255. La cuestión de la identidad de los Espíritus es una de las más controvertidas entre los mismos adeptos del Espiritismo; En efecto, los Espíritus no nos traen una prueba de notoriedad, y se sabe con cuánta facilidad algunos de ellos toman nombres
supuestos; después de la obsesión, es también una de las más grandes dificultades del Espiritismo práctico; por lo demás, en muchos casos, la identidad absoluta es una cuestión secundaria y sin importancia real.
supuestos; después de la obsesión, es también una de las más grandes dificultades del Espiritismo práctico; por lo demás, en muchos casos, la identidad absoluta es una cuestión secundaria y sin importancia real.
(Allan Kardec. El libro de los médiums. Cap. XXIV. Identidad de los Espíritus.)
En efecto, queremos incidir en esta materia porque la experiencia no deja de demostrarnos que, ante la falta de preparación y de madurez en muchos grupos que practican la mediumnidad de incorporación, son muchos los que están siendo engañados por entidades que no son quienes dicen ser.
Este hecho es lo de menos, lo grave y serio en este asunto es que a partir de ahí muchos de estos grupos están en manos de entidades poco responsables y serías, con lo cual gran parte del trabajo que estos grupos realizan son en vano porque no se realiza lo que supuestamente se va a desarrollar. No dudamos que es una labor llevada a cabo con buenas intenciones y con deseos de ayudar a los espíritus sufrientes, pero esto sabemos por experiencia que no es suficiente.
Es por ello que dedicamos estas páginas a aclarar algunas cuestiones que nos pueden ayudar a reorientar la labor que se realiza en estos trabajos de una manera más segura con el amparo y la protección verdadera de entidades de luz y elevación que nos garanticen el trabajo en positivo y nos protejan del acecho y el deseo de perturbación y estancamiento al cual nos quieren someter entidades negativas que sabemos que están también pululando alrededor nuestro y que pueden aprovechar todos nuestros defectos y debilidades para entorpecernos.
En este sentido, hemos de hacer caso a las palabras que nos traslada Allan Kardec: la identidad absoluta es una cuestión secundaria y sin importancia real.
Sin embargo es en muchos casos, el deseo y la curiosidad que tenemos de saber quiénes son nuestros guías y protectores, lo que nos lleva a darle una importancia excesiva a este hecho, y nos aparta del verdadero sentido del trabajo que es ayudar por el hecho de ayudar, sin necesidad de más. De una manera muy sutil, una vez más nuestros defectos, tales como el afán de protagonismo, el personalismo, la vanidad, etc., nos juegan una mala pasada, de esto no son desconocedores las entidades inferiores del plano espiritual, y ellos pronto se ponen a nuestra disposición para satisfacer nuestro orgullo y vanidad, y a veces falsa humildad, y no tardan en darnos un nombre que por lo normal suele ser un personaje conocido y de prestigio histórico.
Una vez que se produce este hecho, a esta clase de espíritus les es muy fácil ir desviándonos del trabajo auténtico, dándonos falsas comunicaciones, mezclando verdades con mentiras, pero van halagando nuestra vanidad, y poco a poco van ocupando el lugar de nuestros auténticos guías, a los que no hacemos caso porque ellos no nos ponen ninguna medalla, sino que nos instan a hacer mejor las cosas y nos llevan por el camino recto difícil, que es asumir lo mucho que tenemos que progresar.
Es lamentable y triste observar cómo numerosos grupos y médiums han caído en esta trampa, llegando a caer en la categoría de médiums entorpecidos, a los que ya es muy difícil ayudar a salir de esos extremos porque no atienden a razones, estando en manos del fraude de estos espíritus mistificadores, que en muchos casos arrastran a estos grupos o personas a la espiral de la obsesión y la fascinación, con lo cual sin quererlo se hacen un daño importante a sí mismos y con su ejemplo a la doctrina en general.
No hay una verdadera necesidad de saber quiénes son los espíritus que nos ayudan desde ese otro lado a ejercer nuestra faceta mediúmnica. Además hemos de ser conscientes de que los espíritus de elevación, no se consideran ellos importantes, ni mucho menos, sino que rehúyen de esos supuestos títulos, sabiendo lo mucho que les resta por aprender y progresar, y por lo tanto son reacios a dar su nombre, siendo además conscientes del peligro que esto podría generar a nuestro ego.
