SABIAS REFLEXIONES

0
41
Sabias Reflexiones

Sabias reflexiones

No es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita.
San Agustín

El gran filósofo Agustín de Hipona pone el dedo en la llaga en esta sentencia que habla de la felicidad del ser humano asociada a los bienes materiales.

Es cierto que la vida material requiere de recursos materiales para su desarrollo: hay que comer, que vestirse, que asearse… y por descontado, tenemos derecho a disfrutar de un ocio sano que nos evada de los afanes diarios. Pero en ocasiones, en nuestro anhelo por «tener», nos buscamos «necesidades» ficticias de cosas de las que podemos perfectamente prescindir. Nos obsesionamos con poseerlas a toda costa, para lo cual no nos importa endeudarnos, comprando a crédito ese objeto tan deseado pero no tan necesario. Y así, una vez satisfecho ese capricho inicial, lo arrinconamos porque aparece en el mercado otro artículo que pasa a convertirse en otro objeto de deseo, en otra «necesidad». Y entrampamos aún más nuestra modesta economía.

Aquí debería entrar la reflexión: si antes podía vivir sin ese capricho, ¿por qué no voy a poder continuar viviendo sin él? Quizá más adelante pueda adquirirlo; y si no, pues tampoco pasa nada. Si recordamos que la vida es perecedera y que no nos llevamos nada material al otro plano, podremos aprender a valorar mejor qué es necesario y qué es superfluo, concentrando nuestros esfuerzos en lograr lo primero; así, no «necesitando» tanto es seguro que lograremos vivir más tranquilos, más felices, como asegura San Agustín.

Esta tesis se apoya perfectamente en otro pensamiento de otro grande de la Filosofía, Confucio. Nos comenta este sabio que la felicidad no consiste en tener lo que quieres, sino en querer lo que tienes. O sea, aquello que hemos conseguido honradamente, disfrutarlo al máximo. Pondré el ejemplo del famoso coche. Tenemos ahora un coche aceptable, que funciona bien, pero la publicidad nos presenta nuevos modelos con más prestaciones, y nos crea «la necesidad de cambiar el nuestro». Calibremos nuestras posibilidades: si nuestra economía nos lo permite, adelante, compremos el nuevo; pero si vamos a vivir agobiados por una nueva deuda, solo por la vanidad de enseñar a nuestra amistades el bonito coche nuevo, entonces más vale que meditemos, reculemos y aceptemos que, por el momento, no es posible. Amemos el vehículo que poseemos; cuidémoslo y disfrutémoslo al máximo, esperando posibles tiempos mejores. Seremos así felices con el vehículo que ahora somos capaces de mantener, porque un coche modesto tiene, al fin y al cabo, la misma utilidad que otro lujoso: trasladar a personas de un lugar a otro.

Al pensar que con aquello que hemos conseguido es suficiente para vivir estaremos asumiendo la tesis que al respecto nos apunta el tercer sabio que aparece en el presente artículo: Lao Tsé argumenta que aquel que sabe que suficiente es suficiente, siempre tendrá suficiente. Hábil juego de palabras para explicar que con inteligencia y fuerza de voluntad para vencer las tentaciones somos muy capaces de renunciar a lo superfluo y ceñirnos a obtener lo que sea suficiente y necesario, tanto para el desarrollo moral como para el mantenimiento imprescindible del vehículo corporal que se nos ha dado para la estancia en la Tierra.

Y quede claro que con esto no pretendo en absoluto indicar que debamos renunciar a una existencia más cómoda si nuestros recursos materiales son más altos, nada de eso; pero calibrando, como antes dije, hasta dónde podemos llegar. Es completamente lícito tratar de mejorar para que el tránsito por la vida corporal sea más confortable (no recurriendo al engaño ni a la estafa), pero sin perder la perspectiva de que todas nuestras propiedades materiales se van a quedar en el mundo de la materia, ya que en el espiritual NO SON NECESARIAS. Es decir, abandonar el concepto ‘poseerlas’ y aprender a ‘usarlas’, sin apegarnos a ellas de manera compulsiva.

Conformarnos con lo que tenemos usándolo y no poseyéndolo, he ahí la clave de la felicidad. Y si no me creen a mí, crean ustedes a San Agustín, Confucio y Lao Tsé.

Para finalizar estas reflexiones, quisiera incluir un breve poema que compuse hace tiempo, inspirado precisamente en la cita del filósofo de Hipona:

A un sabio de gran valía
le preguntó su aprendiz:
̶ ¿Quién en la vida es feliz?:
¿Quien llena más su alcancía?;
¿quien gran mansión poseía?;
¿quien cuya fama resuene,
o quien mejor ropa tiene?
El sabio habló de esta forma:
̶ Es feliz quien se conforma
tan solo con lo que tiene.

Sabias reflexiones por: Jesús Fernández Escrich

Guardamar, 8 de julio de 2023© Amor, Paz y Caridad

Publicidad solidaria gratuita