VALORES ETERNOS

0
787

«Tanto tienes, tanto vales»,

nos dice un viejo refrán,

para valorar del hombre

la riqueza material.

Pero el hombre es pobre o rico

según sean los valores

morales o espirituales

que dignifiquen su nombre.

Pues no hay riqueza mayor

que se pueda comparar

con la dignidad humana

y el amor a los demás.

Porque Dios lo quiere asi,

los hombres no son más ricos

por más prebendas que tengan

si carecen de principios.

Si no saben comprender

de Sus Leyes inmortales

la grandeza y el valor,

amando a sus semejantes.

Sólo el Amor engrandece,

sólo el Amor dignifica;

sólo la luz del Amor

nuestras tinieblas disipa.

El oro tiene valor

y la riqueza también,

si se saben conyugar

con el Amor y el deber.

Mas por si solos no valen

para engrandecer al hombre

y hacerlo digno de Dios,

portador de sus valores.

Para de la Vida Eterna

alcanzar la Perfección

para su alma inmortal

y alejarla del dolor.

Riqueza sin sentimientos,

riqueza sin luz del Bien,

es pobreza para el hombre

que se aparta del deber.

Que no cumple con las reglas

del amor a los demás

ni quiere saber de Dios

el camino y la verdad.

El hombre que se envanece

con las riquezas del mundo,

es corazón que late

mas que permanece mudo.

Es una roca silente

donde se estrella el dolor

de los más necesitados

de amor y de compasión.

Sólo el dolor de la muerte

le hará despertar un día

y comprender el error

de su conducta egoísta.

Del olvido del deber

con Dios y con los demás,

en medio de las tinieblas

de la vida espiritual.

Recogerá lo que en vida

ha sembrado sin amor,

sin pensar en los demás

ni en la existencia de Dios.

Pues los bienes materiales

de nada le servirán

para acallar de su alma

la angustia y la soledad.

Para reparar del mal

los efectos negativos

que a su paso por la vida

torpemente ha cometido.

José Martínez Fernández

Publicidad solidaria gratuita