CONCIENCIA

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  El conocimiento espiritual nos enseña que el Espíritu necesita progresar constan­temente, y para cuyo objeto encarna repetidas veces en los mundos físicos. Y nos enseña también que, el camino del amor es el más seguro para acelerar ese progreso.

Son muchas, pero muchas, las personas que por falta del conocimiento verdadero, suponen que no haciendo mal a nadie cumplen con la Ley Divina, con lo cual viven una vida para sí solamente y se estancan en su progreso; por lo que tienen que encarnar múltiples veces, hasta que el dolor sensi­bilice esa alma y comience a amar.

No hacer el mal es importante, porque no se endeuda con la Ley, pero, no significa hacer el bien, que es necesidad para el progreso de la realidad espiritual. La prác­tica del bien, con amor sentido, en sus diversas manifestaciones, es la necesidad imperiosa para aquellos que quieren salir de los mundos inferiores de sufrimiento.

Como reza una frase referida con anterioridad y que no aparece en las ver­siones actuales de los Evangelios: «Sólo por el amor será salvo el hombre».

A este respecto, analicemos el contenido de un mensaje: «Constantemente os llegan «llamados» positivos y «llamados» negativos, dicho de otro modo, buenas y malas tenta­ciones, y vosotros deberéis decidir siempre vuestra acción en uno u otro sentido. Cuando más escuchéis los llamados negativos, mas os ensordecereis a los llamados positivos; porque la vibración negativa, mas en conso­nancia con la vibración densa que predomina en vuestro mundo, penetra muy fácil en vues­tra alma humana.

Para poder elegir el camino del bien; sin equivocarse, nada hay como vuestra con­ciencia, esa «voz» sin palabras que os dice, mediante sensaciones de desagrado o agrado, que habéis obrado mal o habéis obrado bien. Esa «voz» que os advierte sobre los peligros espirituales; esa «voz» que os impide, muchas veces, realizar lo que vuestra ira, vuestro rencor o vuestra ambición os impele a rea­lizar. Esa lucha interna constante, que se establece en vosotros mismos en ciertos momentos, es el esfuerzo de vuestra Con­ciencia espiritual por formar y guiar vuestra conciencia humana a fin de evitaros caer en errores, de los cuales os lamentáis luego amargamente.

Debéis acostumbraros a requerir y escu­char la voz de vuestra Conciencia, antes de obrar en cualquier sentido; porque, vuestra Conciencia os indicará siempre el camino seguro, y a medida que avancéis en el cono­cimiento espiritual, más os capacitaréis para interpretar y obedecer su voz. No supongáis que, porque solamente vosotros mismos podáis oir esa voz, su llamado no puede ser desoído impunemente; no. Porque, como bien sabéis, todo absolutamente todo, lo que hacéis, pen­sáis y sentís, es «registrado» fielmente por la ley.

Vuestra propia vida, vuestra propia fuerza espiritual, está dentro de vosotros mismos. 0 sea que debéis vivir dentro de vosotros mismos más que fuera de vosotros.

Todo debéis consultarlo internamente y todo debéis decidirlo después de esa consulta interna. Nunca obedezcáis a impulsos que os lleven a realizaciones negativas. Por el contrario, pensad que ése es un llamado externo, y que los llamados externos deben ser analizados y controlados siempre por vuestra conciencia superior, que es sabia e insobornable.

Así, os evitaréis caer en el mal, así os facilitaréis el camino y la comprensión del bien; y así también obtendréis el progreso espiritual que os permitirá lograr las reali­zaciones que os esperan. Pero, no penséis en realizaciones espirituales verdaderas, si no habéis realizado primero esto: aprender a escuchar, a comprender y a obedecer, la voz de vuestra Conciencia.

Cada vez que sintáis deseos o pensa­mientos que vuestra Conciencia os reproche o no apruebe, tened la certeza de que son las fuerzas negativas que están tratando de inci­dir en vosotros para separaros del camino de superación que habéis emprendido, del camino de vuestro progreso espiritual. Debéis saber que las fuerzas del mal perciben vuestros pensamientos, sentimientos y reacciones, y por ello conocen vuestros puntos débiles; por

ARREPENTIMIENTO.- Variadas son las defi­niciones e interpretaciones de este concepto. Unas se acercan más a la Verdad que otras.

La ciencia espiritual nos enseña que, el arrepentimiento por un error cometido, por una violación a la Ley del Amor o a las Leyes de la Vida, o por una conducta errónea, es positivo y de gran importancia, siempre que ese arrepentimiento sea verdaderamente sen­tido.

Y ese sentimiento que surge en la persona, es la presión del Ego superior que se manifiesta a través de la facultad sensorial, y crea en la persona esa sensación de reconocimiento del error y pesadumbre. Sensación de mayor o menor intensidad, según sea el grado de evolución del ser. Y enton­ces, la persona ante esa presión de la Con­ciencia, percibe la intensidad del error y se determina a cambiar de conducta. Y ahí está el valor real del arrepentimiento, cual es el desviar a la persona del camino del error.

En otras palabras, el arrepentimiento es la primera condición indispensable para la rectificación de conducta. Tan es así que, ningún ser de mediana evolución que desee volver a encarnar puede conseguir una nueva oportunidad si no está verdaderamente arrepentido de sus errores y determinado a corregirlos, o sea, rectificar rumbos en su conducta. Pero, ya en la carne, con el olvido del pasado …

SEBASTIAN DE ARAUCO
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