Panteísmo: Sistema filosófico de quienes creen que la totalidad del universo es el único Dios.
Según esta filosofía, Dios sería efecto y no causa; es decir, todo el universo sería causa incluido Dios. Entonces, ¿de dónde proviene la causa? ¿Del efecto? ¿De la nada? La nada no existe; la nada es nada, y de la nada, nada se puede sacar. ¿Juego de palabras? En absoluto, todo es simplemente un absurdo. El efecto siempre tiene una causa, y esa causa tiene un principio inteligente: Dios.
El Libro de los Espíritus lo define a la perfección, la inteligencia de Dios se revela en sus obras, como la del pintor en el cuadro; pero tan lejos están de ser las obras de Dios el mismo Dios, como está de ser el cuadro el pintor que lo ejecutó.
Así es: el pintor gesta en su mente un cuadro; toma el lienzo, pinturas y pinceles, y pinta el cuadro. Tenemos, pues, un efecto: el cuadro; y una causa, el pintor. Si el cuadro se rompe o se quema, desaparecerá el efecto, pero permanecerá la causa, porque son distintos e individuales. Si fueran uno en sí, desaparecerían ambos, causa y efecto.
Así ocurre con Dios y la oración. En esta, todo es mutable, perecedero; solo Dios permanece, porque es uno y único; inmutable; imperecedero; principio y fin de todas las cosas.
El Panteísmo niega uno de los atributos divinos: la inmutabilidad de Dios. Si Él formase parte integrante de todo, estaría sujeto a las mismas vicisitudes de ese todo, y dejaría de ser Dios. Todo cuanto es y se mueve tiene una causa imperecedera y estable; es suficiente la observación de la estabilidad y armonía del Universo, para rechazar la filosofía panteísta.
El científico alemán Johannes Kepler dijo, al contemplar tanta belleza: “¡Dios! Gracias por tu creación. ¡Gracias por serme permitido contemplar tanta grandeza! Me siento feliz formando parte de tus obras. ¡Bendito seas!»
Transcribo asimismo el comentario que hizo un observador al ver un reportaje acerca de las maravillas de la Creación:
“Ateos o creyentes no pueden por menos que inclinarse ante tanta grandeza. El Universo pudo no haber sido creado; sin embargo Dios lo hizo, y lo hizo por Amor. Y creó al hombre como espíritu. Y creó a toda criatura para que fueran maravilla, y todas pudieran llamarle ‘Padre’ y bendecir su nombre”.
No puede haber duda posible. Dios es el creador de todo cuanto es y existe.
Mª Luisa Escrich.
(Guardamar, julio de 2016)