(Viene del anterior)
Muchos son los que comienzan con entusiasmo y deseo de alcanzar las superaciones; pero, al requerimiento del esfuerzo y el renunciamento de ciertos aspectos de la vida humana, se desaniman, pierden interés y abandonan el camino de ascensión, retardando su progreso al volver al viejo camino, a su modalidad anterior de vida; pero, pronto comienzan a sentir insatisfacción, que su Conciencia Superior les produce al haberse apartado del camino de su ascensión.
Debemos de conocer que, el espíritu se fortalece con el ejercicio que las dificultades de la vida humana requiere para superarlas. Porque, no es evadiendo los obstáculos y dificultades de la vida como se progresa, sino superándolos. Y esto siempre requiere esfuerzo. Quien pretenda alcanzar la felicidad gratuitamente, sufrirá un gran desengaño. Sólo por el propio esfuerzo y la lucha contra las pasiones y superación de las imperfecciones, podrá el espíritu fortalecerse para mayores realizaciones internas y externas.
Con el ejercicio de la concentración, se recibe de lo Superior las fuerzas sutiles necesarias para que nuestro espíritu pueda lograr una mejor conexión con los planos elevados; y cuyas vibraciones penetrarán íntimamente en nosotros, para ayudarnos, fortaleciendo nuestro espíritu y capacitándolo para la canalización de las vibraciones sutiles, que mucho podrán ayudarnos en las realizaciones verdaderas. Pero, para que esas vibraciones sutiles recibidas de lo Superior puedan ser asimiladas, necesario es nuestra realización interna, mediante la superación de las imperfecciones; pues, de otro modo nos abandonan.
Debemos dar verdadera importancia a esas superaciones, para lo cual el análisis diario de nuestros actos y reacciones, así como los pensamientos, sentimientos y deseos, que son precursores de las actuaciones, nos ayudarán. Cuando después de este análisis introspectivo a la luz del conocimiento que vamos adquiriendo, podamos comprobar que realmente vamos superando las imperfecciones y que en nosotros comienza a prender la vibración del amor, necesaria para una fraternidad en acción; alegrémonos, porque estaremos ya en el camino del progreso, que nos conducirá a la felicidad espiritual.
Y continuando con esa realización interna, iremos capacitándonos para establecer contacto con nuestro Super Ego o Superconciencia, de donde nuestro espíritu podrá recibir mayor luz y energía.
La realización externa consiste en darnos con amor a los demás, sin esperar recompensa alguna, ni tan siquiera agradecimiento; con lo cual nuestra alma humana va sutilizándose para poder ascender a las moradas de felicidad espiritual y humana.
En relación con lo expuesto, veamos el siguiente trozo de un mensaje:
«La base para la realización espiritual externa, es la superación de lo humano. «
«Como humanos, es decir, como espíritus encarnados, puede resultaros relativamente fácil lograr realizaciones que, ante los ojos de los demás, aparezcan como hechos extraordinarios; pero esas no son realizaciones verdaderas, sino realizaciones aparentes. La realización verdadera emana de la purificación interna que permite la libre expresión del Ego Superior a través del instrumento, que es vuestro cuerpo, y es efectuada por la conjunción de Fuerzas Superiores con vuestras propias fuerzas espirituales. Esas son las verdaderas realizaciones, aquellas que una vez obtenidas estarán ya por siempre en vosotros, facilitándoos la superación de todos los obstáculos que oponen la materia y demás vibraciones de vuestro plano.»
Estamos en el momento crítico y decisivo de la humanidad, por lo que la renovación espiritual es de urgente necesidad. Sin abandonar nuestras obligaciones humanas, determinémonos a tomar una actitud mental de renovación en nuestras costumbres, adaptando nuestra vida humana a la necesidad de nuestra evolución espiritual. No olvidemos que toda acción de bien a nuestros semejantes, de servicio fraterno, el más beneficiado, es quien lo realiza. Si desarrollamos el deseo de servir a nuestros semejantes, contribuyendo a su progreso y evolución; si con amor y con fe, con humildad, sencillez y alegría, realizamos esta tarea, tengamos por cierto que seremos asistidos por seres espirituales de los Planos Superiores, y de quienes recibiremos la energía, la ayuda y protección necesarias para esa realización y para superar los momentos difíciles que la vida humana nos presenta.
Sebastián de Arauco