Redimir un alma
El camino de la redención hacia el bien reside en comprender la vida y llevarla por el buen camino, siendo justos al redimir las faltas, dando mensajes de amor donde se necesite sosiego y perdón, para así poder enfrentarnos positivamente al juicio de las Leyes Divinas.
Podemos ser fuentes de agua fresca que apagan la sed del que bebe en ella, amando para conseguir la unidad de la humanidad y perdonando las ofensas que podamos recibir, tal como nos enseñó el Maestro, para que él mismo sea nuestro hermano y guía en la redención de nuestras faltas. Él siempre está pendiente del necesitado que busca el consuelo en su arrepentimiento, para ser la antorcha de luz que alumbre los caminos incesantes del amor universal, del sacrificio y la voluntad por el bien al prójimo.
Cuando oigamos alguna historia que nos oprima el corazón, pidamos a Dios que haya perdón entre hermanos y borre el odio y el rencor, abriendo la ventana del razonamiento para rectificar las imperfecciones, para iluminar el camino del perdón que nos lleva hacia Dios.
El perdón es símbolo de libertad del alma que la separa del mal; el perdón está atribuido al comportamiento físico moral que lo unifica, en su parte positiva, en voluntad y esfuerzo hacia los demás. Es un gran paso para la libertad del espíritu, la unión fraternal hacia nuestros semejantes.
Respetemos la voluntad de Dios. Él nos invita a proseguir en el camino de la redención hacia nuestros hermanos, que nos guían y nos acompañan en el despertar del alma, en un mismo camino de unión fraternal hacia la unidad del espíritu con todo lo creado por Dios.
El redimir del alma por: Paqui Silvestre
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