REENCARNACIÓN

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(Viene del número anterior)
PROCESO REENCARNATORIO
Y una vez afianzada la concepción, comienza el desarrollo embrionario. En sus primeras fases, no difiere de cualquier otro animal. Quien pueda observar de cerca el proceso embriogénico, comprobará las señales de la era acuática de nuestra evolución (del proceso evolutivo de las formas), después de la forma microscópica de la célula fecundada. Y, a medida del desarrollo fetal, va tomando la forma del molde referido. La diferencia de la forma que se opera en el desarrollo del feto, a medida de su crecimiento, es el valor

evolutivo contenido en ese molde periespirítual o psicosoma. El conjunto del aspecto morfológico y anatómico, se desenvolverá de acuerdo a la ley de herencia (ley biológica), dependiendo de la preponderancia genética de los progenitores; pero, los detalles característicos del individuo encarnante, irán formándose de acuerdo con la orientación ontogénica de ese molde dinamo-espiritual, en armonía con las leyes biológicas.

Desde el momento que el «molde»es situado en el vaso uterino, el Espíritu queda ya unido a él, pero NO en él; sino desde el plano o hábitat en que se halla. Y generalmente, este espíritu reencarnante ya suele acompañar y proteger a la que va a ser su madre humana; pero, los más evolucionados proyectan desde el espacio, vibraciones que fortifican al feto y a la madre. La incorporación del Espíritu al cuerpo carnal o feto, es al final de la vida uterina. Aun cuando el feto, al nacer, trae vida vegetativa (biológica), no dará señales aparentes de vida activa hasta tanto el Espíritu tome posesión de ese cuerpecito. Ya en el momento que el feto sale a la luz (minutos más o menos) el Espíritu penetra en ese cuerpecito, encarna. En ese momento, la materia encierra definitivamente al Espíritu (su prisión); y es entonces, cuando el feto abre los ojos y la boca. con los primeros gritos. La encarnación se ha efectuado,la trilogía es completa en esa nueva criatura. Pero, necesario es aclarar que, mientras el Espíritu no penetre en ese cuerpecito, el feto no dará señales de vida activa.
Desde la infancia y durante el crecimiento, el Espíritu irá modelando su nueva envoltura, para hacer de ella un instrumento capaz de manifestar sus facultades, a menos que traiga taras kármicas o expiatorias. Y para ello, tendrá la protección y asistencia de un ser espiritual superior a él, que velará por éI y le inspirará en su vida humana, asistirá y guiará, intuyéndole en los momentos decisivos y hasta protegerá en ciertos momentos de peligro.
Y esos guías espirituales no son ángeles de leyenda, sino seres como nosotros (espirituales, sin cuerpo carnal) que, vibrando en amor, trabajan en la Obra divina de pro- greso de la humanidad; y en muchas de las veces, es un amigo del reencarnante unido por lazos de amistad o familiar desde tiempos remotos.
En cuanto a la reducción magnética del referido psicosoma, que sirve de molde o modelo dinamo-espiritual; así como el proceso psicomagnético para el olvido del pasado, es igual para todos los espíritus reencarnantes cual sea su grado de evolución.
Múltiples otros aspectos que sería prolijo enumerar aquí, difieren entre si, en relación a la condición de cada reencarnante.
      1. ESPIRITUS SECUNDARIOS.- Consideramos en este grupo, aquellos que, habiendo pasado ya la fase primaria, no se han desarrollado aún lo suficiente para ser ya libres; por lo que están dominados por las pasiones inferiores. Estos Inferiores en el orden moral, al desencarnar, quedan apegados a los ambientes donde han vivido.
        Pero, como el sufrimiento no es eterno, porque ello seria contrario al AMOR INFINITO DEL CREADOR, QUE AMA A TODAS SUS CRIATURAS SIN EXCEPCION (de lo contrario no seria amor infinito, seria limitado); llega un momento en que el alma humana obsesionada y ciega, pero cansada ya de tanto sufrir, recibe la Luz y su mente se abre a la comprensión del error en que ha vivido. Comienza, entonces, el arrepentimiento y clama al Cielo, humilde y arrepentida. Y este clamor del alma arrepentida, que cual onda telepática avanza en el espacio, es captada, percibida por seres superiores, bienhechores espirituales que, vibrando en amor, responden a su llamado. Comienza entonces la operación rescate, que aquí no podemos describir; llevada a centros de rehabilitación que existen en esa otra dimensión (Astral), a fin de prepararla y orientarla en el servicio de auxilio a los que sufren, a la vez que recibe enseñanzas (ésta en grupos) y preparación, para su vuelta a la vida física para redimir su pasado delictuoso.
        Después de un periodo de preparación, que varia según el caso, llega al fin el momento ansiado, y comienzan los preparativos para una nueva encarnación, en concordancia con la naturaleza de la expiación o karma. Y aquí actúan espíritus superiores, con gran poder magnético, conocidos también como Maestros Kámicos, cuya misión es condicionar el molde fluídico del reencarnante, en concordancia con su karma o expiación. (CONTINUARA)
Sebastián de Arauco
Nota: Publicado en Amor paz y caridad Nº 14 Agosto 1983 del libro «3 enfoques sobre la reencarnación»
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