Cada pensamiento hacia el ser desencarnado, produce una vibración con fuerza de atracción que, en muchos de los casos le atrae a su cadáver, lo cual es causa de nueva turbación y dolor. Es perjudicial el velatorio nocturno. Llegada la noche debe cerrarse la puerta y retirarse a descansar después de la práctica de la oración, implorando a las Fuerzas del Bien y del Amor ayuda para el ser desencarnado.
El entierro del cuerpo físico debe de ser sencillo; pues, el funeral pomposo no le beneficia en absoluto, y sólo sirve para satisfacer la vanidad de los que quedan. Es la oración sentida, la que necesitan; es el pensamiento o sentimiento de amor lo que produce en los seres desencarnados una maravillosa sanación de alivio y bienestar. Necesario es conocer y practicar la oración elevando el pensamiento a lo Alto pidiendo, con todo fervor, que ese ser querido sea asistido por Seres Espirituales de Luz, para que lo auxilien y guíen en la nueva vida para que pueda adaptarse a ella, a fin de continuar su evolución.
En los días siguientes al fallecimiento, necesario es esforzarse en evitar pensar en ese ser; porque, con esa actitud mental se le atrae al ambiente familiar e impide su progreso. Lo mejor que puede hacerse es, la oración como ha sido indicado.
Veamos algunos aspectos que siguen a la turbación mental que todo desencarnante ha de pasar, en grado mayor o menor, al entrar en esa otra dimensión de la Vida, o mundo de las almas.
La agonía y desprendimiento del espíritu desencarnante, están en relación con la clase de vida que haya llevado cada persona. Y la prontitud del desprendimiento, estará en concordancia con el adelanto moral, así como al conocimiento e ideales que haya sustentado.
Así, para aquéllos que hayan enmendado pronto sus errores, para aquellos de nosotros que pongan en práctica las enseñanzas que venimos recibiendo, para toda persona que realiza su destino dentro de la ley del amor, la muerte no es de temer. Ese trance será suave y breve, análoga al nacimiento de una mariposa cuando sale de su crisálida, se desprende del cuerpo carnal con un cuerpo fluídico de forma humana, en hermosura proporcional a sus bellezas morales. Porque, al desprenderse de ese cuerpo carnal que cual máscara le cubre, queda tal cual es, en belleza proporcional a su belleza moral, o fealdad proporcionada a sus faltas y pasiones, llegando a reflejar semblantes horribles y hasta estigmas animalescos y formas monstruosas, especialmente en los degenerados.
En el instante supremo en que el espíritu se desprende del cuerpo físico definitivamente, necesita la ayuda de otros seres espirituales. Y esta ayuda está supeditada a sus méritos. Entonces es cuando el ser humano comienza a recoger la cosecha de su siembra. ¿De qué valen aquí las riquezas, los honores, si nada ha podido llevar al traspasar ese umbral hacia lo desconocido?
Todo ser de mediana evolución, que haya cumplido sus deberes como humano, que haya practicado la fraternidad en el verdadero sentido, a su encuentro vienen para ayudarle su guía o protector espiritual yamigos del mundo espiritual, algunos familiares y amigos de esta última vida humana que le precedieron, quienes le ayudarán en esos primeros pasos de esa nueva vida.
Pues, la soledad al pasar el umbral del más allá, es lo que encuentran los seres egoístas y orgullosos, ya que, aun cuando algún familiar que le haya precedido viniere con intención de ayudarle, no podrá hacerlo ni ser visto.
El conocimiento adquirido aquí sobre las cosas espirituales, facilitará mucho la adaptación y comprensión de las sorpresas que nos esperan al pasar a la vida espiritual. Las personas que vivan dentro de la ley del amor, aun cuando ignorantes de las cosas espirituales, son esperadas por Seres de Luz, que les asistirán para orientarles en la nueva vida y les ayudarán a alcanzar las moradas de felicidad que les correspondieren, de acuerdo con sus méritos.
Mientras que los egoístas, orgullosos y ruines siguen sintiendo, después de la desencarnación, los mismos dolores y sufrimientos que tenían en los últimos momentos de su vida física, porque quedaron grabados fuertemente en su psiquis y seguirán manteniéndolos con su propia actitud mental. Las almas buenas, aún cuando poco evolucionadas intelectualmente que mantienen todavía en su psiquis sensaciones dolorosas de los últimos momentos, son ayudadas y llevadas a clínicas o sanatorios establecidos en el astral y atendidos por seres espirituales, entre los cuales se encuentran en esa labor amorosa, seres que fueron médicos en la Tierra.
SEBASTIÁN DE ARAUCO
He leido a muchos charlatanes, pero a ninguno le sorprendido mencionar que el recordar a alguien (consulta a la memoria almacenada, que se reescribe para actualizar el registro) emitiese alguna onda (alfa, beta, gama o de otro tipo), y que esta supuesta onda (descrita como vibración) tuviese características fuera de la masa encefálica y pudiese «atraer» el alma de un difunto (modo más conocido de referirse a un ser «descarnado»).
Y de ser así, sería de mucha utilidad que mencione la fuente de dichos estudios, si es que tiene algún respaldo comprobable para ello.
Me tomo la libertad de responderle ya que el autor de este artículo hace algunos años que falleció. Lo que yo entiendo al respecto es lo siguiente: el pensamiento, sea de una persona encarnada o desencarnada, es una energía, como viene demostrando la parapsicología desde hace 50 años con los estudios comprobados de la telepatía y la telequinesia; estudios avalados hoy por la psicología transpersonal y por el psicoanálisis y la neurología. El pensamiento, como energía que es tiene una vibración que se puede interpretar como una onda electromagnética, al igual que los rayo gamma, los ultravioletas, las ondas hertzianas, etc.. elementos invisibles para el ojo humano pero tan reales como nosotros mismos. Hoy en día los neurólogos más avanzados nos afirman que la mente es la que origina el pensamiento, y el cerebro es únicamente el receptor y emisor del mismo, el que lo modula y lo transmite. En este sentido se refería Sebastián de Arauco respecto a la onda electromagnética que supone cualquier pensamiento humano. Le añado más; está demostrado en psicología clícina que el ser humano tiene de media más de 90000 pensamientos diarios, otra cosa muy distinta es que seamos conscientes de todos ellos, pues si no conocem os cómo es nuestra mente y cómo controlarla, mucho menos entenderemos cómo son los pensamientos y de dónde proceden. Esto es lo que puedo responder. Gracias de todas formas por leer nuestra revista.