Comentario de Hermes Trismegisto sobre la reencarnación:
–“Estando así las cosas, ¡oh, Tat!, hemos gozado y gozaremos de lo que viene de Dios; pero de las cosas que vienen y crecen de nosotros, que tengan sus consecuencias.
La causa de nuestros males no viene de Dios sino de nosotros, que las preferimos a los bienes.
¿Ves, hijito mío, cuántos cuerpos necesitamos atravesar a fin de que nos apresuremos hacia el Señor Uno y Único?”
Cuatro mil años antes de Cristo, Hermes Trismegisto entiende la verdad acerca de la reencarnación y la necesidad de ella, a consecuencia de nuestras imperfecciones. Asimismo, advierte del inconveniente de la divulgación sin que haya un conocimiento de lo que ella significa. Así, añade a su hijo y alumno Tat cuando este le pide que su amigo Amón asista a la clase:
– “Luego de Amón, no llames a nadie más, no sea que un tema tan delicado sea profanado por la intervención de muchos. Es impuro divulgar masivamente un asunto tan lleno de la Majestad de Dios”.
Del mismo modo leemos los comentarios de Orígenes acerca del mismo tema, la reencarnación. En una réplica dejó escrito:
–“Pero respecto a estos asuntos que pertenecen al género místico, conviene mantener el secreto porque la entrada del alma en el cuerpo no es cosa que comprenda el común de los mortales”.
Hoy ya se ha alcanzado un mayor conocimiento para comprender mejor lo que es y significa la reencarnación y nos es más fácil poder explicarla; sin embargo, no todo el mundo tiene la misma capacidad para asimilarlo. Allan Kardec nos explica con claridad en el Libro de los Médiums cómo debemos actuar en principio con aquellos de nuestros hermanos que se interesan en tan delicado tema.
La reencarnación, así como la mediumnidad son, como dice Trismegisto, asuntos tan llenos de la Majestad de Dios que no debemos tomarla sino con mucho respeto y cuidado. Es nuestra responsabilidad explicar con claridad a quienes estén verdaderamente interesados en aprender lo que, repito, son y lo que significan ambos temas, y dejar pasar a aquellos que aún no tengan alcanzado su momento: todos, unos antes y otros después, alcanzaremos el conocimiento a medida que crezcan nuestras capacidades. De esa manera, erradicaremos la simple curiosidad, despertando el interés por aprender en aquellos que den testimonio de ello, sinceramente.
Jesús dijo:
–“Serán muchos los llamados y pocos los elegidos”, pero no olvidemos que para ser elegidos deberemos aprovechar las oportunidades que se nos dan, y no siempre somos capaces de hacerlo. No obstante, Dios no deja de llamar y todos responderemos cuando realmente nos encontremos perfectamente preparados.
La Misericordia Divina es inagotable.
Reflexión acerca de la reencarnación por: Mª Luisa Escrich
Guardamar, octubre de 2016