FELICIDAD EN LA TIERRA
El alma que ocupa un cuerpo
es como un ave en prisión,
que a causa de sus desvíos
es reo de sus delitos
condenado a reclusión.
Así no podrá encontrar
felicidad en la Tierra,
que en los placeres del mundo
el alma está prisionera.
¿Y por qué no ha de encontrarla?
La vida acaso ¿no es bella?
Contemplar la Creación,
todo es perfección en ella
porque es la obra de Dios.
Ver a nuestra Madre Tierra
toda tan llena de vida;
los animales, las plantas
que el soplo de Dios aviva.
Contemplar el firmamento:
los planetas, las estrellas;
el fulgor de los luceros;
la brillante luna llena.
Subir con el pensamiento
hasta las cumbres más altas,
allí, donde ulula el viento,
en las montañas nevadas.
Y en las mañanas de estío
cuando abrimos las ventanas
sentir el calor del sol,
y entre las hojas de un olmo
el trino de un ruiseñor.
Como un río de aguas frescas
que apaga el fuego del sol;
que alivia el ardor del alma,
así es el amor de Dios.
Él nos brinda la esperanza
de lograr felicidad,
y la podremos sentir
si la sabemos buscar.
Si olvidamos los placeres
de este mundo material;
no vivir la vida en vano;
la verdadera ventura
empieza cuando nos vamos.
Felicidad en la tierra por: Mª Luisa Escrich
© Amor, Paz y Caridad, 2019