CONGRESO NACIONAL DE ESPIRITISMO 1981

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LA REENCARNACION EN LA FILOSOFIA ESPIRITA
COMO FACTOR EVOLUTIVO
Hermanos concurrentes a este congreso inicial, en esta década de apertura a la libertad de pensamiento, voy a someter a vuestra consideración y análisis algunos argumentos sobre la reencarnación de las almas como factor evolutivo, que está implícita en la filosofía espírita.

El objeto de esta exposición, no es para dar a conocer ni demostrar la verdad de la reencarnación como ley de Vida; porque, desde el momento que estáis aquí, es porque os habéis identificado con la filosofía y doctrina espírita, en la cual está implícita y explícitamente demostrado el concepto de la reencarnación de las almas, comprendida en la Ley Palingenésica o ley de los renacimientos.

El objeto de esta exposición, es tratar de llevar a vuestro conocimiento la necesidad imperiosa de divulgar esta verdad, entre vuestros relacionados en el ambiente en que cada uno de vosotros os desenvolvéis, a fin de contribuir a su progreso y evolución.

Porque, todos y cada uno de nosotros que hemos conquistado un cierto grado de conocimiento, tenernos la obligación ante la Ley, de divulgar ese conocimiento para contribuir al progreso y evolución de nuestros semejantes, y con ello, estaremos contribuyendo a nuestra propia evolución.

De esto no tengamos la menor duda.

Y, ¿cómo podremos contribuir a su progreso y evolución? preguntareis.

Sencillamente, divulgando la verdad de la reencarnación o la ley de los renacimientos, así como la verdad de la ley de consecuencias o causa y efecto.
Porque, es el desconocimiento, la ignorancia de estas dos leyes de la Vida, la que lleva a las personas a cometer tantos errores generadores de las causas de dolor humano.
Y, ¿cómo podremos divulgar estos conceptos en nuestro ambiente, en el momento actual en que, una parte de nuestra sociedad está absorbida por el materialismo y hedonismo imperante; y la otra parte apegada también a lo mismo y a los conceptos y dogmas de fe de las organizaciones religiosas?

Difícil, ¿verdad?
Cierto. Pero, es lo difícil, hermanos míos, lo que tiene mérito ante la Ley. Lo fácil lo hace cualquiera.

Es precisamente en las dificultades, venciéndolas,- en las vicisitudes de la vida, superándolas; cuando desarrollamos nuestras facultades mentales y nos capacitamos para mayores realizaciones.

Dije que, contribuyendo al progreso y evolución de los demás, realizando esta tarea con amor y deseo de ayudar a iluminar las mentes, estaremos contribuyendo a nuestro propio progreso espiritual; porque, en esa acción estamos dándonos y contribuyendo a un mundo mejor.
Y por si alguno lo ignora o no lo recuerda, debo decir que, el progreso espiritual, es el verdadero objeto de las vidas humanas.

Y para ayudar a realizar esa tarea fraterna, permitidme exponer algunos argumentos:
Primero, necesario es que conozcamos que, nosotros y todo lo que existe, está inmerso en un TODO COSMICO que está regido por leyes, y que la ley madre de todas las leyes cósmicas, leyes divinas, es la Ley del Amor.

Y dentro de esa ley cósmica —Ley del Amor— está comprendida la Ley de Evolución, que presiona sobre todas las formas de vida, hacia un transformismo constante, en una continuada palingénesis universal, cual es la ley de los renacimientos. En una toma y retoma, en constante transformación de las formas en los reinos mineral y vegetal, y encarnación tras encarnación en los reinos animal y hominal.

Y si estudiamos las obras de los precursores de la filosofía espirita: Allan Kardec, León Denis, Gustavo Geley y otros; podréis verificar lo que acabo de exponer.

Dije al comienzo, que no voy a tratar de demostrar la verdad de la reencarnación, porque estoy convencido de que, salvo alguna excepción, todos sabéis que la reencarnación de las almas es una verdad cósmica.

