CASOS DE REENCARNACIÓN COMPROBADA: CASO DE DOS GEMELAS

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  Síntesis de un reportaje de Mónica Chadler, aparecido el 27 de junio de 1.965, en la prestigiosa revista italiana «Epoca». (El reportaje esta ilustrado con dos fotografías: una de Joana y Jacqueline, antes de fallecer; la otra de Guillian y Jannifer, a la edad de 6 años; entre las cuales se nota un gran parecido).
 
 
 En la pequeña ciudad de Hexham-Northuraberland (Inglaterra), en el año 1.957, vivía un matrimonio: John Pallock y su esposa Florence. Fruto de esta unión, tenia dos niñas, Joana y Jacqueline, que eran la alegría de su vida. Un día, domingo del mes de mayo de aquel año, Florence se encontraba en la cocina preparando la comida, mientras que John se hallaba ocupado en su pasatiempo favorito de los domingos: su jardín. Sus dos niñas estaban dando el paseo habitual de los domingos, en compañía de un niño de la vecindad. 
 
 De pronto, Florence siente golpear en la puerta de su apartamento. Sorprendida por la insistencia de los golpes, pues no esperaba a nadie en ese momento, se apresuro a atender la llamada; encontrándose de frente con un policía, que preguntaba por el dueño de la casa. Ver al policía y pensar en sus dos hijas, fue todo uno. Como es natural, sentía como que su corazón quería salirse de su pecho. Después de breves momentos de angustia, pues el policía no acertaba como empezar, éste le comunica que dos niñas y un niño habían sido atropellados al atravesar una calle próxima a la casa. Un automóvil que transitaba a cierta velocidad atropelló a las tres criaturas, y fatalmente habían muerto. 
 
 La vida, tan llena de amor y esperanza, queda vacia repentinamente. Se veían privados para siempre de sus dos hijitas, que eran toda su ilusión y encanto. 
 
 En la noche de aquel desventurado día, exhaustos y agotados por tanta desgracia, John y Florence acabaron por adormecerse el uno junto al otro. Ya de madrugada, poco antes de amanecer el día, John se despertó a gritos, llamando angustiosamente a sus dos hijitas. Florence, despierta espantada y ve a su esposo con los ojos abiertos, el rostro congestionado de aflicción, pidiendo a Joana y Jacqueline que volviesen. Florence lo encuentra natural debido a su estado de gran excitación y dolor: mas, su estado de ánimo cambia, cuando su marido le cuenta el sueño que acaba de tener. Se sintió transportado a regiones desconocidas -le decía- y las dos hijitas vestidas de blanco se acercaron a él. Joana le tomaba de sus manos y le decía: «Padrecito, no llores por nosotras, Jacqueline y yo estamos muy felices en donde nos hallamos; no llores, porque volveremos a vosotros dentro de un año y medio». Y dándose vuelta, se alejaron, desapareciendo en el infinito. De aqui su despertar a gritos, llamando a sus dos hijitas. 
 
 Corrieron los meses y todo indicaba que el sueño de John había sido una alucinación. Ademas, según pronostico el médico que había atendido el parto de la segunda hija, ya no tendría familia, pues había sido un parto muy difícil. Conformados, al fin, con la fatalidad que les abatiera, el matrimonio Pallock decidió cambiar de domicilio y residencia, y se trasladaron a Whidey Bay, un pueblo próximo. 
 
 Nueve meses después del trágico acontecimiento, Florence sorprendió a su esposo con la noticia de que estaba grávida. La gestación transcurrió normalmente y, pocos meses antes del parto, John tuvo un presentimiento: ¡su mujer estaba grávida de dos criaturas, y eran gemelas! 
 
(continuará)
 
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