DIOS Y LA CIENCIA

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[infobox]Creo que el universo fue creado por Dios con la intención concreta de dar lugar a vida inteligente. Dado que en el ADN se encuentra la información molecular de todas las cosas vivas, se puede entender éste como el “Logos” que Dios ha usado para dar vida a los seres. El proceso de la evolución por selección natural durante cientos de millones de años es el “cómo” que explica la maravillosa diversidad de la vida. Pero este “cómo”no contesta a la pregunta de “¿por qué?”. Creo que Dios es la respuesta a esa pregunta. 

Dr. Francis Collins – Director del Proyecto Genoma Humano[/infobox]

Una de las grandes noticias de la ciencia actual es sin duda, el acercamiento de la misma a Dios, causa primera de todas las cosas; inteligencia suprema y fuente de la vida humana y espiritual. La extendida opinión de que los científicos son por principio escépticos, se está viendo derrumbada a pasos agigantados por manifestaciones relevantes.

Una, la de los propios científicos, muchos de los cuales, lejos de cuestionar la existencia de un ser creador del universo, se atreven declararse admiradores de la grandiosidad del universo y del origen de la vida.

Muchos de ellos, llegan a la creencia en Dios partiendo del ateísmo más rotundo, del más profundo escepticismo, y es precisamente cuando alcanzan el zenit de su investigación, la comprensión de las leyes que manifiestan los principios que estudian, cuando se convencen por sí mismos de la realidad de un ser creador, de una fuente de vida original, de un propósito inteligente para el universo.

La propia ciencia los acerca a Dios, el perfecto funcionamiento del microcosmos humano y del macrocosmos del universo que se presume; la auténtica realidad de la vida humana, les hace comprender que no existe efecto sin causa; que detrás de tal grandiosidad y perfección no puede más que encontrarse un principio inteligente que todo lo ha previsto, que todo lo ha programado y planificado.

Desde la ingeniería genética a la medicina, la biología molecular, la psiquiatría, la psicología, la física, la neurocirugía, la física cuántica, la astrofísica y matemáticas etc.., Como ejemplos mencionamos algunos destacados, el Dr. Collins, el biogenetista Dr. Hammer; el Catedrático de Psiquiatría en la Univ. deVirginia Dr. Ian Stvenson; el Dr. por la Univ. de California Morris Netherton; el Dr. en Psicología por la Univ. de Cambridge Frederic Myer , la Dra. en psiquiatría por la Univ. de Chicago Elisabeth Klubber Ross; pasando por el neurocirujano de la Univ. de Harvard el Dr. Eben Alexander, los físicos como el Dr. Paul Davis, los fisiólogos, como Sir Jhon Eccles, los astrofísicos y matemáticos como los Dres. Michael Scott y Fred Alan Wolf, losneuropsiquiatras, médicos y psicólogos como los doctores Brian Weiss, Gina Germinara, Helen Wambach, Edith Fiore, Thorward Detlhefbsen etc.

Todos ellos eminentes personalidades de la comunidad científica actual, algunos de ellos premios nobel, y en todos ellos encontramos: o bien el denominador común de la afirmación de la existencia de Dios y la inmortalidad del alma, o bien la duda más que razonable de la existencia de una causa primera inteligente detrás del origen de la vida en las comprobaciones que cada uno de ellos ha efectuado dentro de su campo de investigación (Biogenética, Neuropsiquiatría, Biología molecular, Reencarnación, Terapia de Vidas pasadas, Experiencias cercanas a la muerte NDE, Universos Paralelos, Genoma Humano, etc.).

Tanto es así que, las últimas estadísticas sobre la creencia en Dios de la comunidad científica, arroja resultados sorprendentes; un 55% de los mismos confirman y afirman su creencia en el principio creador que da origen a la vida, llamémosle Dios, Energía Primaria, Inteligencia suprema, Causa Primera, fluido universal, etc..; mientras que un 45% restante afirma no creer en una realidad que trasciende al hombre y al que las leyes de la naturaleza deben su creación y funcionamiento.

La gran paradoja se presenta en estas primeras décadas del siglo XXI, pues cuando se afirmaba a mediados del siglo XX, que la ciencia acabaría con la fe, está aconteciendo precisamente todo lo contrario (*). Los científicos se están convirtiendo así en los que están acercando la ciencia a la fe sin pretenderlo de antemano, pero a medida que avanza el desarrollo científico es cada vez más patente no sólo la certeza de la perfección en el origen de la vida y el universo, sino la simbiosis de una conexión universal que nos une a todos los seres humanos, a todas las formas de vida del universo físico y espiritual: desde las estrellas más lejanas hasta la más insignificante forma de vida unicelular.

Reflexionemos pues sobre aquello que la ciencia nos está presentando, y no confundamos ciencia con tecnología, ya que no sólo no es lo mismo, sino que esta última es una herramienta al servicio del hombre que por su carácter neutro puede ser beneficiosa o perjudicial según el uso que hagamos de ella.

Cada vez será más evidente, en pocos años, que la notable diferencia entre el desarrollo científico y el desarrollo ético-moral del hombre, creará la gran catarsis de esta sociedad.

Puesto que, mientras la ciencia avanza imparable en la búsqueda de la verdad y de la realidad siguiendo los patrones de la ley de evolución, el hombre se enroca en su propio egoísmo y miseria para no aceptar que la vida es un don concedido por Dios que tiene una finalidad concreta; su propio progreso y evolución espiritual.

 

Antonio Lledo Flor

© 2014 Amor, paz y caridad

[infobox]“Un poco de ciencia, distancia al hombre de la verdad; mucha ciencia le acerca a la verdad”

Roger Bacon, Científico y Filósofo Ingles (1220-1294)[/infobox]

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