EL ORDEN SOCIAL – III

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   La desaparición de las injusticias sociales, las ambiciones desmedidas y el dinero se fundamentará en base a que toda la nueva civilización que habite este planeta, será consciente plenamente de su labor y en que los odios, rencores y ambiciones personales habrán quedado eliminados.

   La única política que existirá entonces será aquélla que impulse al individuo hacia la conquista de los valores morales y espirituales que le capaciten para una mayor y más rápida evolución.
 
   Fruto de la convivencia fraterna, se alcanzará un aprendizaje más rápido por parte de todos, ya que cada cual aportará sus cualidades al conjunto, beneficiando ostensiblemente a la comunidad a la que pertenezca.
 
   Al mismo tiempo, las inclinaciones todavía perniciosas que como residuos pueden quedar en nosotros, irán poco a poco viéndose superadas por la construcción de unos esquemas sociales de convivencias donde se verán fomentados al máximo los buenos hábitos, y donde ya habrán quedadoEl empleo del tiempo libre será aprovechado al máximo, intentando por todos los medios que sirva para el desarrollo armónico y equilibrado de las personas en el cultivo de todo tipo de actividades que les engrandezcan, tanto culturales y deportivas como intelectuales y científicas.
 
   Por otro lado, la degeneración y el vicio no tendrán ya cabida en esta nueva humanidad, puesto que estas taras sociales desaparecerán por sí solas de la conducta del nuevo hombre, no encontrándose en esta nueva sociedad rastro de ellas, porque todos los que hayan logrado clasificarse para formar parte de la nueva civilización, tendrán adquirida la fuerza de voluntad suficiente para superar la tentación del vicio, y las cualidades morales que se precisan para no incentivar nuevamente tendencias que puedan inducir a él.
 
   Así pues, ya no podremos culpar a la sociedad del fomento de la delincuencia y el vicio; puesto que la igualdad será mayor, la justicia más ecuánime y objetiva y el sistema social y económico no propiciará desigualdades humanas notables en el aspecto material. Por ello, todos tendrán acceso a desempeñar un trabajo de acuerdo a su capacidad, posibilidades y responsabilidad.
 
   Al no existir estas diferencias humanas, es necesario pensar que la nueva sociedad no se dirigirá de forma anárquica sino consciente y responsablemente. Existirán órganos de dirección y gobierno que cumplirán su función perfectamente, planificando el desenvolvimiento más idóneo para el desarrollo de la sociedad, y siempre guiados bajo pautas espirituales de altruismo y desinterés.En esta guía y planificación se contará también con el asesoramiento del mundo espiritual y de los colectivos humanos de otros planetas más avanzados que el nuestro.
 
  Es pues muy interesante también hablar sobre los órganos de gobierno que existirán en la nueva humanidad que habitará la Tierra tras el cambio de ciclo que pronto va a ocurrir.
 
   En este sentido, el gobierno que dirija el sistema social, los mecanismos de producción y el orden de la comunidad humana, estará formado por las personas más capaces, aquéllas que reúnan mejores cualidades para desempeñar esa función de tanta responsabilidad; por lo tanto, tendrán que demostrar un mayor altruismo y desapego hacia lo material. Estas personas también serán sin duda aquéllas que tengan las cualidades apropiadas y que no serán de ningún modo más importantes que nadie, sino simplemente más responsables en el ejercicio de su misión.
 
   En cuanto al aspecto económico, será totalmente diferente al enfoque actual: al no existir el dinero ni la riqueza, la avaricia ni la ambición, únicamente se explotarán los recursos naturales con el fin de abastecer la alimentación humana; nunca se buscará en ello la producción de éste o aquél sistema económico, sino simplemente el abastecimiento suficiente para el alimento de la población, y sobre todo, no se cometerán violencias que puedan romper el equilibrio natural del planeta, como actualmente ocurre.
 
  Existirán recursos más que suficientes para el abastecimiento de toda la población, y por supuesto el hambre y la miseria dejarán de imperar en la Tierra.
 

 

A.LL.F.
 
 
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1 COMENTARIO

  1. 13) El desinterés hacia valores morales, espirituales y culturales, cambiando estos por intereses materialistas, actividades vulgares, drogas, sexo, y violencia: Desde finales del siglo XVIII, con el surgimiento de la revolución industrial, nuestra civilización entra en su época de contradicciones, que con el paso de tiempo aumentan y se manifiestan cada vez con más claridad, extendiéndose a todos los campos de nuestras actividades. Es muy conocido por todos que, a pesar de nuestros avances técnicos, la situación económica en el mundo entero es mucho peor que antes.
    Podríamos extendiendo los ejemplos de las contradicciones entre nuestras ideas y la realidad, pero no es necesario, porque cuando ocurre esto afecta desde lo más insignificante de nuestras actividades y comportamientos hasta lo más complejo, y por eso quizá no resulta tan fácil su reconocimiento. Lo importante aquí no es apuntar todas estas contradicciones, sino encontrar la causa real de éstas, porque de ello depende la posibilidad la curación de nuestros males, ya que para eliminar cualquier enfermedad, el primer requisito es tener un justo diagnostico.
    Haciendo esto y basándonos en el hecho de que el hombre contemporáneo, en cualquier campo de sus actividades, se mueve con la intención de hacer bien su trabajo, y de que este, a pesar de todo, sale mal, nos demuestra que la causa de estos males es el hombre mismo, y sus errores y equivocaciones, en cierto modo están relacionados con su propia y especial naturaleza humana.
    Este descubrimiento, que nos presenta la solución del problema muy sencilla, desgraciadamente no es así, porque no hay tarea más difícil para el hombre que llevar sus dos naturalezas, la espiritual e instintiva, en justo equilibrio, y más cuando como hoy éste se encuentra en su extremo estado de desequilibrio como consecuencia de negar durante mucho tiempo la existencia de su espíritu y perder por esa actitud suya su sensibilidad artística, su capacidad creativa, sus visiones transcendentales, y encontrarse incapacitado para tener pensamientos universales. Sólo quien ha descubierto y sienten la Verdad están protegidos de no equivocarse, y sólo estas personas tienen derecho de dar consejo y comunicar sus mensajes s sus congeniares, sin importar que esto tengan o no título universitarios, porque para resolver este problema no son conocimientos fragmentarios lo que necesitamos, justamente que nos ha causado esta negativa situación, sino conocimientos captados e intuidos a través del perfecto estado psicosomático de nuestra naturaleza, única puente hacia la Verdad Absoluta y fuente para captar sus ondas y poder vibrar con ellas.