MÉDIUMS: OBJETIVOS Y RESPONSABILIDAD (3)

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Médiums: objetivos y responsabilidad (3)
Asistentes al congreso.

MÉDIUMS: OBJETIVOS Y RESPONSABILIDAD (3)

RESPONSABILIDADES DEL MÉDIUM
Si todas las personas venimos con una determinada labor a cumplir y hemos de saber como debemos de actuar, los mé­diums, son las personas más necesitadas de conocer cuáles son esos objetivos, con el fin de realizarlos, porque son personas muy comprometidas con el plano espiritual. Pero, por desgracia, vemos que son muy pocos los médiums que valoran la enorme responsabilidad que tienen, por los siguientes motivos:
A) Ignoran la existencia de unas leyes espirituales y, por consiguiente, en vez de sacar un beneficio de ellas, se perjudican ellos mismos. Por tanto, precisan conocer con toda amplitud de detalles esas leyes, y especialmen­te deben de ilustrarse sobre la Ley de Causa y Efecto y la Ley de Afinidad.
Deben saber y comprender en profundidad, que la Ley de Causa y Efecto, pone a cada cual en el lugar que le correspon­de, en base a sus propias actuaciones; que rectifica toda acción de maldad, devolviéndola hacia la persona que la ha llevado a cabo, con el fin de mantener la armonía y el equilibrio de la vida, ofreciendo así lecciones renovadoras. Por esta ley, que devuelve, tanto el mal causado como el bien realizado, la per­sona comprende la necesidad de su renovación interna y de un cambio en su vida, encaminándose hacia las buenas acciones en favor del prójimo. Es por efecto de esta ley, por lo que el médium se encuentra en sus actuales condiciones.
Deben saber también que, todo en el Universo es ener­gía, en distintos grados de vibración y, que por la ley de Afinidad, el semejante atrae al semejante.
Por todo ello, si el médium mantiene unas tendencias ma­terialistas, estará atrayendo hacia sí energías negativas que, ade­más de incentivarle esas tendencias, forman en su entorno un ambiente negativo, que le incapacita para recepcionar la ayuda que le pudiera llegar del plano espiritual. Por el contrario, si su vida está dedicada hacia el prójimo en sus tendencias altruis­tas, se estará rodeando de un ambiente positivo, que le permiti­rá la recepción de entidades benefactoras. De todo esto, se de­duce que, los resultados mediúmnicos estarán supeditados a las compañías espirituales a que el médium se hace merecedor.
B) Ignoran la existencia de una codificación o normativa a se­guir, para el buen cumplimiento de su misión.
Comprendamos que, tienen más responsabilidad y entra­ñan mayor dificultad las relaciones con el «Más Allá», que, las relaciones normales de la tierra; si para aquí se exigen estudios… La mediumnidad, no puede ni debe estar carente de los cono­cimientos necesarios para su perfecto desenvolvimiento técnico y disciplinado.
Es lamentable comprobar que, ciertas facultades afirman, que sus guías les prohíben estudiar, porque de esa forma actua­rían bajo la influencia de esos estudios y no realizarían apropia­damente aquello que ellos desean, poniendo por esto empeño en conservarse en la misma ignorancia que cuando empezaron su desenvolvimiento; y lo que es peor, en todo aquél que está a su alrededor, le inculcan las mismas ideas. Pero, pensemos… a los falsos guías, les interesa esparcir esta idea para que no los descubran.
El médium que tiene propósitos rectos y que pretende un desenvolvimiento serio y disciplinado, que aspira a realizar ser­vicios cristianos, puede ignorar o subestimar ciertos conocimien­tos elementales, pero de modo alguno se librará de las confusiones, porque no se puede confiar en la capacidad, seguridad y en­tendimiento de cualquier médium, que ignore los principios más elementales de la mediumnidad.
Hay que utilizar siempre el raciocinio y el discernimiento, hay que saber el terreno que se pisa, conociendo que existen muchas ventajas, pero que mal interpretadas, se transforman en grandes desventajas.
  1. Ignoran las consecuencias funestas que les acarreará su proceder materialista, porque con ello, acudirán entida­des negativas, que simpatizan con esas mismas tendencias, impidiendo la conexión del médium con el plano espiritual elevado, desviándoles de la labor que han de cumplir, con­duciéndoles por caminos erróneos, que la mayoría de las veces, terminan en las obsesiones y locuras.
Al estar faltos de inquietudes morales, no podrán evolucio­nar ni salir de esa mala posición en que se puedan encontrar, ya que, sin la base del amor y de la caridad, sin un mínimo de humildad y sencillez, no se puede emprender la realización de esa labor espiritual, pues se crea un rechazo motivado por el orgullo, la soberbia y la vanidad. Al mantener estas actitudes, el médium se aparta de la responsabilidad de ejercer esa medium­nidad, terminando en el más completo fracaso.
  1. Ignoran que son una pieza importante en el futuro desen­volvimiento de la sociedad, ya que poseen conocimientos fundados y suficientes, para renovar el sentido de la vida y conseguir la construcción de UN MUNDO MEJOR. Tienen un anónimo y hermoso destino: SER CULTIVADORES DE LA VERDAD. Por ello, han de ser personas que reali­cen ese cambio y lo vivan intensamente, ya que de ellos dependen muchas de las realizaciones futuras; sobre todo, que el trabajo actual llegue a buen fin.
Ante esta gran responsabilidad, no deben de ignorar, que son peones de trabajo que pueden y deben efectuar esa labor, ejerciéndola con dedicación, paciencia, prudencia y humildad, y comprendiendo que el aspecto menos importante de la me­diumnidad reside en el mismo fenómeno; siendo su ejemplo, el más importante. De aquí, que deban representar su papel con dignidad, para proyectar una imagen de la mediumnidad, atrac­tiva y responsable.
