Que grato resulta entender
cuanto en la vida acontece;
comprender, como merece,
al espíritu en su ascender.
Al principio, la confusión
le acompaña en su andadura,
fraguando dura armadura
que le envuelve la razón.
El alma se vuelve esquiva,
pierde el sentido de la vida,
y en su deambular olvida,
que es eterna, evolutiva.
Y asi, en su lento discurrir,
aprende, vida tras vida,
que la Ley no le olvida
y le enseña su devenir.
Más, esta armadura, forjada,
victoriosa en mil combates,
no resistirá el embate
del amor, como idea razonada.
El avance, ilumina su razón;
el universo adquiere sentido;
el espíritu ha aprendido
que puede motivar el corazón.
¿Qué milagro ha acontecido
que permita establecer,
que un nuevo amanecer
ante el hombre ha surgido?
El Amor es; que adormecido,
despierta de su letargo,
recogiendo el fruto amargo
del triste camino recorrido.
Ya es hora de luchar;
no existe lo desconocido;
la justicia ha aparecido,
y el amor enseña a pensar.
Con la lección aprendida,
se forja la savia nueva
del alma que se renueva
en busca de la paz perdida.
Ya no estás desamparado;
existen leyes de amor;
puedes ser conocedor
de un mundo acompasado.
En esta nueva andadura,
ya no hay confusión,
es el amor la razón
que da paso a la cordura.
LOSAM