Así, con este refrán, queremos comenzar esta editorial de Enero del importante año que comienza. E iniciamos la andadura con novedades importantes, de las cuales queremos destacar fundamentalmente dos. La primera ya la están visualizando vdes. pues estrenamos nueva web-site. Esperamos que el nuevo diseño, la nueva maquetación y los contenidos sirvan para mantener despierto su interés por esta revista que, únicamente pretende llevar hasta ustedes un poco de conocimiento, de claridad y de reflexión que les ayude en su vida actual a comprender el sentido de todo aquello que nos rodea; la vida, nuestros semejantes, nosotros mismos, etc.
Nada es patrimonio de nadie, todo lo que existe no nos pertenece, es creación del Amor universal, del diseño inteligente, de la causa primera, de la inteligencia suprema que gobierna el universo y a la que, torpemente, llamamos Dios. La verdad y los conceptos de la misma se abren paso con la evolución y el progreso de la ciencia, de la filosofía, de la moral, de la socialización y del bien común. Por ello, desde siempre, en esta publicación hemos resaltado la necesidad de apostar por la vida de forma optimista, racional, trascendente y espiritual.
Es nuestro cometido; devolver recíprocamente la claridad y el conocimiento profundo de las leyes espirituales que aprendimos, y que intentamos, con mayor o menor acierto, hacérselas llegar a ustedes con total desinterés, fraternidad y sincero altruismo. Desde los conocimientos que la historia, la evolución social, la ciencia, la antropología y la psicología profunda nos ofrece; hasta la comprensión transcendente que la filosofía espírita nos presenta como ciencia de la vida, se establece un paralelismo en el que esta última todavía no se ha visto superada por disciplina alguna; enfrentando cara a cara la razón y preparando las mentes y las conciencias para un estadio evolutivo superior que se acerca a la tierra a pasos agigantados.
Aprovechemos la oportunidad que se nos presenta de aprender a dirigirnos de forma consciente por la vida, alcanzando el conocimiento preciso sobre nosotros mismos y sobre aquellas leyes trascendentes que rigen nuestra vida para nuestro propio beneficio de progreso y de felicidad. La plenitud, la armonía y la paz, se alcanza en el interior del individuo cuando controlamos nuestra mente, ordenamos nuestras emociones, superamos nuestras debilidades y eliminamos las imperfecciones morales que tanto sufrimiento y dolor traen a nuestras vidas. Este es nuestro sincero deseo para el nuevo año que comienza para con todos ustedes, queridos lectores.
La segunda de las novedades, que ofrecemos como exclusiva a todos ustedes, es la proyección de la primera entrevista realizada en España para presentar el 8 CONGRESO ESPIRITA MUNDIAL que tendrá lugar en Lisboa (Portugal) en los días 7-9 de Octubre del próximo año 2016. Dicha presentación, cuyo video pueden ya visualizar en esta web viene realizada por el Presidente del la F.E.P., responsable del comité organizador del citado Congreso, y miembro del Consejo Espírita Internacional, D. Vitor Mora Feria; y viene avalada por unas palabras de Divaldo P. Franco invitando a todos a la participación en el citado evento. Les recomendamos visualicen este video y para mayor información acudan a la web del comité organizador www.8cem.com. En ella encontrarán la forma de inscripción y participación si así lo desean.
El lema del citado congreso tiene que ver con la Vida; en sus múltiples manifestaciones y lo que esta representa: dádiva, actitud, equilibrio, sintonía, lealtad, aprendizaje, sublimación, escuela, reflexión, etc. Retomamos pues el refrán de cabecera, y, al expresar el concepto de año nuevo vida nueva, les invitamos al cambio, a la búsqueda de la felicidad interior; aquella que se encuentra en la autoiluminación del ser y que comienza con el conocimiento de uno mismo, para posteriormente corregir nuestras debilidades y potenciar nuestras cualidades; aquellas que nos humanizan y nos elevan, acercándonos al paradigma del hombre consciente de su realidad y trascendencia, antes y después de vivir físicamente en esta tierra.
La vida; emanando directamente del creador, a través del fluido cósmico universal, fluye en todas direcciones; en todos los mundos, en todos los universos conocidos y desconocidos. Al igual que el aire penetra en todos lados, al igual que el agua baña de luz y energía el cosmos infinito, al igual que el fuego, se propaga con fuerza por la inmensidad, y al igual que en el desierto no pueden contarse los infinitos granos de arena; el fluido cósmico universal, transformado en fenómenos materiales o espirituales, según se trate, impulsa la vida desde la célula más pequeña a los principios inteligentes y sus diversas y variadas manifestaciones.
Si pudiéramos penetrar en los arcanos de la vida, que no son otros que los principios del amor divino, seríamos capaces de albergar en nosotros la claridad y la plenitud perfecta que nos conduciría de inmediato a la felicidad. Nuestro grado de inferioridad moral todavía nos impide este acceso. Mientras tanto, en la seguridad y la certeza de que el amor divino protege a todas sus criaturas y en su germen se encuentra la propia vida, demos gracias por vivir, por disfrutar de la oportunidad que se nos ha brindado de crecer, de superarnos, de sentir, de experimentar, de amar y de progresar hacia la perfección.
La grandeza de la vida se encuentra en la vida misma, puesto que está diseñada por el creador para dirigirnos hacia la felicidad de forma completa, integral, individual, alcanzando la iluminación de nuestro yo superior, de nuestro espíritu inmortal, del principio inteligente que es el culmen de la creación divina y de su amor infinito.
Quizás, nuestro alegato sobre la vida se quede corto para la responsabilidad que esta entraña, para la disuasión de aquellos que no la valoran y desean prescindir de ella; pero a todos ellos podemos decirles que no es suya, que les ha sido concedida gratuitamente por Dios. Y cómo fuente que mana sin cesar, se abre paso una y otra vez; y aunque nos empeñemos en destruirla o acabar con ella, siempre está presente en nuestro interior; de aquí se desprende nuestra inmortalidad, nuestro destino futuro, aquel que ha sido determinado por nosotros mismos, por nuestro libre albedrío y voluntad.
Amemos la vida, agradezcamos a Dios por su insistencia en ella, por convertirnos en objeto de su amor y de su misericordia; pues comprendiendo la vida comprendemos a Dios y nos comprendemos a nosotros mismos.
Nos gustaría terminar con uno de los lemas del citado Congreso Mundial; pues refleja el sentido de la vida humana y su importancia para el crecimiento del ser humano en esa larga trayectoria de la conquista del progreso y la iluminación del espíritu inmortal.
Antonio Lledó
«El viaje corporal constituye un recurso de alta valía para la adquisición de la plenitud; de la auto-realización que se transforma en paz interior y sentimiento de felicidad. Bendice tu existencia actual con las lecciones del amor, viviéndolas en el día a día, feliz y agradecido»
C.Organizador del 8cem