  1. Y por último, olvidan que, al que mucho se le da, más se le exigirá, por lo que son las personas que mayor tiempo han de dedicar a encontrar la responsabilidad de su come­tido.
Mucho se les da porque, además de que se les concede una facultad, cuando no están realizando su labor tal y como deben, de lo Alto actúan sin descanso para corregir su orientación, de dos formas perfectamente engarzadas: desde el plano físico, a través de personas cualificadas y preparadas para ofrecerles la debida orientación; y desde el plano espiritual, redoblando sus esfuerzos, a fin de hacerles comprender lo equivocado de su conducta. Por ello, mucho se les pedirá, pues han de traba­jar denodadamente para hacer un buen uso de ese préstamo recibido y saldar sus endeudamientos. Lo que nunca podrán alegar en su favor, será ignorancia.
Si comprendiéramos el tiempo, sacrificio y esfuerzo, que necesita la preparación de una existencia apropiada a las nece­sidades del médium; no se desaprovecharía tan irresponsable­mente. ¿Cuándo tendrán otra oportunidad?
De nuestros trabajos saldrán resultados, de los que TEN­DREMOS QUE DAR DEBIDA CUENTA.
CONSECUENCIAS DE LA ACTUACION DEL MEDIUM
Las características principales que motivan, que no se pueda llevar a cabo la planificación efectuada en el «Más Allá-, son sin lugar a dudas los DEFECTOS E IMPERFECCIONES MORALES; ante los cuales existe un escaso deseo de trabajo. El éxito o fracaso del médium, dependerá exclusivamente de la orientación que tome en su vida.
El orgullo, el endiosamiento, la soberbia, la vanidad, el amor propio, el fanatismo, el miedo, el egoísmo y un largo etc., son las CAUSAS PRINCIPALES del desvío y posterior fracaso del médium. Estos grandes y enmascarados enemigos, pues se manifiestan muy sutilmente, no se hallan fuera del médium, sino lo que es peor, dentro de él; y van MINANDO poco a poco su trabajo, hasta que se hace infructuoso e INCLU­SO PERJUDICIAL. Estos defectos aparentemente sin importancia, son los causantes de todos los fracasos del médium: de los contactos con entidades negativas, de su mala orientación, de las obsesiones, etc., etc.
Por desgracia para todos y para el propio médium, es muy difícil el localizarles y sobre todo, el tener deseos de luchar en contra de ellos; porque somos demasiado indulgentes para con nosotros mismos; porque procuramos disculpar nuestras faltas y errores; porque no sabemos limitar nuestros deseos, ni tener perseverancia dentro del bien.
Mientras tanto existan estos enemigos del médium, EXIS­TIRA SU FRACASO; de aquí la importancia y URGENTE NE­CESIDAD DE CONOCER A FONDO este campo y de TRABA­JAR en él.
El médium debe saber que, existen unas leyes perfectas e inmutables de las cuales nadie queda exento. Que debido a esas leyes, y con la muerte del cuerpo físico, se comienzan a sentir fuertemente las reflexiones de la vida pasada, manifestándose entonces todos los males alimentados en su ser y que hasta en­tonces habían permanecido ignorados por su ceguera psíquica, producida por los intereses del egoísmo. Y es entonces que por la propia ley de Afinidad, va a aquellos planos que merece, según sus obras, sus conquistas y sus tendencias; conociendo los aciertos y errores, elevándose hacia planos de dicha y felicidad o quedando estancado en planos de dolor y sufrimiento, hasta una nueva oportunidad en que pueda resarcirse de las deudas contraídas y hasta la consecución de los atributos necesarios para su emancipación espiritual.
Todo médium que, a través de su sacrificio desinteresado y después de haberse inmunizado ante las lisonjas de la vanidad personalista; consiga que sus dolores, ingratitudes e injusticias, sean menos importantes que las desventuras del prójimo, al que ayuda en su renovación espiritual; que sea responsable de sus actos, consagrándose como un trabajador activo en el servicio organizado de la siembra espiritual, esforzándose por no man­charla con sus intereses personales; que busque el esfuerzo del trabajo desinteresado, íntimo y anónimo; desencarnará con la felicidad del deber cumplido y la adquisición de una buena posición espiritual.
Por el contrario, todo aquel que haya sido negligente, dando rienda suelta a sus defectos e imperfecciones, desencar­nará con la tortura de quien renunció a su gran responsabilidad y oportunidad, encontrándose con una posición todavía más agravada que la que dejó antes de encarnar y, sobre todo, habrá de volver para conseguir realizar todo aquello que entonces no realizó, pero en circunstancias mucho más desfavorables. Si desencarna con una fuerte perturbación psíquica por no haber llevado una vida correcta; allí, no solamente seguirá en ese mis­mo estado, sino que se le acentuará mucho más.
Se crean destinos muy dolorosos cuando, por causa de la negligencia y los errores, se invierte el programa espiritual que se comprometieron a realizar y divulgar.
El médium, debe de ejecutar su compromiso con dignidad y elevación moral, porque debido a que ha aceptado la tarea me­diúmnica, es responsable por cualquier perturbación o desvío que produzca durante el ejercicio de su facultad. Tengamos muy en cuenta que, nuestra vida tiene una gran influencia en la de los demás.
ES TREMENDA SU RESPONSABILIDAD Y APENAS SI LA CONOCEN.
Médiums: objetivos y responsabilidad (3) por: Antonio Gómez Sánchez
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