CAMINO DE SALVACIÓN
Hay en la vida un camino
que nos conduce hacia Dios,
y es la práctica del Bien,
la Caridad y el Amor.
Quien lo sigue, no se pierde
del mundo en la confusión,
y se libera del mal,
de las sombras y el error.
Este camino divino
es fuente de inspiración
para las almas que sueñan
con una vida mejor.
Es el camino más cierto
para acercarnos a Dios
y alcanzar de nuestras almas
la dicha y la perfección.
Para todo el que camina
bajo el signo del dolor,
con la sonrisa en los labios
y el llanto en el corazón.
Abierto a todos los hombres
nos lo ha dejado el Señor
a su paso por la Tierra
con los ejemplos que dio.
Al sembrar a manos llenas
la semilla del Amor,
del Bien y la Caridad,
que nos conducen a Dios.
Pero los hombres, reacios,
no aprendieron la lección
y se apartan del camino
de la verdad y el Amor.
Su corazón no responde
a la llamada de Dios,
y se abisman en las sombras
del mal y la imperfección.
Se abandonan a su suerte,
sin orden ni orientación;
negándose amor y vida,
volviendo la espalda a Dios.
Pero Dios no les olvida,
les lleva en Su corazón,
por más que vivan distantes
y menosprecien Su Amor.
Porque el Bien siempre disculpa
al mal y a la imperfección,
y no deja de amparar
al que gime en el dolor.
Porque somos hijos Suyos
y nos tiene compasión,
al comprender que pecamos
por ignorancia o error.
Por no saber comprendernos
ni darnos luz y calor
y apartarnos del camino
del Bien y la perfección.
JÓSE MARTÍNEZ