece. Motivos importantes no nos faltan.
Estos hermanos espirituales venidos de otros mundos trabajan también en los centros espiritas; colaboran desempeñando labores en coordinación con los guías espirituales que nos acompañan, desde la más absoluta discreción para no perturbar a los encarnados, y porque el reconocimiento a su labor se producirá progresivamente, de una forma paulatina y gradual.
Al mismo tiempo y desde el punto de vista global, planetario, colaboran para contener las graves imprudencias de los intereses espurios de algunos estados muy poderosos, de los círculos de poder que no respetan el medio ambiente y sólo miran por sus intereses económicos, y no por la conservación de nuestro planeta-hogar completamente sano y en armonía con la naturaleza. Todo esto sin olvidar las constantes amenazas de guerras y la mala utilización de energías como la nuclear, cuyo uso indebido podría provocar efectos devastadores. Todo ello complementado por un cambio climático irreversible ya anunciado por expertos, de consecuencias a medio plazo catastróficas, aún imprevisibles pero nada halagüeñas.
Cambio de ciclo y extraterrestres por: José M. Meseguer
© Amor, Paz y Caridad, 2018