LA ILUSIÓN
I
Llega como la débil mariposa
que vive de reinar entre las flores
y un momento destaca sus colores
ante la luz del sol, pura y hermosa.
La ilusión nos embarga venturosa
un momento también, y los fulgores
del sol abrasador de los amores
enloquecen la mente más juiciosa.
Vemos la gloria aquí sobre el eterno
impace terrenal, y los despojos
que llenan la planicie de este infierno
adoramos con fe, puestos de hinojos;
¡y todo es dulce, grande, alegre y tierno
porque santa ilusión vive en los ojos!
II
Sopla el viento con furia de repente
y, envueltas entre ráfagas de escoria,
mueren aquellas flores cuya historia
se mantuvo un minuto débilmente.
Huye la mariposa en la corriente
del huracán; huye de la victoria,
cual huye de nosotros toda gloria
que coronó un minuto nuestra frente.
Y es que aquí en este mundo todo es vano.
El calabozo siempre es la morada
del dolor eregido, en soberano.
La luz de la Ilusión es llamarada
que alegra un poco el corazón humano
y le dice: ALLÁ SOY; aquí no hay nada.
La ilusión por: Krainfort de Nínive
Extraído de la revista LUZ, UNIÓN Y VERDAD. Revista espiritista Kardeciana; Marzo y abril de 1919; números 3 y 4. Barcelona)
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