Esperanza, sosiego, paz interior y mucha calma, para afrontar todos los embates que se nos presentan a lo largo de nuestras vidas.
Hay una voz interior que nos habla y nos dice transformación, evolución. Caminemos juntos por esta senda de la fraternidad, del sentimiento de amor.
Liberándonos de la mochila del pasado, con todo su condicionamiento. Si somos permeables a los sentimientos capaces de hacernos sentir buenas emociones de alegría, positivismo, bondad, etc, y al mismo tiempo somos capaces de expresar todo ello, la vida se vuelve aún con mayor sentido para todos nosotros.
Mirando la vida, paso a paso, siendo honestos con nosotros mismos, el camino se nos hace más sencillo, más liviano, amando, amando es como se anda el camino. Nosotros ahora, estamos aprendiendo esta cualidad, que tiene el poder de cambiarlo todo, de transformarlo.
Seamos fuertes, perseverantes, trabajadores, y no desperdiciemos el tiempo, en las cosas banales. Ahondando cada día en nuestro interior, hasta ser capaces de comprendernos. Liberando así, todo el potencial de amor que albergamos. Mientras que, en cada situación que se nos presente, seamos capaces de entregar lo mejor de nosotros. En cada oportunidad, demos el máximo de nuestro ser.
A veces, con una leve sonrisa, otras con una fuerte estrechez de manos. Con palabras que sosiegan almas que sufren porque desconocen el poder del amor, del afecto.
Desconocemos la belleza del amor, ese que nos libera del sufrimiento. El que tiene la cualidad de curar nuestras almas cansadas y enfermas por el rencor y el odio.
Somos almas que han venido una y otra vez, con el propósito de curar viejas heridas del pasado, de aprender, de saldar cuentas pendientes, y todo ello, con en fin de evolucionar, a pesar de nuestros defectos, que son muchos. Y que es en estos, donde debemos centrar nuestras fuerzas, nuestra atención y perseverancia, con el fin de desterrarlos para siempre. Todos estamos inmersos en el proceso evolutivo universal. Por que pertenecemos al gran entramado de la vida, del cosmos.
Cada uno de nosotros, comenzamos la andadura de la evolución, en diferentes escenarios, cada uno, apropiado a experiencias que nos harán progresar. Que nos ayudarán a comprender el porque, de muchas de las cosas que nos pasan a lo largo de la vida.
Y ¿cuál es el fin de este proceso imparable de la vida?. Se llama evolución. Y ¿hacia dónde nos lleva y cuál es el sentido de ello?. Partamos de un principio universal presente en todo el universo, el amor. Esta cualidad que todos poseemos desde el momento mismo de nuestra creación como almas, y que está guardada como una semilla para que en su momento pueda germinar, y dar lo mejor de ella. Todo tiene un objetivo o fin, el progreso, el aprendizaje, el comienzo de la fraternidad y la solidaridad entre pueblos y naciones, donde se establezcan verdaderos lazos de unión y afecto.
¿Un mundo de sueños y utopía?. No, una realidad de la que pocos somos conscientes.
A lo largo de la historia de la humanidad, en nuestro planeta han ocurrido sucesos que desde el punto de vista de la ciencia, llaman “sucesos o procesos cíclicos”, que se suelen repetir a lo largo de dicha historia. terremotos, tsunamis, erupción de volcanes, catástrofes. Todo lo anteriormente citado, tiene una visión bien distinta sobre todo desde el punto de vista espiritual, ya que todo el Universo se está reajustando continuamente en un proceso imparable llamado Evolución. Todos los mundos evolucionan constantemente, permanentemente.
Y esos “sucesos o procesos cíclicos”, desde la visión espiritual, son correcciones, ajustes para nuestro planeta, para todos nosotros, que irremediablemente caminamos, juntos con otros tantos mundos, en esa Evolución imparable. Son medidas correctoras para una humanidad que comenzó hace miles de años su progreso. Una humanidad, la nuestra que está dejando la humanidad de expiación y pruebas, y que entró hace más de cien años, en una humanidad de regeneración.
