REENCARNACIÓN

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PROCESO REENCARNATORIO
Como fácilmente puede apreciarse, para los espíritus superiores, el nacimiento en la carne es la muerte, y la muerte es el nacimiento. Porque, para ellos es más difícil, es más doloroso renacer, que morir; ya que, al morir se liberan de la prisión de la carne, de los sufrimientos físicos y morales, propios de nuestro mundo, y pasan a la vida de libertad, a la felicidad que les pertenece; mientras que, al nacer en la carne mueren a esa
vida de libertad maravillosa y de bellezas inenarrables, dejando la luz que inunda las regiones siderales, para bajar a las tinieblas de la materia, a sepultarse en el abismo de las pasiones inherentes a nuestro mundo, a las exigencias del cuerpo carnal regido por otras leyes.

En cambio, para los seres inferiores, en sufrimiento, la vuelta a la vida física, es un refugio, una bendición; es una oportunidad más que le brinda la misericordia infinita del Creador.

En los casos de seres muy evolucionados, una luz clara, una luminosidad radiante, envuelve a la madre hasta el momento de nacer la criatura. Luego, esa claridad envuelve a la criatura que ya reposa en la cuna. Ambos casos, pueden ser apreciados por ciertas personas sensitivas, con la facultad de clarividencia desarrollada (P.E.S.).

En todos los casos, el feto en el vientre materno y el niño ya en los primeros siete años de nacido, goza de la protección de uno o más seres espirituales superiores, que luego continuaran protegiéndole y guiándole para la realización de su destino.

Debido a la gran influencia que ejerce en el nuevo ser, el estado afectivo y mental de los padres, especialmente de la madre, ambos deben hacer cuanto sea posible para que, durante el embarazo (desarrollo del feto), la madre no reciba nunca emociones desagradables, y sí debe tener siempre un ambiente armónico y agradable; porque, los pensamientos, emociones y actitudes de orden psíquico, se graban en torno del campo mental del reencarnante, que dirige la configuración del cuerpo físico en gestación. El periodo de preconcepción es la más delicada y sensible manifestación de las fuerzas de los reinos imponderables.

Los padres que deseen tener hijos intelectual y moralmente superiores, pueden atraer seres espirituales más evolucionados para encarnar como sus hijos; mediante pensamientos elevados y acciones honestas, así como manteniendo un ambiente de armonía en el hogar, muy especialmente antes de la concepción.

Por desventura, la falta de armonía y frivolidad en qué viven de ordinario los matrimonios, son un impedimento para que estos seres superiores encarnen en mayor número, dado su gran sensibilidad.

Queda pues, demostrado que, NO ES UN CUERPO CON UN ALMA, SINO UN ALMA CON UN CUERPO … Dicho de otro modo. Es el Espíritu que se envuelve en la carne, ES UN SER QUE RENACE DE NUEVO, Y QUE VIENE DE REMOTAS EDADES FORMANDO SU CONCIENCIA, PROGRESANDO, SUBIENDO POCO A POCO LA ESCALA QUE LE CONDUCIRA A LAS EXCELSlTUDES DE LA VIDA SUPERIOR.

EL ABORTO

Fisiológicamente, el aborto es la interrupción, involuntaria o voluntaria, de un proceso embriogénico. Pero en los casos humanos, la provocación del aborto, es una acción criminal, es una violación de las leyes de la Vida.

Desde el momento que la mujer ha concebido y comenzado la gestación, una nueva vida late en su seno. Y desde los 40 a 50 días de la fecundación del óvulo femenino, hay un cuerpecito ya formado; y que, a los dos meses alcanza ya la configuración humana completa, aunque diminuta, con todos los órganos; como puede apreciarse en cualquier tratado de embriología.

Cuando la joven esposa o la joven soltera se sienta grávida, debe saber que en su seno desarrollándose, no tan sólo un feto, no solamente está gestando una vida humana, sino que, hay un ser espiritual que encarna para ser su hijo o hija, y que puede haber sido alguno de los abuelos o padres en una vida anterior, o puede haber sido un hijo o hija, o hermano muy querido en otra vida pasada, y aun en la actual; como casos en que el autor de esta obra ha comprobado. Pues, en la mayoría de los casos, ese ser espiritual viene unido a esa madre o padre por lazos familiares o de afecto desde pasadas épocas.

Necesario es tener presente que, unido a ese feto, a ese cuerpecito y a esa madre, hay un alma que viene a la vida humana con un programa a realizar como humano, y cuya vida humana necesita para su evolución.

De lo expuesto, se desprende que, el aborto provocado es un crimen. Si bien casos hay de tipo terapéutico. los más son voluntarios, realizados por personas para evadir la responsabilidad paternal-maternal, dejándose dominar por las conveniencias humanas o por el sensualismo que arrastra a la concupiscencia degenerativa. Y por desventura, es practicado por matrimonios ignorantes de la gran responsabilidad que contraen. Y dolorosamente, también por jóvenes solteras, huyendo de la maternidad, por su cobardía en afrontar las consecuencias de su debilidad o imprudencia al ceder a los impulsos del deseo sexual estimulado.

Si el Espíritu reencarnante es un ser de bondad, perdonará y buscará otro lugar donde le reciban; pero, si no lo es, quizá pueda llegar a tomar venganza y causar serios trastornos psíquicos, y hasta puede esperarles en el momento de su muerte física para vengarse. (CONTINUARA)

SEBASTIAN DE ARAUCO

Nota: Publicado en Amor paz y caridad Nº 16 noviembre 1983 del libro «3 enfoques sobre la reencarnación»

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