Soneto con coda.
El Cristo Redentor salió del huerto
prendido por la lanza del romano
bajo la acusación del propio hermano;
un prendimiento ruin, a cielo abierto,
un cielo que de negro se ha cubierto,
negro como el rencor del ser humano,
del Sanedrín jerosolimitano
que no paró hasta ver al Rabí muerto.
¿De qué sirvió el suplicio de la cruz?
¿Mataron a Jesús…? ¡Qué gran error!,
tratar de dar la muerte con dolor
al Ser que representa vida y luz,
porque no comprendían qué acontece
cuando lo material se desvanece.
Error del Sanedrín
creer que con la muerte llega el fin:
Después hay otra vida que amanece.
Error de concepto por: Jesús Fernández Escrich
© Amor, Paz y Caridad, 2019