En esta humanidad de regeneración, ya no tendrá cabida dichas medidas correctoras, porque habrá una mejor disposición y entendimiento, así como, una actitud general dispuesta a resolver cualquier problema, con buena voluntad, con fraternidad, con humildad.
El amor construye, el odio, destruye.
Si miramos a través de los ojos del materialismo, diremos que nada existe más allá de la muerte del cuerpo. Y que la vida, se extingue con ella. Más si reflexionamos y somos capaces de mirar con nuevos ojos, descubriremos, al igual que en siglos pasados, que la vida, no se acaba con la desaparición de la materia.
La evolución, como comentábamos en líneas anteriores, nos lleva a vivir procesos evolutivos internos e individuales, marcados en cada una de nuestras almas, según estados de conciencia, de progreso, de aprendizaje, de evolución y transformación emocional. Despertamos cuando algo ha tocado nuestro corazón. Nos ha hecho sentir en lo profundo del ser, del alma.
Si el conocimiento ayuda por fuera, sólo el amor socorre por dentro. El amor fortalece y perfecciona.
Tiene la fuerza, de transformar, de suplir el sufrimiento, y llevar a las almas al sosiego, a la paz y calma. Y es aquí, donde comienza el sentido de la vida, de la evolución. En compartir esferas de la vida, donde podamos ser almas auténticas. Donde dejemos atrás esos valores que ya están caducos. Que tuvieron su razón de ser en su momento, y ahora, es necesario olvidar.
Muchos caminos, muchas direcciones; cada cual escoge la que desea, a pesar de que en muchas ocasiones, no es la mejor para nosotros. Escogemos lo que queremos, no lo que necesitamos. Siendo esta última, la que nos aportará todos los ingredientes necesarios en nuestro proceso evolutivo. Aunque, como sucede en muchas ocasiones, no sea la más fácil para nosotros. Tendemos a escapar a los retos, a los problemas que se nos presentan a lo largo de nuestras vidas. No nos enseñan a afrontarlos con humildad, con dignidad, con tranquilidad. Huimos de los problemas, porque no sabemos lo que nos depararan a posteriori, el porque de esos problemas, y el significado que tienen. Sólo, sabiendo que ellos están para ayudarnos, es como nuestra conciencia toma las riendas de ello, y el camino se hace más fácil y liviano, en nuestra andadura evolutiva.
En ocasiones, la vida nos presenta una serie de sucesos, de pruebas que van a poner a nuestro ser, casi al límite de nuestra resistencia. De nuestros valores y cualidades morales, es decir, de nuestras capacidades internas, para ver hasta dónde somos capaces de aguantar. Y en esos momentos, conocer las reacciones que emanan de nuestro interior, y conocernos en lo posible, para caminar con la mayor de las humildades a nuestro lado. Sabiendo que, hemos conquistado el valor de la templanza.
Somos almas que caminan, con capacidad de decisión propia. En el libre albedrío que todos poseemos, tomamos direcciones totalmente distintas unos de otros en este correr por la vida. Y así es, como nos distanciamos, pues a lo largo de esta, en nuestras diferentes etapas, construimos en base a la experiencia, una serie de actitudes que determinarán el camino a seguir. En el cual quedarán atrás, amistades, comportamientos; iremos perfilando a veces, sin saber, nuestro camino del despertar interior, de nuestra conciencia y moral. Así nos revestimos de fuerza, de voluntad para tomar las decisiones importantes que nos harán fuertes interiormente.
Han pasado muchos años desde entonces, y hemos dejado atrás muchas cosas, amistades, experiencias, y todo con el propósito de evolucionar.
La vida es un camino sin fin, decía Krishnamurti, y así es, ya que somos inmortales y vivimos eternamente.
Los caminos de las almas por: J.F.D.V.
