Del pasado y del presente
no debemos renegar,
porque debemos pensar
que ese pasado y presente
son el vestigio evidente
de aquello que hay que cambiar.
Vivir con inteligencia
en este mundo carnal
es aliviar la conciencia;
todo defecto borrar;
erradicar cuanto frene
nuestro adelanto moral.
Faltas que en el alma yacen;
trabas que hay que superar
sacudiendo la pereza,
y poder crecer con luz,
con coraje y fortaleza
y alcanzar la plenitud.
El trabajo a realizar
es luchar para salir,
y sin dejarse vencer,
de ese círculo vicioso,
que al alma tienen sumida
los hábitos perniciosos.
Que si el alma está manchada
no puede albergar Amor,
que es señal que determina
del alma la perfección.
Amor a nuestros hermanos
sin que importe su color.
Sacar de nuestro interior
los mezquinos sentimientos,
y los malos pensamientos
combatirlos con valor.
Son las reglas del progreso.
Las reglas las puso Dios.
Vivir con inteligencia por: Maria Luisa Escrich
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