
Los miembros de la familia Miotto, no siendo espíritas, no podían entender muy bien aquel aviso, pero se sintieron confortados. En Uberaba, vieron un libro de autoría de Dª Zilda Guinchetti Rosin: Pérdida de Seres Queridos. Lo adquirieron. El libro fue un bálsamo para ellos. Por eso, resolvieron entrar en contacto con aquella escritora. Le enviaron una carta, relatándole lo que pasaba y solicitaron a Dª Zilda que los visitase cuando fuera a Uberaba. Aramina se encuentra situada en el trayecto entre Sao Paulo y Uberaba.
EL SUEÑO DE LEDA Y EL PRIMER ENCUENTRO CON Dª ZILDA.
En respuesta a la carta enviada por el Sr. Luis y Da Teresa. Dª Zilda les prometió que, en su próximo viaje a Uberaba, haría una escala en Aramina, pero no dio fecha para esta visita.
Algunos días antes de que Dª Zilda pasara por Aramina, y sin que ésta hubiera avisado sobre su intención de ir a visitar a Chico Xavier, la hermana del Sr. Luis, la Srta. Leda Miotto, que todavía no conocía personalmente a Dª Zilda, tuvo un sueño con esta señora. En entrevista con nosotros, nos contó lo siguiente:
Soñé que salí a la puerta de la casa y desde allí avisté un coche blanco, marca Opala. Dos jóvenes habían venido en el coche. Uno de ellos estaba todavía en el asiento de delante; el otro se hallaba en pie, en el lado de fuera, junto a la puerta abierta. Entonces pregunté quiénes eran. Respondieron: «Venimos a traer a nuestra madre». En el sueño yo oía la voz de una persona, que debía ser Dª Zilda, en la casa de al lado, donde vivía mi hermano Luis. El sueño se interrumpió en este punto.
De hecho, el día 15 de diciembre de 1969. Dª Zilda llegaba a Aramina, para visitar por primera vez a la familia Miotto.
Leda nos contó cómo fue este primer encuentro:
Ocho días después de mi sueño. Dª Zilda llegó. Yo estaba en la galería de mi casa cuando oí la voz de una persona que estaba entrando en la residencia de mi hermano. Era idéntica a la que oyera en mi sueño; entonces exclamé: “¡Dª Zilda está ahí!» ¡Salí al portal y vi un Opala blanco aparcado enfrente de la casa de Luis!
Los dos jóvenes que Leda vio en su sueño y que dijeron estar trayendo a su madre, posiblemente serían los hijos de Dª Zilda. Pero en el episodio real ellos no estaban en el Opala blanco en el que la escritora viajó, pues ya habían fallecido. Sus nombres son: Drausio y Diógenes.
La trágica muerte de estos dos jóvenes, hijos de Dª Zilda, ocurrió el 5 de julio de 1966, en un martes. Un accidente automovilístico segó de una sola vez estas dos preciosas vidas. Desde entonces. Dª Zilda pasó a dedicarse a aquellos que perdieran sus seres queridos, buscando consolar y dar ánimo a las personas que se encuentren desesperadas por verse privados para siempre de sus hijos, padres y otros parientes muy queridos. Reaccionando positivamente al violento impacto recibido, Dª Zilda superó su inmenso dolor y se convirtió en el ángel consolador que realmente es, publicando libros y artículos confortadores, además de proporcionar asistencia directa a innumerables personas en crisis de sufrimiento y angustia, debido a los golpes del destino, semejantes a los que ella misma soportó en aquel martes, día 8 de julio de 1966.
Además de las excelsas virtudes de esta excepcional misionera, Dª Zilda es una notable médium, teniendo la facultad de desdoblarse astralmente. Durante sus experiencias fuera del cuerpo, ella ha entrado en contacto con personas desencarnadas, inclusive con sus propios parientes fallecidos y, naturalmente, con sus dos hijos, Diógenes y Drausio.
Este pequeño discurso acerca de Dª Zilda G. Rosin se justifica para que llegue a ser comprensible el episodio de su primer encuentro con la familia Miotto.
Vamos a relatarlo, transcribiendo las propias palabras de Dª Zilda encontradas en su obra, Ellos Viven:
El día 15 de diciembre de 1969 fue hasta ellos. Era la primera vez que nos veíamos.
En cuanto entré, llorando me pidieron que rezara por María Aparecida y por ellos.
Nos pusimos a orar.
Repentinamente fui envuelta por el Espíritu de mi hijo Drausio.
Él dijo: «Tranquilizaos. La alegría va a volver a este hogar”.
Las mismas palabras de Chico Xavier.
Yo no sabía que habían ido a hablar con Chico.
Después Drausio continuó hablando a través mío: «La niña reencarnará. Volverá con otra ropa, en una nueva misión».
Los padres no se lo creían. Primeramente porque no eran espíritas y después porque la madre ya no podía concebir hijos. Según los médicos, si hiciese un tratamiento intensivo, tal vez todavía pudiese tener hijos.
Ocurre que la situación financiera en que se encontraban no permitía a Teresa el tratamiento.
Asi, luego que salí, muy incrédulos ante la verdad dicha por Drausio, dijeron: «Vamos a dejarlo todo en las manos de Dios».
Y, a pesar de su incredulidad, Teresa quedó embarazada un mes después de las palabras de Drausio.
El día 9 de octubre de 1970, la niña nació, tal como dijo Drausio, con «otra ropa», esto es, como niño. Naturalmente vino para una nueva tarea.
La alegría volvió, también, al ambiente.
Antes del renacimiento del niño, todos soñaban con la que había desencarnado.
Después, nadie más soñó.
En homenaje a mi hijo, el niño se llama Drausio. (Opus cit. pp. 147 y 148).
(continuará)
Hernani Guimaraes Andrade
Extraído del libro: «Reencarnación en Brasil».