© 2017 Amor, paz y caridad
¡Hola, soy Pilar.Quería agradecer este artículo, y también la entrada en vuestra útil asociación espírita, y abusando quizá ,de vuestro tiempo, me gustaría preguntaros algo sobre un tema relativo a este magnífico artículo: hace un par de dias murió un amigo muy querido y socio de toda la vida de mi padre, Alonso, una muy buena persona , muy honrada, con un gran sentido del humor a pesar de que hace unos años perdió a uno de sus hijos por un cáncer; el otro dia hablé con Alonso por móvil,para preguntarle qué tal estaba, y mencionó a «el chiquillo», para referirse a su hijo; eso me encogió el corazón, porque me di cuenta de que para cualquier buen padre, en concreto para él, aunque ya no estuviese aquí, aunque su hijo murió a los 38 años, seguía siendo «su chiquillo», me tuve que contener para que no notase cómo se quebraba mi voz por la pena, y el jueves, este buen hombre,murió de un infarto,durmiendo, …una gran pena para su familia y la mía..una buenísima persona que no merecía la muerte previa de su hijo,de verdad que no…aún se me llenan los ojos al pensar en él..y sólo quería preguntar a quien tuviera la bondad de contestarme si sabe la respuesta como espírita, (yo me he iniciado hace muy poco en esta maravillosa VERDAD), si ,como yo creo y quiero creer, Alonso ,desde el jueves que murío la noche del miércoles, habría ya desencarnado totalmente de su cuerpo,(estoy un poco preocupada porque lo incineraron a las 24 horas, el protocolo del tanatorio no espera las 72 como mencionó Carlos Campetti el otro dia en su conferencia que tuve el placer de oir en youtube), y si se encontraría ya con su hijo ya en la otra dimensión,que es la única esperanza que nos queda a los que lo queremos..sólo me gustaría saber si eso ha sido posible para encontrar algo de consuelo por su partida..SÓLO QUIERO SABER SI ESTÁ YA FELIZ CON EL ESPÍRITU DE SU HIJO, DE SU «CHIQUILLO», POR FAVOR, OS AGRADECERÍA UNA RESPUESTA DE ALGUNO DE VOSOTROS ,QUERIDOS ESPÍRITAS, Y SI DEBEMOS REZAR POR ALONSO, AUNQUE SIEMPRE HAYA SIDO BUENA PERSONA,BUEN ESPOSO, BUEN AMIGO, MUY BUEN PADRE, Lo echamos en falta, sufrimos por él, porque queremos de verdad,saber si es feliz ,si está realmente con su hijo,no sé cómo podría enviarle todo mi cariño a él y consuelo a la familia que deja aquí, muchas gracias, que Dios os bendiga, un saludo.
En primer lugar perdón por la tardanza en contestar, acabo de ver el mensaje. La muerte es una fatalidad biológica que está en manos De Dios, por lo que nunca sabemos el momento ni la hora. La falta del hijo no es casualidad, todo ello obedece a la planificación espiritual pre-encarnatoria que ese espíritu traía a la Tierra. Sin duda nos volvemos a reunir con los seres queridos en el oro lado de la vida, sobre todo con aquellos a los que nos unen lazos de amor, pues el amor une y el pensamiento y el sentimiento nos llevan a dónde queremos ir cuando tenemos un cuerpo espiritual. La incineración debe tomarse con precaución. Si se puede esperar un tiempo mucho mejor, pero no obstante lo importante no es cómo se muere sino cómo se ha vivido. Si la persona que desengrana ha sido buena, recibe la ayuda de los buenos espíritus por afinidad, así como de los familiares que lo quieren, e inmediatamente estos se encargan de que la incineración no afecte lo más mínimo llevándose el espíritu a otro lugar de recuperación. Siento no haber respondido anteriormente, siempre a disposición aquí en Villena y en la revista Amor,Pazy Caridad. Muchas gracias por su comentario