VIDA UNIVERSAL

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La vida, ese concepto universal que todo el mundo pronuncia pero que casi nadie entiende, se abre ante nosotros como un reto y un misterio que el hombre intenta descifrar desde el principio de los tiempos.

Si atendemos a las últimas investigaciones de la astrofísica y la astronomía, se nos confirma que procedemos de las estrellas y que el planeta se formó hace ahora 4000 millones de años; siendo que la vida inteligente llegó millones de años después y, todavía hoy, es un gran enigma el saber cómo surgió. Sabemos mucho sobre sus efectos, sobre su desarrollo en el ambiente que a nosotros nos corresponde tratar y estudiar: el planeta tierra; pero la ignorancia sobre su origen total, sigue siendo una constante en el mundo científico.

Se han hecho elucubraciones de todo tipo, hipótesis más o menos bien fundamentadas desde los principios y desarrollos que las disciplinas científicas van experimentando. Esto último permite ampliar el foco y la comprensión de la vida como una cuestión de trascendencia importantísima; pues a pesar de tanto avance tecnológico y científico como se está experimentando en estas primeras décadas del siglo XXI, todavía persisten los grandes interrogantes respecto a su origen y difusión.

Preguntas cómo ¿hay vida en todo el espacio que observamos? y ¿más allá del mismo?, ¿se origina la vida y se reproduce en el resto del universo igual que aquí en la tierra? ¿es posible la vida inteligente en condiciones distintas a las de la tierra? y que decir de los universos paralelos; ¿existen? ¿hay vida en ellos?, ¿existe vida «humana» o de otra índole en otros planetas aunque sus condiciones físicas, atmosféricas, de temperatura, etc., sean diferentes a las nuestras?

Los desarrollos de la última generación de telescopios interestelares están en marcha; según los astrofísicos, al igual que el Hubbel ha supuesto un enorme avance en el conocimiento de nuestra galaxia y de otras muchas, los nuevos avances de los telescopios que en 10 o 15 años estarán funcionando a pleno rendimiento nos permitirán «segmentar el espacio», es decir, estudiar en profundidad y separando del resto, aquellos planetas que únicamente interesen por sus condiciones de atmósfera y temperatura similares a la tierra y que puedan albergar vida.

Sin duda esto va a suponer un aumento exponencial de posibilidades a la hora de encontrar condiciones de vida habitables en el universo como las de la tierra; amén de posibilitar el contacto con otras humanidades o civilizaciones que sean similares a la nuestra. La lógica más elemental nos confirma que la vida se abre paso en el universo por la fuerza de las leyes naturales que sustentan el cosmos. El sentido común refuerza la certeza de que en el vasto e infinito universo que se nos presenta, formado por trillones de planetas y galaxias, no podemos estar solos. Tanto es así que conforme la ciencia avanza, más amplio es el cálculo de probabilidades que la física presenta para el surgimiento de la vida en otros lugares del cosmos.

Es comúnmente aceptado que nuestro origen viene de las estrellas; los astrofísicos y exobiologos confirman que las liberación de enormes cantidades de energía y de elementos (carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno) como consecuencia de los estallidos de las supernovas, etc. permiten la formación de los planetas, la interacción de las fuerzas electromagnéticas y gravitatorias. Estas fuerzas mencionadas y otras que se desconocen, forman lo que los astrónomos denominan la «materia oscura» que es al parecer desde donde todo parte y que permite que los elementos se combinen dando formación a estrellas, constelaciones, galaxias, planetas nuevos, donde la vida comienza a recorrer sus primeras etapas en unas condiciones específicas y particulares de cada mundo.

La vida pues es la realidad más coherente del espacio y el tiempo; y curiosamente es lo que desmiente la «teoría del azar», aquella que afirma que el universo físico apareció de la nada al combinarse circunstancias hasta ese momento desconocidas entre sí y que dieron origen al mencionado bigbang hace ahora 14000 millones de años. Contra la teoría del azar están ahora los astrónomos y físicos cuánticos desarrollando la «teoría del todo» (colisionador de hadrones- bosson de higgins) con ello intentan explicar el origen del universo y la materia, llegando a la intimidad de las subpartículas atómicas para averiguar cual es la causa que permite que la vida se abra paso en todas las formas, diversidades y variedades del universo.

La vida atómica y sub-atómica que reside en las partículas son otra prueba de que el universo no es resultado de la casualidad ni del azar sino de un principio inteligente; pues el azar nunca podría establecer por sí mismo el orden y la perfección que manifiestan las leyes físicas, psíquicas y biológicas que originan la vida. Estos son ejemplos de que la ignorancia del hombre es todavía grande en multitud de aspectos que rodean nuestra existencia respecto algo tan importante como es la vida.

A medida que avanzan los científicos, se encuentran con nuevos retos y mayores objeciones, pues aparecen nuevas cuestiones que con anterioridad no se planteaban y que siguen evidenciando lo complicado del universo y de la vida. Demostrando esto que todo obedece a causas menos simples y más trascendentes. Ante un nuevo reto, nuevas cuestiones se plantean; ante una nueva primicia o descubrimiento en biogenética, astrofísica, etc. se hace más patente la grandiosidad, complejidad y perfección de la causa que originó el proceso, revelando así su inteligencia.

Dios es la causa primera del universo, y …….. bajo esta premisa, y utilizando el sentido común y los conocimientos que la filosofía, la historia, las religiones y las ciencias positivas nos ofrecen, podemos concluir respuestas claras y nítidas a las cuestiones planteadas más arriba.

La ciencia ya ha demostrado la existencia de universos paralelos; falta todavía profundizar en los mismos para conocerlos mejor. Así pues lo coherente es pensar que la vida se abre paso en todo el universo conocido y más aún, en aquel que todavía está por descubrir. Las condiciones como se desarrolle esa vida son cuestiones distintas.

Sin duda la vida florece por doquier en el universo, y no nos quepa duda de que existen planetas habitados por millones, unos con civilizaciones más avanzadas, otros más atrasadas. Estamos hablando de «vida humana», vida superior, vida inteligente, no sólo vida unicelular o pluricelular, a pesar de que millones de planetas en formación estarán también en estas condiciones.

El concepto de VIDA puede asimilarse en algunos aspectos al de PRINCIPIO INTELIGENTE, en ello reside la perpetuidad de la misma, pues «nada se crea ni se destruye, todo se transforma», y en esta reflexión encontramos la respuesta a la complejidad y eternidad del universo.

Y en cuanto a la existencia de la CAUSA PRIMERA, origen de la creación, aquellos que la afirmamos y confirmamos no albergamos dudas; para los demás, les dejamos con la reflexión del mayor astrofísico de las últimas décadas al referirse a DIOS:

«LA AUSENCIA DE PRUEBA, NO ES LA PRUEBA DE SU AUSENCIA»
CARL SAGAN (Astrónomo)

Antonio Lledo Flor

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