Convencida
De que el alma nunca muere
siempre estuve bien segura,
que tan solo el cuerpo queda
en la fría sepultura.
Porque por el alma corre
un río de agua viva;
es el hálito de Dios
que, con su soplo, da vida.
Y esa vida no termina
dentro de la fosa fría,
porque el alma allá no entra;
vuela hacia el espacio, viva.
Que Dios no creó a sus hijos
(también estoy muy segura)
para que todo se acabe
en la fría sepultura.
Se podrán albergar dudas,
pero para mí es un credo.
Me ofrece grande esperanza.
La esperanza es gran consuelo.
No nos dé miedo la muerte;
no temamos la partida
porque la muerte es del cuerpo,
pero para el alma, es vida.
Piensan así otras culturas;
se alegran de la partida
porque el ser que tanto aman
deja ya esta dura vida.
Nunca perdamos la fe;
no somos solo materia;
tengamos siempre esperanza.
Somos en su plenitud ¡un Alma!
Convencida por: Mª Luisa Escrich
© 2019 Amor, Paz y Caridad.
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