LEY DEL KARMA II

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Ley del karma II

Toda simiente produce fruto de la misma naturaleza. Frase ésta, que es axiomática en la filosofía esotérica y cósmica espiritual. Por ello, lo que hoy somos, en felicidad e infelicidad, en salud o enfermedad, es el fruto dulce o amargo, es la consecuencia de lo que fuimos e hicimos en el ayer; el uso que del libre albedrío hicimos en el pasado. Y en el mañana, seremos lo que hoy queramos ser.

Para una mejor comprensión de cómo y cuándo actúa esta ley de la Vida, hagamos una clasificación de su manifestación en el tiempo, clasificación aceptada por la escuelas esotéricas y filosóficas espiritualistas:

  1. -Karma maduro (o vencido en el tiempo), que constituye el destino actual de cada persona; la retribución feliz o dolorosa en la vida presente, de hechos buenos o malos en vidas pasadas.
  2. -Karma pendiente (no vencido aún), que ha venido acumulándose y que está pendiente de retribución, en sentido doloroso o placentero, cuya manifestación depende grandemente de la clase de vida actual o conducta.
  3. -Karma incipiente, de reciente creación, así como la conducta observada en la vida actual, y que va acumulándose en el patrimonio kármico del causante, para manifestarse en futuras vidas, aunque también puede recibirse la retribución consiguiente en la vida actual. Depende del quantum del karma acumulado; pues, la más estricta justicia actúa en todos los casos, justicia basada en el Amor y Sabiduría Cósmica.

Necesario es conocer que, la gran mayoría de las almas que componen nuestra humanidad, está en la fase de reajuste del equilibrio violentado, al quebrantar la Ley del Amor; por lo que se hallan encadenadas al dolor depurador, en sus diversos aspectos. Y ese encadenamiento del mal y del dolor, comenzará a cesar, cuando el individuo o causante oriente su vida por el camino del Amor.

Cuando el ser humano comienza a practicar el bien, la causa que origina el efecto de mal, comienza a debilitarse.

Todos los hechos producidos y que se produzcan en nuestro mundo, tienen relación con hechos del pasado, tanto individuales como colectivos; y del uso que los humanos hagamos del libre albedrío.

Y el conjunto de karmas individuales, forma el karma colectivo de: familias, grupos, pueblos, razas y naciones.

Y al respecto del karma colectivo, veamos parte de un mensaje recibido:

«En determinados países, religiones, razas, se han realizado hechos que se hace necesaria una purificación colectiva. En esa purificación colectiva se logra, a través del tiempo y mediante hechos que van conformando para esos grupos como países, como razas, como sectas, como religiones; cambios y dolores constantemente repetidos, hasta alcanzar la total eliminación de la deuda kármica, y lograr que esa ‘alma colectiva’ supere la causa que originara el karma doloroso que la está purificando.

La Ley del Amor, en esos casos de pagos kármlcos colectivos, obra en la misma forma que para el pago kármico individual. Así la humanidad como entidad, está dentro de la necesidad de pagos kármicos colectivos. Y es por ello que han venido seres elevadísimos a traer palabras de conocimiento que despertaron nuevas esperanzas, mostraron nuevos conceptos, dejaron nuevas normas y señalaron nuevos caminos a la humanidad, para eliminar el pesado karma que arrastraba desde milenios, y que sería imposible agotar en el término marcado por la Ley, si esos Seres elevados, expresión del Amor Universal, no hubiesen traído palabras de esperanza y de conocimiento, fuerzas y vibraciones revitalizadoras que transmitieron al alma humana la energía para poder reaccionar.

Los golpes terribles que la humanidad está recibiendo, las situaciones trágicas que en los momentos actuales atraviesa, no son nada nuevo para los humanos de vuestro planeta; pues son, en realidad, una repetición de situaciones y de hechos que, en forma similar y de acuerdo con el momento y la época, se han producido ciclo a ciclo, etapa tras etapa, a lo largo del camino de evolución de la humanidad.

La constante repetición de esos momentos terribles y situaciones que en diversas partes de vuestro mundo sufre la humanidad actual, es la consecuencia de la forma de vida que han llevado los hombres a través de los siglos y de los milenios.

Porque los seres que constituyen un determinado grupo o grupos, sobre los cuales cae el efecto de la Ley, son seres que, en otras vidas anteriores, en distintas épocas de la vida de la humanidad, aisladamente o en grupos, obraron de forma similar, transgrediendo la Ley en la misma forma que hoy deben pagar en conjunto, para liberarse de esa deuda y poder encaminarse decididamente por el sendero de la superación.

Por ello, debéis desechar toda idea de castigo de Dios; porque, siendo Dios, Amor, ese amor que vosotros todavía no comprendéis, no cabe en su Naturaleza Divina el concepto de castigo, concepto implantado por los hombres de épocas pretéritas. Lo que vosotros llamáis plagas, desgracias, desastres y demás vicisitudes dolorosas, no son castigos sino reajustes kármicos, necesarios para ablandar las almas endurecidas por el egoísmo…»

Ley del karma II por:  SEBASTIÁN DE ARAUCO

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