Por otro lado no hay tantos personajes importantes y de renombre para la enorme cantidad de grupos que hay esparcidos por todo el mundo, además de que muchos de estos personajes no fueron tan perfectos ni todo lo grandes y buenos que la historia nos dice, y por lo cual muchos de ellos están encarnados, enmendado sus errores y pagando deudas del pasado, en ocasiones, en labores dentro del propio espiritismo, por lo cual debemos dejar de darle importancia a la identidad de los espíritus que están a nuestro lado, lo cual nos evitará entrar en un mundo de fantasía y misticismo.
Es importante también que sepamos que muchos de estos hermanos espirituales son de la misma categoría espiritual que tenemos nosotros, un poquito más si cabe que la nuestra, lo necesario para que les permita poder desenvolverse en nuestro plano con la ayuda que les dispensan desde los planos superiores y por supuesto con las energías positivas que se desprenden de nuestra buena disposición y elevación a la hora de efectuar los trabajos.
No obstante, en este sentido también influye sobremanera la misión y los objetivos que un grupo o persona determinada viene a realizar a la tierra, pues depende de los mismos que vamos a necesitar una facultad, y una ayuda desde el plano espiritual concreta y específica. Esto es lógico y natural.
Volviendo al encabezado del maestro Allan Kardec observemos que dice que después de la obsesión es una de las más grandes dificultades del espiritismo práctico, y es por la razón que acabamos de esgrimir: la curiosidad que sentimos por saber quiénes son nuestros guías y protectores no es una curiosidad sana, a parte de que no nos conduce a nada. Lo que importa e interesa es el trabajo desinteresado que realicemos, y los esfuerzos que hacemos en nuestra vida cotidiana para superar nuestras imperfecciones, eso es lo que cuenta. Pero lo otro, saber quiénes son nuestros guías, sólo conduce a la fantasía, al fanatismo, al endiosamiento y normalmente a engrandecer nuestros defectos.
Esta curiosidad es un foco enorme de atracción para lo espíritus burlones que nos van a mantener estancados, haciéndonos pensar que vamos bien, que todos lo hacemos estupendamente, que somos extraordinarios y que nadie hace lo que nosotros podemos hacer. No es más que ruido y fantasía, ¿Cuántos grupos hemos conocido guiados por espíritus destacados que ya ni siquiera existen? Y que lejos estaban de corresponder a la figura de la que decían ser instruidos.
Debemos ser conscientes de que los espíritus de cierta evolución espiritual que han bajado a la Tierra con una misión sublime y con altos objetivos, no son por regla general espíritus que tienen como destino servir de guía a los grupos espíritas, no, sino que por su condición espiritual se les encomiendan misiones de más transcendencia. Estos espíritus en muchos casos pueden tener mensajeros que pueden dejar un mensaje o prestar algún tipo de ayuda en un momento dado en su nombre, esto es algo que sí puede suceder pero es muy diferente a que estén dedicados por completo a un grupo. No obstante, también pueden darse casos muy excepcionales.
Por otro lado, como decimos hay infinidad de espíritus en la esfera espiritual que sin tener renombre ni una destacada evolución espiritual, sí que pueden realizar una labor junto a nosotros, logrando de lo Alto el progreso espiritual tanto de ellos como de nosotros, y en muchos casos son entidades espirituales que están progresando y colaborando a nuestra lado desde hace ya siglos, y esto no les quita ningún mérito.
Es por ello que hemos de huir de estos detalles, que no son importantes, ni garantizan nada, hemos de encaminar nuestro trabajo de una forma sencilla y humilde, sin pretensiones de ningún tipo. De este modo estaremos rechazando la posibilidad que los espíritus falsos y burlones se puedan entrometer en nuestros trabajos, llevándonos al engaño y haciéndonos creer que estamos progresando mucho y que estamos muy bien guiados, cuando muchas veces sucede todo lo contrario.
L.R.K.
© Grupo Villena 2012
Hermoso consejo para todo aquel que ponga en practica los trabajos mediunicos para que no caigan en la trampa del protagonismo .