Pero sí, indicaré algunos puntos que nos ayudarán en nuestra labor, en nuestra tarea de divulgación de la verdad de la reencarnación. Porque, en el momento actual en que vivimos, ello es muy necesario.

La primera resistencia que encontrareis, será de aquellos que, por herencia familiar, por comodismo o por falta de valentía en desafiar los prejuicios, pertenecen aún al tradicíonalismo, cuando os digan: —»¿Y si la reencarnación es una verdad, por qué es desconocida entre nosotros? Las iglesias del cristianismo lo niegan”.

A esto podréis responderles que, por los mismos motivos que son desconocidas muchas verdades que han venido siendo ocultadas por los convencionalismos, por las mentalidades retrógradas, empeñadas en mantener la ignorancia de los pueblos.

Sin extendernos mucho, podemos referir las palabras del Mesías, citadas aún en las versiones actuales del Nuevo Testamento, en las cuales está demostrada, con toda claridad, la verdad de la reencarnación.

El Evangelio del apóstol Mateo (Cáp. XI v. 14-15) nos dice que, refiriéndose a Juan el Bautista, el Mesías dijo a la multitud que le seguía: «Y si queréis oírlo, él es Elías que había de venir. El que tiene oídos que oiga”.

Pues, esta vuelta de Elías a la carne, había sido ya anunciada por el profeta Malaquías. (IV-5)., Está bien claro, ¿verdad?

Y a esos que nos digan que las iglesias niegan la reencarnación, podremos decirles que, toda iglesia o miembro de la misma que niega la reencarnación, está negando lo afirmado por los Evangelios.

Y en otra parte del Evangelio del apóstol Mateo (XVII, 12-13) dice bien claro al referirse a Juan el Bautista: «Pero yo os declaro que Elías ya vino y no le reconocieron, sino que hicieron de él cuanto quisieron. Así también harán ellos padecer al hijo del hombre. Entonces entendieron los discípulos que les había hablado de Juan el Bautista.

Y a mayor abundamiento, podemos decirles que, no sólo el apóstol Mateo, sino también el apóstol Marcos hace mención en ese pasaje, cuando refiere la conversación de los discípulos con el maestro Jesús. Véase el Cáp. IX vers. 10 al 12, en los cuales, las versiones actuales rezan así: «Y le preguntaron, ¿pues cómo dicen los fariseos y los escribas, que ha de venir primero Elías? Y entre otras cosas dijo: «Elías ha venido ya en la persona del Bautista»

O sea que, Jesús el Mesías, afirmó con claridad que Elías, el espíritu de Elías, naturalmente, había vuelto a la vida física: había pues, reencarnado o encarnado de nuevo en la persona de Juan el Bautista (Johanan, hijo de Zacarías e Isabel).

Y aquí surge esta interrogante: ¿Por qué, entonces, es ocultada esta verdad por las iglesias que se dicen ser cristianas?

Negar la reencarnación, es negar lo afirmado en los Evangelios.
Y aquí, es donde podemos hacer hincapié.
Podemos decirles, porque es una verdad, que todos los cristianos en los primeros siglos del cristianismo, ese cristianismo de amor y renunciamiento, creían y sostenían la doctrina de la reencarnación de las almas.

Pues, la reencarnación formaba parte de la doctrina cristiana. Y entre otros, citaremos las palabras del más instruido de los padres de la primitiva Iglesia Cristiana, Orígenes, discípulo de San Clemente; que decía: «Cada alma recibe un cuerpo de acuerdo con sus merecimientos y previas acciones en sus vidas pasadas—.

Y para aquellas personas de mayor cultura, podremos decirles que, el concepto de la reencarnación no es nada nuevo, ya que es conocida y aceptada como verdad desde la antigüedad y sostenida por las diversas religiones y filosofías de toda Asia, y por las escuelas filosóficas y esotéricas en las antiguas civilizaciones. (CONTINUA)

SEBASTIAN DE ARAUCO

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