ESPERANZA Y CONSUELO

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Estos meses hemos ido desarrollando en esta sección los puntos más significativos y de carácter general en los que creemos se basará la humanidad del mañana. Todo ello está basado, por supuesto, en un análisis razonado y consecuente sobre la evolución espiritual del hombre y sobre las características especiales que reviste un cambio de ciclo y un mundo de regeneración.

Hemos querido que todo ello pudiera servir como un auténtico mensaje de esperanza para todos aquéllos que todavía hoy dudan de la existencia de ese mundo que está por venir, y que representará un importante avance para nuestra humanidad.

No sólo nos ofrece un mensaje de esperanza para el que se encuentra en la duda, sino que al mismo tiempo el mensaje que lleva consigo la nueva humanidad es una promesa de consuelo para los afligidos y los que sufren, pues gracias al mismo renuevan las fuerzas que pueden estar al borde de agotarse y ofrecen su sacrificio a lo Alto, con la esperanza auténtica de que ese esfuerzo les sirva de progreso y acceso al mundo que se avecina.

Pero la nueva humanidad, tiene también muchas cosas que decir para todos aquéllos que, ignorantes de su venida, caminan deambulando por el mundo sin la conciencia clara de una vida superior, una inmortalidad del alma y un progreso del espíritu humano.

La nueva humanidad, el orden social que vendrá a la Tierra próximamente ratifica, aclara y pone de manifiesto palpable y claramente el sentido de la evolución, constata la ley de Causa y Efecto y prueba de forma irrefutable la reencarnación.

Este hecho puede abrir las mentes de muchos hombres para predisponerles firmemente a un cambio de mentalidad sobre la vida material, de tal forma que estén en las debidas condiciones cuando llegue el momento de poder afrontar los acontecimientos que hayan de presentárseles, y que sepan superarlos convencidos de una realidad superior que vela por ellos y les ofrece en cada momento de su Vida lo que realmente necesitan para su progreso, aunque no estén con capacidad de comprender lo que les sucede realmente.

La nueva humanidad ofrece también su mensaje a los que se creen poseedores de la única Verdad, inmutable y eterna. Y a éstos les dice que no hay nada definitivo en absoluto que nosotros podamos comprender como tal aquí y ahora, en este nivel de evolución; por el contrario, estamos en condiciones de realizar parte de esa Verdad Una que Dios manda a la Tierra en función de nuestras necesidades y de nuestra capacidad de comprensión, pero no somos quienes para constreñir a Dios, a sus leyes justas y perfectas, y a la ciencia, dogma o religión. Porque al igual que el Universo es infinito e infinitas son las humanidades que lo pueblan, todo lo que de lo Alto llega al hombre está parcialmente reducido en función al grado espiritual que poseemos.

Así pues, no caigamos en el fanatismo de admitir como única verdad nuestros principios y de rechazar los de los demás hombres. Hemos de guardar absoluto respeto y comprensión por todas las creencias y necesidades espirituales del hombre actual. Pues muy poco sabemos acerca de los designios divinos y nuestra limitada inteligencia escasamente puede comprender su magnitud y su inmenso Amor.

Tengamos siempre presente que en estos momentos podemos tener a nuestro alcance aquel grado máximo de verdad que nos es permitido comprender, pero que conforme vayamos avanzando en el progreso y la evolución, nos daremos cuenta de la cantidad de horizontes sin límites que todavía quedan por explorar y los millones de mundos que se presentan ante nuestros ojos para aprender de ellos e ir progresando en el Amor y la Sabiduría.

Por último, podemos decir que la nueva humanidad ofrece un mensaje a todos los hombres que en estos momentos habitamos la Tierra: unos no lo admitirán libre y voluntariamente, mientras que otros lo harán forzados por los acontecimientos del cambio de ciclo, e incluso habrá quienes no querrán admitir el nuevo cambio que viene a la Tierra. Todos, unos y otros, habremos de dar cuenta en su momento de nuestra reacción y nuestra forma de actuar ante este importante y transcendental paso en nuestra evolución.

Antonio Lledo Flor

© 2014 Amor, paz y caridad

En el mundo no existen varias verdades diferentes. La Verdad es única y la misma en todos los tiempos y lugares.

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