¡Que hermosa es la vida,
¡Y que bello es el amor,
cuando vivimos en paz
con Dios y nosotros mismos,
con toda la humanidad!
Amor y Paz son dos fuerzas
de potencia sin igual,
que al ponerlas en acción
cambian del mundo la faz.
Rompen los moldes de hierro
de la injusticia y del mal
en que vive aprisionada,
gimiendo, la Humanidad.
La Tierra se hace un edén
de armonía celestial,
y en todos los corazones
reina la fraternidad.
Pero los hombres se odian,
no saben vivir en paz,
y se declaran la guerra
por el placer de matar.
Por intereses bastardos,
por el poder temporal
y dar rienda a sus instintos
de bestia en cautividad.
Por combatir la opresión y
alcanzar la libertad,
por imponer sus creencias,
sus dogmas a los demás…
Por tantas y tantas cosas
se aniquilan sin piedad,
que no es fácil comprender
su forma de ser y actuar.
Hombres del alma de hielo,
de frió acero y metal,
¿cuando depondréis las armas
y os dejareis de matar?
¿Cuando en vuestros corazones,
dominados por el mal,
el odio y la incomprensión,
daréis cobijo a la Paz?
¿Cuando abriréis vuestras mentes
a la luz del Mas Allá,
y tratareis de ser libres
por medio de la Verdad?
¿Cuando dejaréis de odiaros
y sabréis vivir en paz
con Dios y vosotros mismos,
con toda la Humanidad?
Cuando del Amor de Dios
al llamado respondáis,
y os esforcéis por amaros,
comprender y perdonar.
Cuando de la incomprensión,
el rencor y la impiedad,
hagáis frente a la embestida,
devolviendo bien por mal.
Con las armas en la mano
no se consigue la Paz,
el triunfo de la razón,
del hombre la libertad.
No es posible la concordia,
cambiar del mundo la faz,
porque el odio engendra odio
y al mal le responde el mal.
Solo el Bien es comprensivo
y sabe al mal disculpar,
y hacer a los hombres libres
por medio de la Verdad.
Por medio de la Virtud,
de la entrega a los demás;
del perdón y la concordia,
de la paz espiritual.
Al combatir la injusticia,
el rencor y la impiedad
con las armas del Amor,
devolviendo bien por mal.
JOSÉ MARTÍNEZ