El tiempo pasa y la vida
se nos escapa deprisa,
queremos correr y el mundo
con codicia incontenida
nos cuenta hasta los segundos.
Porque el perder un minuto
a veces da sensación
que entristece el corazón
y el alma viste de luto.
Mirar atrás y al pensar
he perdido tanto tiempo
intentar rectificar
tan deprisa como el viento.
Ese algo que te empuja
a no parar día a día,
es quien te da la alegría,
la paz al final del día.
Cuando has luchado y ganado
batallas en tu interior,
sentir la satisfacción
de que algo has avanzado.
El ansia de perfección,
el intentar ser mejor,
es luchar porque en el mundo
brille la paz y el amor.
Es practicar la armonía,
es pensar en los demás,
es dondequiera que estemos
poder dar felicidad.
No es sentirse más grande
ni tampoco más pequeño,
solo es saber lo que somos
y a dónde pertenecemos.
Es olvidarte del miedo,
es esperanza en la vida
y poder gritarle al mundo
la causa de sus heridas.
Ser amable, ser sencillo,
no alimentar egoísmo,
no envidiar ni ser altivo
ser humilde y caritativo.
Con comprensión y cariño,
ten comprensión del que sufre,
no olvides que como un niño
necesita que le ayuden.
Todo se puede lograr
si luchas por conseguirlo
con ilusión y esperanza,
con fe y ganas de cambiar
y si apartas de tu vida
la tentadora comodidad.
MARIA MARTINEZ