La estancia en este planeta
tiene un principio y un fin:
Es el principio nacer
y un final que es el morir.
Pero el final no es el fin;
porque el fin es un proyecto
de un trabajo a realizar;
hacer progresar al alma
y su destino alcanzar.
Pero no es tarea fácil
ese fin poder lograr
que al alma la condiciona
su atributo material.
Orgullo, celos, pasiones…
y una débil voluntad
son la carcoma que al alma
no permite progresar.
Mas se puede conseguir
que el trabajo que Dios da
lo mide con nuestras fuerzas
y nunca nos pide más.
Trabajar en este mundo
con arrojo y valentía
es asegurarle al alma
buen lugar en la otra vida.
Cuando se haya conseguido
habrase cumplido el fin;
será entonces el final
que es, para el mundo, morir.
Y sean rosas de amor
lo que se lleve al partir,
y con las rosas pagar
el hogar donde vivir.
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