SOLIDARIDAD ENTRE LOS DIFERENTES MUNDOS

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Solidaridad entre los diferentes mundos

Volviendo al siglo XIX, el insigne codificador espírita, continuando con esa nueva visión de la vida y de aquello que nos rodea, dedica un capítulo en la obra “El Evangelio según el Espiritismo” al tema de la pluralidad de mundos habitados. En el III, con el título “Hay muchas moradas en la casa de mi Padre”,  profundiza en el tema en el apartado titulado: “Diferentes categorías de mundos habitados”; aquí nos habla de los diferentes niveles evolutivos de los planetas y de sus humanidades, dividiéndolos de la forma siguiente:

  • Mundos primitivos.- Destinados a las primeras encarnaciones del alma humana.
  • Mundos de expiación y prueba.- En donde el mal domina y de los que cuesta mucho salir.
  • Mundos regeneradores.- En donde las almas que aún tienen que corregirse adquieren nuevas fuerzas, progresando sin entorpecimientos, tan sólo teniendo que lidiar con las deficiencias propias.
  • Mundos felices.- En donde el bien adquiere una dimensión superior, sobrepujando definitivamente al mal.
  • Mundos divinos.- Morada de los espíritus purificados, en donde el bien reina sin mezcla alguna.

Posteriormente, en el apartado INSTRUCCIONES DE LOS ESPÍRITUS, el espíritu de San Agustín incide especialmente en los mundos de Expiación y Prueba, como el nuestro actual; y sobre los mundos de regeneración, explicando grosso modo sus características principales desde el punto de vista espiritual y moral, para pasar, por último, en el apartado titulado “Progresión de los mundos”, a afirmar: “Ha llegado (la Tierra) ya a uno de sus periodos de transformación, en que de mundo de expiación va a pasar a un mundo regenerador; entonces los hombres serán en ella felices, porque reinará la ley de Dios” (San Agustín, París, 1862).

Como podemos observar, está hablando del proceso planetario que está sufriendo actualmente la Tierra. Una Transición Planetaria que elevará a este mundo a uno de  categoría superior, con todo lo que ello implica. Las humanidades progresan, es la ley, pero los mundos que las albergan también. No pueden estar indefinidamente sujetos a un rol, a una categoría; esto iría en contra de la ley de la evolución; del mismo modo  que, en un pasado remoto, este globo fue promovido de Mundo Primitivo a Mundo de Expiación y Prueba.

Por otro lado, un mundo de regeneración, además de las características ya mencionadas, posee una de gran importancia, y es la posibilidad real de un contacto físico con otras civilizaciones.

También, en la obra del mismo autor “LA GÉNESIS”, en el capítulo 6, apartado “LA VIDA UNIVERSAL”, ítem 54, afirma: “Sabemos con certeza, que las obras de Dios son creaciones del pensamiento y la inteligencia, y que los mundos son la residencia de los seres que los contemplan y descubren en ellos, tras los velos, el poder y la sabiduría de quien los creó. Pero lo que interesa conocer es que las almas que los pueblan son solidarias entre sí”.   

¿De qué clase de solidaridad nos están hablando?

A continuación, en el ítem 56, agrega: “Si esos astros, que se armonizan en sus vastos sistemas, son habitados por inteligencias, no lo son por seres extraños unos de los otros, sino por seres marcados en la frente con el mismo destino, que deben reencontrarse en algún momento de acuerdo a sus funciones de vida y se buscarán según sus mutuas simpatías”.

Como explica Kardec en los párrafos anteriores, existe una solidaridad entre los mundos, conexiones que nos vinculan unos a otros, aunque todavía no seamos capaces de entenderlo plenamente. Todo se armoniza en el Universo conformando una unidad de miras, en sus diferentes escalas con un propósito superior.

Ellos, como nosotros, son espíritus en evolución, pero ya han superado determinadas etapas; lo que no ocurre todavía en nuestro mundo, en donde somos retenidos como parte del aprendizaje y consecuencia de nuestras limitaciones evolutivas temporales. En la medida en que dichas civilizaciones han ido progresando en todos los ámbitos del ser, la libertad de movimientos se ensancha, las posibilidades de trabajo en conjunto también, producto de la madurez y la capacitación adquirida durante muchos siglos. Es a partir de ese momento cuando se está en condiciones de superar las barreras físicas y tecnológicas, las distancias entre los mundos para socorrer, auxiliar, colaborar. Traducir, en una palabra, el amor universal emanado por nuestro Padre en hechos concretos y palpables. Tareas que requieren de intervenciones físicas para su realización, tanto en mundos de su mismo nivel evolutivo como en otros más rezagados. Eso sí, respetando siempre el libre albedrío de todos ellos y sin perturbar aquellas civilizaciones que no poseen un conocimiento espiritual avanzado, o que no están en disposición de entender todavía ni de valorar ese tipo de “solidaridad universal”.

Por otro lado, es a través del campo de la mediumnidad donde también se ha podido constatar esta realidad que nos ocupa, recogiendo valiosas informaciones dignas de estudio y análisis. Es significativa la pregunta 188 del “LIBRO DE LOS ESPÍRITUS”, en donde a pie de página encontramos una ampliación a la respuesta de los espíritus, realizada por Allan Kardec, a propósito de la longevidad humana en otros planetas: “Las condiciones de longevidad tampoco son en todas partes las mismas que en la Tierra y la edad no puede compararse. Una persona que había desencarnado hacía algunos años, fue evocada, y dijo que estaba encarnada hacía ya seis meses, en un mundo cuyo nombre nos es desconocido…”

Es decir, el espíritu comunicante estaba encarnado en otro planeta, poseía una materia física, y la había dejado momentáneamente para testimoniar en el que había sido su mundo hasta hacía pocos años.

El estudio de la mediumnidad y sus múltiples variedades nos demuestra que espíritus encarnados pueden, por la facultad de aportes por ejemplo, manifestarse en cualquier lugar. Pueden, como en ese caso concreto, dejar sus cuerpos físicos en los lugares de origen, o incluso en las naves interplanetarias, para acudir espiritualmente a realizar una labor en nuestro plano físico, como lo haría cualquier espíritu libre. Ejemplos han existido en nuestro mundo; de estar su materia en reposo en un lugar concreto y manifestarse en otro. Lógicamente se comprende que para ello se necesitan ciertas facultades y un grado importante de elevación moral y espiritual.

Solidaridad entre los diferentes mundos por: José M. Meseguer

© Amor, Paz y Caridad, 2018

 

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