Jamás os lamentéis. Todo lamento debilita las fuerzas internas, necesarias para superar las dificultades.
No obstante, si cambiamos de actitud mental, enfrentándonos a las vicisitudes adversas de la vida, con valentía, con determinación firme de superación; quedaremos sorprendidos al apreciar que tales dificultades u obstáculos, no son tan grandes y tremendos como parecían.
Y a los más jóvenes, os decimos: No temáis nunca a los obstáculos y vicisitudes adversas que la vida os presente, porque ellos son necesarios para fortalecer vuestra voluntad. Por adversas que sean las circunstancias y vicisitudes que la vida nos presente, pensad siempre que, en vosotros existen las fuerzas mentales necesarias para superarlas. Mantened una actitud mental de triunfadores (sin jactancia). Pensar siempre en el éxito en todo trabajo que realicéis, en toda idea que deseéis realizar; y de ese modo estaréis poniendo en acción vuestras fuerzas mentales que os llevarán al éxito en todo lo que os propongáis, con altitud de miras.
Poned todo vuestro entusiasmo en vuestro trabajo y estudio, con lo cual os será más fácil y agradable, y os ayudará a progresar en vuestra ocupación, cual ella sea. Poned vuestro empeño y agrado en las tareas difíciles, y estas perderán su fuerza de resistencia y dejarán de ser difíciles.
Toda tarea por difícil que parezca, deja de serlo cuando se aprende a superarla. Y la primera condición necesaria para superarla, es no tomar la actitud desacertada de rechazo, porque debilita la voluntad. Y sí, aceptarla, pero con una actitud mental de firmeza y realización, que es la de los triunfadores.
Nadie ni nada podrá vencer, a quien está firmemente determinado a triunfar en lo que se proponga. Sabido es y comprobado está, que el pensamiento es energía mental, y por ley de vibración y afinidad, pueden atraerse a la mente, energías realizadoras, que ayudarán a vencer toda dificultad. Por esa misma ley mental, todo aquél que piensa y tema las dificultades, atraerá hacia sí fuerzas debilitantes.
Todo aquél, cual sea su condición y sus vicisitudes, que mantenga una actitud mental realizadora y se determine firmemente a la superación de las vicisitudes adversas, las superará. De ello, no tengáis la menor duda. Con la ventaja de que en cada superación irá acrecentando su fortaleza.
Resumiendo, en toda prueba que nos corresponda pasar, ¡no desfallezcamos!, aceptémosla, abracémosla con firme intención de superarla. Confiemos plenamente en la ayuda de Dios y recibiremos las fuerzas necesarias para superarlas.
Ahora vamos a exponer otros argumentos recibidos en un mensaje, en relación con este tema, cuya procedencia podemos identificar por su contenido.
“El hombre vive envuelto en la niebla que su egocentrismo le crea, y de ese modo no puede percibir las maravillosas vibraciones espirituales que le rodean. Su empeño constante en la búsqueda de satisfacciones humanas y materiales, le incapacita para captar la armonía de esas vibraciones.
Los humanos pensáis sólo en vosotros mismos, en la satisfacción de vuestras necesidades humanas, de vuestras ambiciones, de vuestros deseos humanos; olvidando que todo eso que consideráis primordial en vuestra vida, es menos que secundario.
Aun cuando vivís en un mundo físico y denso, cuyas vibraciones están en armonía con la naturaleza física, tenéis en vosotros una fuerza inmensamente superior que desconocéis, una fuerza que puede conectaros con los planos de vibraciones sutiles, si las empleáis; pero, no les dais importancia y no las utilizáis.
No obstante, sabed que esa fuerza maravillosa, fuerza espiritual que poseéis, puede realizar todo aquello tras lo cual corréis enloquecidos, descuidando la Verdad en vosotros y la verdadera finalidad de vuestra existencia humana.
Necesario es que vuestras fuerzas espirituales comiencen a actuar sobre las vibraciones físicas densas. Para ayudaros a lograr esa realización que os corresponde, os ponemos ante problemas humanos que constituyen para vosotros verdaderas pruebas que debéis superar. Pero, muchos de vosotros os enredáis en las mallas de esas pruebas. Algunos llegáis a superarlas y otros os quedáis por tiempo enredados en ellas, sin pensar que tenéis en vosotros fuerzas poderosas, que fácilmente podríais liberaros de ellas. Son pruebas imprescindibles para vosotros, son pruebas cuya superación constituye el “sello espiritual ” que necesitáis para entrar en la verdadera acción misionera a la cual sois llamados… ”
Destinos y pruebas 5 por: Sebastián de Arauco