RESPONSABILIDAD

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Comenzamos la tercera parte de nuestro programa de estudio para el conocimiento espiritual, con la exposición y análisis de un importante tema, cual es el de la responsabilidad, nuestra responsabilidad en el concierto de la vida humana y su trascendencia más allá de la vida humana.

Necesario es conocer que, penetrar en el campo del conocimiento espiritual, no debe ser nunca objeto de curiosidad ni pasatiempo. Pues, recibir el conocimiento, recibir las enseñanzas sobre las leyes de la vida en su aspecto trascendente significa adquirir la responsabilidad y el compromiso de cumplirlas. Y ese compromiso es recogido por la Ley, y gravitará ya siempre sobre la conciencia de quien haya penetrado en el campo del conocimiento espiritual.

Comencemos el estudio de este tema, con la parte de un mensaje recibido, y por medio del cual nos daremos cuenta que no estamos solos en esta vida humana, aun cuando nos aislemos de las demás personas. Debemos conocer que, en los Planos Espirituales de Luz y Amor, hay seres espirituales superiores deseosos de cooperar en la realización del programa de esta escuela y en vuestro progreso. Mas, para ello, necesitan de nuestra cooperación. Dice así:

«Durante el período de vuestra encarnación, os preparáis para vuestra vida futura en el espacio. Si como encarnados vivís de acuerdo con la Ley Divina del Amor, vuestra vida en el espacio será una vida maravillosa, en la cual, las fuerzas que hayáis recibido en vuestra constante dádiva de amor, os permitirán realizaciones que proporcionarán a vuestro espíritu intensa felicidad.

Pero, si vuestra presente vida humana contraría la ley divina del Amor, vuestra alma, al abandonar la materia, vuestra vida al cambiar de forma y aspecto, no habrá perdido por eso, su necesidad expiatoria; y los dolores continuarán y serán más intensos aún, que ahora; porque, comprenderéis claramente que sois vosotros mismos los únicos responsables de ese dolor.

Mientras estáis encarnados, os engañáis pensando que la vida os castiga injustamente; pero, cuando estáis en el espacio, se os presenta vuestra vida pasada a la luz de los hechos que trasgredieron la Ley del Amor. Y entonces es, cuando llegan los verdaderos dolores, el dolor de haber perdido una oportunidad, el dolor de no haber respondido a la responsabilidad asumida al encarnar, el dolor de no haber realizado lo que debíais y pedisteis realizar.

Debéis tener en cuenta que, el conocimiento que se os está dando, esa misma enseñanza que estáis recibiendo, significa responsabilidad para vosotros.

Y no podréis pensar y deciros: «hice mal porque no sabía lo que estaba haciendo, no sabía que estaba haciendo mal; no amé, porque no sabía que era necesario amar, pese a todo y en todo momento.» Ahora lo sabéis. Y si no lo realizáis, os reprocharéis intensamente cuando hayáis abandonado vuestra carnal envoltura presente.

Necesario es hacer frente a la responsabilidad que tenéis hacia vuestro propio espíritu, con respecto a vuestra necesidad de evolución y la evolución de vuestros hermanos. En este momento de vuestra vida, que estáis encarnados en la Tierra, todos vosotros tenéis una misión que realizar. Una misión grande o pequeña, visible o ignorada, pero, una misión que debéis cumplir con amor. Y al cumplir esa misión, debéis encauzar todo el esfuerzo de vuestra vida presente.

Esto no significa que debéis abandonar vuestros hogares, ni las obligaciones que os incumben. Pero, dentro y fuera de vuestro hogar cumpliendo las obligaciones que os incumben, podéis y debéis aplicar en todo momento, las enseñanzas que estáis recibiendo. Esa es, vuestra responsabilidad.»

Vosotros todos, tenéis ahora mismo una gran oportunidad de progreso. Progreso que puede ahorraros ¡muchas! vidas de sufrimientos durante siglos, si os proponéis con firme determinación poner en práctica las enseñanzas que durante estos años habéis venido recibiendo. Aceptad la responsabilidad que asumís al adquirir el Conocimiento. Si queréis avanzar «siglos de progreso», ¡realizad! Sí, realizad interna y externamente.

Internamente, en la superación de las imperfecciones, que son causa de sufrimiento; con firme determinación; con lo que os haréis más fuertes, más grandes.

Externamente, en servicio fraterno, dándonos con bondad y comprensión, que es una de las manifestaciones de amor, en toda oportunidad, y divulgando el conocimiento, en ello iréis desarrollando vuestra personalidad, por el desarrollo de las fuerzas espirituales; a tal punto, que habrá de sorprenderos.

Pero, no de una personalidad fatua, de apariencias; sino de una personalidad eficiente, por el despertar del Ego superior, cuya energía positiva, armónica y dinámica, se reflejará en una personalidad realizadora.

Y en esta institución de servicio fraterno, libre de todo sectarismo y personalismos, podréis realizar vuestra misión, y posiblemente el cumplimiento de vuestro destino, si asimiláis los conceptos expuestos y los incorporáis a vuestra vida diaria.

No es por casualidad ni por imposición que habéis llegado a esta escuela de autorrealización; sino respondiendo al llamado interno, de la propia conciencia -El Espíritu- que conoce su destino, su programa de realizaciones y ansia efectuarlas. ¡Escuchadle! No le ahogáis con las cosas materiales y los placeres de los sentidos, que pueden conduciros a los abismos de la desesperación. La responsabilidad abarca múltiples facetas. Y con el objeto de conocer la amplitud de las mismas, de la responsabilidad que asumimos en nuestra vida diaria, analizando algunos aspectos.

SEBASTIÁN DE ARAUCO

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